Por qué Lourdes sigue atrayendo a muchedumbres

Una periodista y escritora comparte sus pensamientos sobre Lourdes.

Por Karna Swanson

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COLUMBUS, Ohio, jueves 11 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- El mundo de hoy podría aprender mucho de la vidente Bernadette Soubirous de Lourdes, afirma la autora de un nuevo libro sobre las apariciones marianas a la niña francesa. Elizabeth Ficocelli, periodista y autora de “Lourdes: Font of Faith, Hope and Charity” (Lourdes: Fuente de Fe, Esperanza y Caridad) (Paulist Press), confiesa su esperanza en que Benedicto XVI presente al mundo el ejemplo de la santa cuando visite Lourdes, del 13 al 15 de septiembre. En esta entrevista concedida a ZENIT, Ficocelli comenta los motivos por los que sigue aumentando la popularidad de este lugar de peregrinación, su propia experiencia en Lourdes, y lo que espera que Benedicto XVI destaque durante su visita. –¿Qué atrae de Lourdes, especialmente para aquellos que lo visitan desde el extranjero? –Ficocelli: Hay muchos factores que atraen a la gente a Lourdes, incluso atravesando océanos y continentes. Ciertamente, se mantiene la esperanza de milagros físicos, como ha ocurrido desde los primeros días de las apariciones. Esto se evidencia en el número de peregrinos con enfermedades y discapacidades físicas que visitan la capilla cada año desde todas partes del mundo –más de 70.000– y en los 100.000 voluntarios que viajan con ellos para asistirles durante su peregrinación. Menos visibles, pero no por ello menos importantes, son los peregrinos que van a Lourdes esperando una curación mental y emocional. Esto puede incluir la curación de la depresión, de la enfermedad bipolar, y de las adicciones de todo tipo. Por supuesto, la gente también se siente atraída por Lourdes a causa de motivos espirituales. Algunos vienen para agradecer favores que se les han concedido. Otros van por respeto a Nuestra Señora y a los mensajes de oración y penitencia que comunicó en la gruta. Muchos peregrinos de Lourdes –incluyéndome a mí misma– se han visto sorprendidos por la conversión espiritual que experimentan en el santuario durante momentos conmovedores como la participación en las procesiones, el bajar a los baños, o el hacer una confesión profunda y sentida. –¿A qué desafíos especiales se ha enfrentado usted, como periodista de habla inglesa, al escribir un libro sobre Lourdes? –Ficocelli: Mi primer desafío al emprender esta tarea es que nunca había estado en Lourdes. Dios resolvió esto a la perfección, porque me invitaron a unirme a una peregrinación especial organizada por los Voluntarios Norteamericanos de Nuestra Señora de Lourdes, una organización fundada por Marlene Watkins, una mujer que experimentó una experiencia profunda de conversión en Lourdes. Mis compañeros de viaje me permitieron dar una mirada desde dentro a aquello a lo que debe servir y ser servido en este popular lugar mariano. Como ingenua norteamericana, asumí que todos en Francia hablarían inglés. Descubrí rápidamente que esta era una idea errónea. Lejos del centro metropolitano de París, Lourdes está enclavada en los Pirineos, al sur de Francia, no lejos de la frontera española. Las lenguas más habladas en el santuario son francés, italiano, español, alemán, holandés y, luego, inglés. Por eso, necesité traductores para la mayoría de las personas a las que entrevisté. Para mí era importante no hacer un mero reportaje de Lourdes como si fuera un relato de noticias. Mi intención era sumergirme en la experiencia de ser un peregrino católico que llegaba por primera vez al santuario. Aunque en ocasiones fuera desafiante cambiar de papel entre realizar entrevistas y sumergirme piadosamente en la experiencia de Lourdes, sentí que la mezcla de información histórica y reflexión personal robustecía el libro. –Usted ha tenido un acceso sin precedentes a algunos de los personajes claves en Lourdes. ¿Cómo ha tenido lugar esto y en qué ha ayudado a su libro? –Ficocelli: Debo dar gracias a Dios por cada aspecto de este libro, desde la invitación a escribirlo hasta mi experiencia de peregrinación y el acceso sin precedentes. Estuve en Lourdes con personas clave. Marlene Watkins, a quien antes mencioné, fue la primera puerta importante que Dios me abrió. Esta “veterana” de Lourdes me presentó al padre Regis-Marie de La Teyssonniere, una fuente inestimable. El padre Regis-Marie fue padre general en Lourdes durante 10 años. Es uno de los principales expertos, escritor y conferenciante de las apariciones, sólo por detrás del gran teólogo mariano, el padre Rene Laurentin. Afortunadamente para mí, el padre Regis-Marie hablaba inglés. Se ofreció amablemente a revisar mi manuscrito para evitar cualquier inexactitud en el relato de la historia de las apariciones que puede haberse arrastrado de los numerosos libros sobre Lourdes. El padre también me consiguió entrevistas con algunas importantes figuras del santuario, incluyendo al obispo de Tarbes y Lourdes, Mons. Jacques Terrier; al padre Patrick-Louis Desprez, capellán general; al doctor Patrick Theillier, director médico: a Gabriel Barbry, antiguo presidente de la hospitalidad; a Philippe Tardy-Joubert, coordinador de la Conferencia de la Hospitalidad Internacional; al padre Raymond Zambelli, rector; a Pierre Adias, director de comunicación, a numerosos capellanes, voluntarios y otros. Estas fascinantes entrevistas me permitieron presentar un punto de vista único del santuario hoy y su importancia para el futuro. Especialmente, pude explorar para mis lectores el complejo proceso de autentificación de los milagros de Lourdes; la poderosa conversión espiritual que tiene lugar a diario en los confesionarios como atestiguan los capellanes que allí sirven; la red inigualable de voluntarios en el santuario y efecto notable en todos los peregrinos; los recuerdos personales de los testigos de las visitas históricas del Papa Juan Pablo II a Lourdes; y cómo el santuario está cualificado y preparado para contribuir a los esfuerzos de la Iglesia universal para evangelizar el mundo. –¿Qué falsas ideas sobre el santuario encontró usted al investigar para este libro? –Ficocelli: Están aquellos católicos que quisieran catalogar Lourdes como “espiritualidad pre Vaticano II” – en otras palabras, algo que es pintoresco y que quizá bordé la superstición, pero en realidad sin relevancia para el mundo moderno. Sentí que nada podría estar más lejos de la verdad. Mi experiencia a la hora de investigar y escribir este libro me convenció de que Lourdes es un importante centro del catolicismo, un lugar donde nuestra fe es viva y vibrante y atrayente para las personas de cualquier edad, estilo de vida, e incluso creencia religiosa. Por ejemplo, si tu concepto de Lourdes es el de un lugar para pequeñas señoras mayores que manejan rosarios, te sorprenderá la gran presencia de jóvenes que visitan y trabajan en el santuario. Lourdes es un imán para los jóvenes de todo el mundo. Se pueden identificar de verdad con Bernadette Soubirous, que tenía 14 años en el momento de las apariciones. Bernadette es un icono para los jóvenes católicos que, también, pueden ser poderosos instrumentos para cambiar el mundo cuando dicen “sí” a Dios. Los jóvenes no sólo son bienvenidos en el santuario, sino también necesarios, porque muchos de los puestos de voluntarios requieren la fuerza física, el vigor y la exuberancia característicos de los jóvenes. En segundo lugar, Lourdes no es un fenómeno meramente católico. Es cierto que la gran mayoría de los peregrinos son católicos. Pero el santuario también atrae a protestantes, musulmanes, y budista – incluyendo al mismo Dalai Lama – que consideran a Lourdes un importante centro espiritual para el mundo de hoy. Incluso se sabe que ateos vienen al santuario, la mayoría por curiosidad, intentando comprender la poderosa atracción de este tipo de lugares. Muchas personas se han convertido por su positiva experiencia en Lourdes. Finalmente, Lourdes tiene una gran relevancia no sólo para el hoy sino también para el futuro de nuestra Iglesia. No es, insiste Mons. Jacques Terrier, un museo histórico para conmemorar un evento del pasado. Más bien, es un santuario vivo que sigue llevando a la gente a una espiritualidad más profunda. Es por eso que trabajé intensamente con los líderes de las organizaciones de peregrinación de toda Europa para discernir las áreas específicas en las que Lourdes puede ofrecer a la Iglesia universal ideas y experiencia. Estas áreas incluyen la misión de la Iglesia en relación con el enfermo, con la persona con discapacidad, con los jóvenes, en relación con la paz, con María, con la promoción de la Eucaristía, con el servicio a los demás, a los marginados, a las naciones, en relación con la unidad de los cristianos y el diálogo interreligioso. –Precisamente en el momento en que usted aceptó este encargo, Lourdes acaparó titulares en todo el mundo. Parece que hubo conversaciones para proponer una nueva forma de afrontar el tema de los milagros que tienen lugar en el santuario de acuerdo a una base reglada. ¿Puede decirnos algo más sobre esto? –Ficocelli: Desde que tuvieron lugar las apariciones hace 150 años, millones de personas han visitado Lourdes. Generaciones de personas han acreditado los resultados milagrosos del santuario y de sus aguas sanadoras. Pero si se mira al número de milagros aprobados por la Iglesia, se ve una historia diferente. Sólo hay 67. ¿Por qué tan pocos? Según el doctor Patrick Theillier, director médico en Lourdes, esta disparidad es el resultado de tres factores. Primero, los criterios utilizados para evaluar los milagros – los mismos criterios utilizados hoy para autentificar los milagros en el proceso de canonización – fueron establecidos en 1734. Estos criterios excluyen las curaciones espirituales y psicológicas, puesto que no pueden medirse científicamente. Esto elimina automáticamente un significativo número de curaciones que experimenta la gente en Lourdes. En segundo lugar, no todo peregrino que experimenta una profunda mejora en su salud física se somete al intenso y largo proceso de examen requerido para que se autentifique una curación – o la publicidad que suele acompañarla. Se espera, por ejemplo, que el receptor de una curación vuelva a la oficina médica de Lourdes algunas veces durante el curso de cinco o más años para probar que la curación ha perdurado. Esto simplemente no es posible para todas las personas, especialmente para las que vienen de largas distancias. Tercero, el proceso requiere el consentimiento y la cooperación del personal médico de origen del individuo e, incluso más importante, de su obispo. En ocasiones, médicos y obispos no desean o no son capaces de implicarse en estos temas. Según el doctor Theillier, hay más de 7.000 informes de curaciones científicamente inexplicables en el archivo de la oficina médica a las que les falta algún requisito que les permita avanzar hasta la fase final de ser considerados milagrosos. Para que Lourdes pueda presentar al mundo una imagen más equilibrad de lo que actualmente ocurre en el santuario, el obispo y el director médico han apelado a Roma. Su intención no es cambiar la forma en que la Iglesia autentifica los milagros. Buscan, más bien, crear una nueva categoría de “curaciones autentificadas”. La nueva categoría no reduciría en manera alguna el riguroso proceso de evaluación. Seguiría siendo necesario verificar médicamente la situación de la persona como grave y el cambio como científicamente inexplicable. Ofrecería, sin embargo, por primera vez la dimensión añadida de determinar los beneficios espirituales de la curación. Y permitiría a la persona dar testimonio de su curación y conversión espiritual en sus parroquias, lo que actualmente no tiene aprobación de la Iglesia. Otro importante paso es que Lourdes, a través de su Comité Médico Internacional que se reúne anualmente en París, está reflexionando también con seriedad la consideración de curaciones en los casos que implican enfermedades psicológicas y mentales, y cómo pueden estas evaluarse y presentarse. –Dado que el Santo Padre visitará Lourdes durante el año jubilar que conmemora el 150 aniversario de las apariciones marianas, ¿qué aspectos de las apariciones le gustaría que subrayara? –Ficocelli: Benedicto XVI ya ha dejado bastante claro que repite la importancia de Lourdes y de su mensaje evangélico de oración, penitencia y conversión para el mundo de hoy, que su predecesor, el Papa Juan Pablo II estableció durante su pontificado. Para comenzar, Benedicto XVI sigue la tradición de la Jornada Mundial del Enfermo que el Papa Juan Pablo II comenzó para tomar conciencia de la dignidad de quienes están enfermos o con discapacidad. También ha establecido una indulgencia plenaria para quienes, al visitar Lourdes durante este año jubilar especial, recen y sigan las huellas de Santa Bernadette. Para quienes no puedan viajar a Francia, muchas diócesis han respondido ofreciendo oportunidades de peregrinación en las parroquias y capillas locales dedicadas a Santa Bernadette y a Nuestra Señora de Lourdes. Finalmente, Benedicto XVI, quien ha viajado mucho menos que su predecesor, anunció su propio peregrinaje papal a Lourdes este septiembre, dando un trato de importancia a estas apariciones en particular para un mundo tan desesperadamente necesitado de fe, esperanza y caridad. Estoy segura de que el Santo Padre seguirá subrayando la importancia para todos los cristianos de demostrar cariño y respeto a las personas con enfermedad y discapacidad, un valor evangélico fundamental. Espero que llame la atención sobre la importancia y el poder de la Eucaristía y la confesión, dos áreas centrales en Lourdes, y sobre la Bendita Madre que nos honra a través de la historia con mensajes o apoyo y corrección, como cualquier madre amorosa haría por sus hijos. Me gustaría ver que Benedicto XVI acentúa el ejemplo de Santa Bernadette, que hizo incontables actos de penitencia por los pecados de los demás, y que se comprometió de por vida al crecimiento en la santidad personal. Nuestro mundo actual, absorto en el placer y el egoísmo, podría aprender mucho de la espiritualidad humilde, simple y dirigida a los demás de Santa Bernadette.

Por Karna Swanson

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