La pobreza no para de aumentar en Argentina

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande (h.). Sólo en las ciudades viven 10,8 millones de pobres y 2,1 millones de ellos son indigentes, según una medición de la UCA, y las números son cinco veces mayores que los del INDEC. ¿El gobierno nacional se dejará guiar por las mentirosas cifras del INDEC o prestará atención a la verdadera realidad social?

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Por Emilio Grande (h.).- Según la última medición del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, sólo en las ciudades viven 10,8 millones de pobres y 2,1 millones de ellos son indigentes. “Estamos hablando de la pobreza estructural, que tiene que ver con la acumulación de privaciones, que es más difícil de modificar que la pobreza de ingresos y exige intervenciones a más largo plazo”, definió el doctor Agustín Salvia, coordinador general del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), de la UCA. Presentó los resultados que comparan la evolución de la pobreza, el acceso a la vivienda, el trabajo y la salud, la seguridad y la participación ciudadana entre los años 2007 y 2011. “Creemos que 2007 fue el año en el que observamos el mayor crecimiento económico y desarrollo social postconvertibilidad”, precisó Salvia, quien es investigador del Conicet. Para esta Serie Bicentenario del Barómetro, que se extenderá hasta 2016, el equipo relevó 5712 hogares de 17 ciudades del país, incluidas viviendas de barrios residenciales y populares, villas y asentamientos precarios desde Resistencia hasta Ushuaia. Los resultados son representativos de la población urbana. Tanto la indigencia como la pobreza muestran un descenso en 2011 con respecto de 2007, cuando el 4,5% de los hogares urbanos vivía en la indigencia y el 18,5% vivía debajo de la línea de pobreza, es decir, que apenas pueden acceder a la canasta alimentaria básica, pero a ningún otro bien o servicio. El año pasado, en tanto, el 3,3% de los hogares era indigente y el 13,4% era pobre. Esto significa que hay 2,1 millones de personas indigentes y 8,7 millones de habitantes pobres en las ciudades. Estos resultados son cinco veces mayores que los del INDEC, cuyas estimaciones hablan de alrededor de 1,6 millones de personas pobres y 427.000 personas indigentes en el país. Marginalidad económica, la pobreza estructural, la segregación social, el subempleo indigente, la rotación entre períodos de empleo y desempleo, la separación residencial en el espacio urbano, la sensación de inseguridad (mayor en los barrios donde se venden drogas) y los recortes familiares de los gastos de salud por una disminución del ingreso, siguen siendo las principales debilidades sociales. Sigue persistiendo el subempleo inestable. En 2011, el 23,5% de la población económicamente activa estuvo desocupada por lo menos una vez en el año, comparado con el 21,7% en 2007. ¿El gobierno nacional se dejará guiar por las mentirosas cifras del INDEC o prestará atención a la verdadera realidad social? Parece que la presidenta Cristina Fernández vive en “Alicia el país de las maravillas” de Lewis Carroll.

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