Ponen en duda los logros de la escuela obligatoria y gratuita

Provocadora mirada sobre la educación. Lo hizo el filósofo uruguayo Pablo da Silveira.

Por Mariano de Vedia (Buenos Aires)

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A la luz de los resultados que se ven en las aulas y de los problemas no resueltos, la educación debería revisar el paradigma de la escuela obligatoria y gratuita.

A esa controvertida conclusión llega el reconocido filósofo uruguayo Pablo da Silveira, formado en la Universidad de Lovaina (Bélgica) y especialista en educación, al señalar que “en Estados Unidos hay dos millones de chicos que se educan en sus casas porque sus padres se niegan a mandarlos a la escuela”.

Da Silveira expuso su novedoso enfoque frente a calificados especialistas en educación, reunidos en la Universidad Católica Argentina (UCA), donde sus ideas y su estilo ameno y provocador despertaron singular interés.

En una entrevista, puso en jaque las bases que desde hace más de un siglo sustentan la organización escolar en todo el mundo, al afirmar que “el modelo actual muestra signos de agotamiento y todos están insatisfechos con la educación”.

“El principio de la obligatoriedad no pudo construir en más de un siglo una sociedad en la que todos vayan a la escuela ni mucho menos que todos aprendan”, dijo Da Silveira, minutos antes de presentar en la Universidad Católica Argentina (UCA) su libro Padres, maestros y políticos. El desafío de gobernar la educación (editado por Santillana), en el que llama a reexaminar y poner a prueba certezas y convicciones que el mundo educativo concibe como verdades sagradas y, según su visión, no lo son tanto.

Con el gesto de afirmar algo evidente, el filósofo rioplatense señaló: “La Argentina dedica hoy muchos más recursos económicos y humanos a la educación que en la época de Sarmiento y los resultados no son mejores”.

Acompañaron a Da Silveira en la presentación del libro el director del Departamento de Educación de la UCA, Carlos H. Torrendell, quien celebró que el autor “nos trajera algo nuevo”, y la directora de la maestría en Educación de la Universidad de San Andrés, Silvina Gvirtz, quien afirmó que sus ideas “nos desafían a pensar”. Entre quienes lo escucharon estaban el profesor Alfredo van Gelderen, académico de Educación, y Ricardo López Murphy, que lo saludó al finalizar el encuentro.

Docentes y padres Nacido en Montevideo, Da Silveira es profesor de filosofía política, columnista del diario uruguayo El País y ha dictado cursos y clases en las universidad argentinas UCA, San Andrés y Di Tella. Su producción bibliográfica incluye artículos en revistas académicas y varios libros, entre ellos Historias de filósofos , Política & tiempo y John Rawls y la justicia distributiva .

Para el autor y periodista, una de las razones que justifican la escuela obligatoria es que durante mucho tiempo se tuvo claro que el docente promedio era una persona mejor capacitada que el padre promedio. “Eso está empezando a cambiar”, advirtió, e invitó a buscar dentro del sistema educativo y no afuera las causas del deterioro de la enseñanza.

-¿Es conveniente y necesario que la escuela sea obligatoria?

-Aun dentro de las ideas de obligatoriedad y gratuidad, que tienen un valor casi axiomático, hay muchísimas preguntas, incertidumbres y falsas certezas. Si estas dos ideas, sobre las que se sostiene todo el sistema educativo, pueden ser problematizadas, todo puede ser cuestionado. La idea de que antes de la escuela gratuita y obligatoria no había nada es manifiestamente falsa, una construcción ideológica para justificar la construcción del monopolio estatal.

-¿Hay espacios para pensar hoy en un modelo no obligatorio?

-Tenemos que diferenciar entre enseñanza obligatoria y escolaridad obligatoria. Lo fundamental es que el chico aprenda.

-¿Hay una caída en el nivel de la docencia?

-Sí y es el resultado de la masificación del acceso. Cuando muy poca gente accedía a la educación secundaria, los docentes eran una elite, seleccionados uno por uno. Hoy son una gran fuerza de trabajo, con sus problemas y dificultades.

-¿Qué actitud toman los padres frente a los docentes?

-Hay una situación que ilustra mucho: el padre que en la casa corrige las faltas de ortografía del maestro. Es una situación inimaginable en 1910. Hoy pasa con frecuencia. Cambian las percepciones sociales.

-¿La familia deposita expectativas desmedidas en la escuela?

-Antes las familias depositaban muchas expectativas en las escuelas y tenían razón. Las escuelas eran vehículos de ascenso social. Mi intuición es que hoy tienen bastante menos expectativas que en los años 50.

-¿Las familias tienen herramientas para distinguir si una escuela es buena?

-Tienen herramientas, aunque se pueden equivocar. Pero también el Estado se equivoca. Muchísimas de las políticas educativas impulsadas en los Estados democráticos en el último siglo y medio han sido muy imperfectas y erradas.

-¿Cuáles fueron esos errores?

-Ha habido de todo tipo y color. La enseñanza estatal contribuyó activamente a fomentar el machismo durante mucho tiempo. Se usaban textos escolares cargados de prejuicios machistas. También el Estado se empantana en las mismas cosas en que nos empantanamos las personas.

-¿Era algo generalizado?

-Sí. Hay ejemplos más locales o regionales. En buena parte de las escuelas públicas de la Argentina y Uruguay hubo en los últimos años una posición difusamente transmitida entre los docentes y autoridades para no ser demasiado exigentes en la corrección de las faltas de ortografía. Lo importante era fomentar la espontaneidad y creatividad. Se le hizo mucho daño a un montón de gente.

Fuente: Mariano de Vedia en diario La Nación, Buenos Aires, 25 de setiembre de 2009.

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