¿Por qué se permitió la demolición de la fachada de La Princesa?

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- Lamentablemente, no hay una verdadera conciencia ciudadana sobre lo que significa la preservación de los edificios históricos en Rafaela. Hace algunos días asistimos estupefactos a la demolición de la fachada del edificio donde funcionó la fábrica La Princesa y luego continuó con varios boliches.

Este edificio había empezado a demolerse hace más de un año porque se encontraba en muy mal estado. En este contexto, la Comisión de Preservación y Defensa del Patrimonio Urbano, creada en 1991 por ordenanza 2435 del Concejo Municipal, había opinado el año pasado que se iba a preservar la parte de la esquina de Santa Fe y Mosconi, en tanto que el resto de la construcción será demolido.

Al respecto, la secretaria de Obras y Servicios Públicos Bárbara Chivalero había expresado en 2020 que “el propietario pidió un permiso de demolición. Lo trató la comisión de patrimonio, se le solicitó preservar la parte con valor patrimonial de la construcción y autorizar la demolición de lo que se encontraba en mal estado y presentaba riesgo de derrumbe”.

Con la actual novedad de demolición total, los integrantes de la citada comisión patrimonial se reunieron, debatieron y decidieron emitir un comunicado, pero está supeditado a que se expida la Fiscalía Municipal. De existir motivos para aplicar sanciones, le corresponderá resolverlo al Juzgado de Faltas municipal.

Según el secretario de Desarrollo Urbano y Metropolitano de la Municipalidad, Diego Martino, “(los propietarios) tenían aprobado el plano de demolición parcial, no de todo (el edificio). El 12 de agosto (día de la demolición) pasado se hizo un acta de constatación y de emplazamiento”, ante la consulta de quien escribió este editorial.

También fue consultado uno de los propietarios del inmueble de la familia Lagrutta, respondiendo que “creemos que había peligro que se cayera y pudiera ocasionar algún lesionado”.

La fábrica La Princesa SA fue fundada en 1941 en bulevar Santa Fe y Mosconi hasta su cierre definitivo en 1989. Se formó con el aporte de accionistas de distintos emprendimientos rafaelinos. Esta marca fue muy reconocida en el norte de la Argentina, siendo sus exquisitos productos pan dulce, budín inglés, vainillas, chocolinas y amarettis. En el apogeo de la empresa trabajaron unos 55 empleados.

En el transcurso de 48 años de vida empresarial, los accionistas de distintas empresas se fueron renovando y soportaron distintas crisis económicas del país, una de las perores fue durante la última dictadura militar (1976-1981). Las demás empresas del rubro se modernizaron en maquinarias, inversión que no se hizo en La Princesa, y los costos de fabricación eran mayores al necesitar más cantidad de mano de obra. La empresa rafaelina se fue descapitalizando y las máquinas se fueron deteriorando con el paso de los años. La mayoría de los socios decidió vender sus partes accionarias con la idea de levantar la empresa, pero ese objetivo no se logró y decidieron cerrarla.

Luego, los propietarios del inmueble decidieron alquilarlo para el funcionamiento de la discoteca “La Fábrica” con la inauguración en setiembre de 1990, que movilizó a miles personas de Rafaela y la región entre las noches del viernes y el sábado, según recordó en 2020 el entonces disc-jockey Daniel Abraham (fallecido).

La Fábrica discoteca estuvo abierta 5 años y uno de los secretos fueron los recitales masivos de jóvenes con los grupos de rock a nivel nacional. De este auge bailable, el lugar volvió al ostracismo durante unos años, reabriendo los boliches “Oxido” durante un par de años, para luego seguir con “Diva satana” y “D’Club”. El detonante de la caída definitiva fue el incendio en el boliche Cromañón de Buenos Aires en 2004.

Hace más de 15 años que el edificio estaba cerrado y con el paso del tiempo se fue deteriorando, sumado al vandalismo que produjo roturas de ventanas y vidrios. Entonces decidieron que el edificio sea en parte demolido para que no entrara más la gente. Para ello tuvieron que pedir la correspondiente autorización al Municipio.

¿Por qué motivo no se visibiliza públicamente esta situación? ¿Será por los intereses entre el Municipio y los propietarios, dueños de una de las empresas tradicionales de Rafaela?

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