Restaurando nuestra alma: la libertad y el miedo

Por María Inés Adorni.- La libertad es la ausencia del miedo. Nuestra divinidad no conoce el tiempo ni el pasado ni el futuro, sólo vive el instante el aquí y el ahora.
En nuestros corazones tenemos grabados que la eternidad es vivir el instante, un momento presente continuo que lo eterno transcurre de instante a instante y que lo que nos ocurre en nuestra vida tiene un porqué y un para qué y lo atraemos en nuestra vibración y en nuestro estado de conciencia espiritual, que la vida es amor que no va a traer nada a nosotros para hacernos sentir mal, todo lo que la vida trae hacia nosotros es en clave de nuestro desarrollo con su porqué y para qué, con su proceso de conciencia, y cada cosa que venga a tu vida con amor mucho amor frecuencia de amor vivirla con amor, sí preocuparnos cada vez menos del que, qué hacemos qué dejamos de hacer, qué deja de pasar .
Mientras nos preocupamos por el que, dejamos pasar la vida y cómo vives las cosas lo que te pasan y el cómo vives lo que te pasa.
Esa es la gran diferencia no el que te pasa y el que te deja de pasar sino cómo vives lo que te pasa. Ante un mismo acontecimiento las personas lo viven diferente, el cómo es la clave y ese cómo desde el corazón desde nuestra divinidad es el amor, vivir todo con amor, siempre en frecuencia de amor.
El aquí y el ahora es otra manifestación y exponente de nuestra divinidad y este es el momento de la despedida de tantas cargas y de tantos miedos, lo tienes que sentir en tu corazón, una llamada de libertad porque nuestra naturaleza es libre.
La libertad no es un derecho político, la libertad no es lo que nos quiten los legisladores o los gobernantes, no, la libertad depende de uno mismo exclusivamente de uno mismo, porque la libertad es la ausencia del miedo.
Se acabó, una persona libre es una persona que no tiene miedo. El miedo nos hace encarcelarnos.
La libertad no es lo que nuestra mente ha inventado, sino la ausencia de miedos.
Si nos damos cuenta de que tenemos ese miedo, lo observo y lo acepto, pero la observación y la aceptación van a hacer que el miedo desaparezca, la vida funciona así.
Cuando las cosas se observan y tomas conciencia de que están allí y las aceptas, has iniciado su transformación o sea a disolverse. Y si podés, reíte un poquito porque la risa es una gran arma contra éste.
Lo que tenemos que hacer es ejercitar nuestros dones y talentos, éstos tienen una característica y es que fluyen naturalmente de nosotros, no tiene jerarquía porque Dios se manifiesta permanentemente en nosotros.
La santidad consiste en poner en práctica los dones y talentos; lo dijo la madre Teresa de Calcuta.
Si estás en este mundo es para algo, no para quedarte cruzado de brazos y ver tu vida pasar, aquí estamos para expresar nuestra divinidad, nuestros dones y talentos.
Estamos aquí para ayudar con nuestros dones y talentos.
Por arte de magia todo se transforma en amor. Sembrando semillas de fe.

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