Preservar las fuentes laborales

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). Desde el 2008 la Argentina está atravesando de nuevo otra crisis económica primero por el conflicto del Gobierno con el campo que se pudo haber evitado y luego la crisis internacional debido a la falta de confianza en el mercado con consecuencias impredecibles.

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Mientras la crisis de la economía nacional e internacional avanza haciendo estragos que afecta la estabilidad laboral, ayer se celebró el Día Internacional del Trabajo en recordación al 1 de mayo de 1889 en París durante el Congreso Internacional de Sindicatos Europeos. Fue instaurada como jornada de lucha para perpetuar la memoria de los trabajadores que fueron detenidos y ajusticiados por manifestarse en Chicago por una jornada laboral de 8 horas. Al respecto, la Constitución Nacional es clara sobre este tema en su artículo 14 bis que establece la protección de leyes para asegurar al trabajador condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada, descanso y vacaciones pagados, retribución justa, salario mínimo vital y móvil, igual remuneración por igual tarea, participación en las ganancias de las empresas, protección contra el despido arbitrario, organización sindical libre y democrática; a los gremios concertar convenios colectivos de trabajo, recurrir a la conciliación y al arbitraje, el derecho de huelga, entre otros aspectos. Sin desconocer el sostenido crecimiento económico de los últimos años en el país que contribuyeron a amortiguar la delicada situación social en vastos sectores, desde el 2008 la Argentina está atravesando de nuevo otra crisis económica primero por el conflicto del Gobierno con el campo que se pudo haber evitado y luego la crisis internacional debido a la falta de confianza en el mercado con consecuencias impredecibles. Ante la falta de cifras oficiales confiables del INDEC, actualmente Argentina tiene una desocupación entre el 10 y el 12% según estudios privados. Se profundizó la precariedad laboral con miles de despidos, los bajos salarios en varios sectores socioeconómicos, en muchos casos en negro (se habla del 38%, más en el Estado que en el sector privado), empleados que trabajan los domingos como en los supermercados. ¿Cómo se puede dignificar al trabajador? El trabajo es una fuente de derechos para el trabajador y el respeto de estos derechos constituye la condición fundamental para la paz del mundo, pero hay que decirlo: si no hay justicia social es imposible preservar la paz, porque los conflictos latentes pasan indefectiblemente a ser manifiestos con las consecuencias que esto conlleva en la relación entre el empresario y el trabajador. En 1954, la Iglesia Católica a través del pontificado de Pío XII apoyó tácitamente esta jornada proletaria al declarar este día como festividad de San José Obrero. Hay que dar gracias a Dios por el trabajo que tenemos y pedir por el trabajo digno que hace falta en Argentina y en el mundo, sabiendo que mientras la desocupación no se revierta la pobreza seguirá creciendo, sin perder la utopía de una mejor distribución de las riquezas. A pesar de esta difícil coyuntura económica no hay que perder la esperanza y seguir buscando nuevos caminos de diálogo social que prioricen el bien común por encima de los intereses sectoriales.

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