Reflexionemos… ¿qué nos trajo esta pandemia?

Por Alicia Riberi.- El  COVID existe, es una enfermedad,  como hubo otras, por las que muere gente y fuera de  los pronósticos que decían que era mortal para los adultos mayores,  ancianos,  o personas con enfermedad de base, la realidad demostró que murieron muchos jóvenes, sin enfermedad de base y que esta enfermedad se llevó a cualquiera.

Aclaro que todo lo que pongo en esta nota es opinión personal. Siento que las guerras que existirán de ahora en adelante para demostrar poder serán de  virus, bacterias y los que no necesitamos poder para vivir, tendremos que resignarnos a la lucha de los poderosos, a los que no les importamos en lo más mínimo, y pagaremos las consecuencias y lo que es peor, nuestros hijos y nietos. Esta enfermedad ha dejado al descubierto la vulnerabilidad del sistema de  salud que no pudo  responder en el mundo entero, como corresponde, para evitar muertes en esta pandemia  y en nuestro país peor. He podido vivir en carne propia las falencias del sistema, en algunos casos la gran ineptitud para responder a los requerimientos de personas que desesperadas pedían ayuda, en segundo lugar no hay suficiente personal capacitado para realizar el procedimiento  de entubar, que si no se hace correctamente cuesta vidas.

Es terrible internar personas solas y sumado a esto, después de una gran campaña del miedo, prendes el televisor y ves cómo se contabilizan muertes, se mencionan síntomas que en realidad pueden ser de cualquier otra enfermedad, vómitos, colitis, fiebre, mal de garganta, neumonía, dolor de cabeza, de articulaciones y dejaron de existir otras enfermedades y todas eran COVID. El miedo, mis queridos lectores es  el  peor enemigo de nuestras defensas. La gente está aterrada y eso es muy malo. El barbijo tantas horas no  es bueno, inhalamos y exhalamos todo para adentro. Dejó de existir la inmunidad de rebaño, esto comentado por personal de salud que no lo dice públicamente para no ser señalados.

Pienso, si internan un hijo mío con COVID, porqué me prohíben ir a cuidarlo con recaudos, si soy su madre, yo elijo cómo vivir y como morir. A cualquier madre que le preguntas si prefiere morir cuidando a su hijo o morir de tristeza imaginando cómo está, la mayoría  diremos queremos cuidarlos. Respeto al que piensa diferente, pero una enfermedad no puede paralizarnos.

Ahora bien, no poder despedir a nuestros muertos, por favor y a Maradona lo despidieron más de un millón de personas, por no dar otros nombres que no fueron un millón pero los han despedido.

No podemos privar a una madre despedir a su hijo, a un hijo despedir a  su madre, a su ´padre, por favor. Déjennos elegir al menos y el que tenga miedo se cuidará cómo quiera. Pero dejen  de quitarnos la libertad.

Yo percibo que hasta la gente tiene miedo de ir a la iglesia, o participar en servicios al prójimo y me pregunto, adonde está la fe, Dios cuida al que lo sirve  y en todo caso para un  buen cristiano es mejor morir sirviendo, que morir mirando como otros sirven.

El saco se lo pondrá al que le quepa, obviamente que no todos los políticos, autoridades y miembros con poder serán iguales. Hay gente que se sentirá tocada por mis palabras  y otros no porque hacen bien su trabajo. Aplaudo al que lo hace porque no me siento con autoridad para juzgar a nadie, pero sí me siento capaz de ser  crítica con la realidad.

Finalmente cierro la nota con un pasaje bíblico: Así habla Yavé, que creó los cielos y los estiró, que moldeó la tierra y todo lo que sale de ella, que dio aliento a sus habitantes  y espíritu a los que se mueven en ella.  Yo Yavé, te he llamado para cumplir mi justicia, te he formado y tomado de la mano, te he destinado para que unas a mi pueblo y seas luz para todas las naciones. Para abrir los ojos a los ciegos… (Isaías 42, 5-7).

Si tuviésemos más en cuenta la palabra de Dios viviríamos mucho mejor. Probemos, no cuesta nada. Ojalá hayamos madurado como sociedad después de tanto sufrimiento y defendamos lo que pensamos y sentimos.

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