Perotti el gobernador sin rumbo

Por Osvaldo “Coni” Cherep.- A estas alturas, es redundante criticar a la gestión de Omar Perotti porque el error se ha convertido en sistémico y las consecuencias de sus “no políticas”, solamente han generado malestar y un agravamiento de todos los problemas que hasta su asunción tenía la provincia.

La última perlita del mandatario es el decreto 135/20: una resolución, mediante la cual se “auto concede” el derecho de poner a la Provincia de Santa Fe en estado de “cesación de pagos a proveedores de servicios y contratistas de obra pública” y se arroga de manera excluyente, facultades para redefinir el monto adeudado y reprogramar los pagos en planes mensuales, anuales, o infinitos también.

Perotti “confiesa” con el decreto una intención que hasta hace pocas horas aparecía maquillada y perdida dentro de los proyectos de la fracasada ley de Emergencia y en el todavía vigente proyecto de la ley de Necesidad: quiere romper los contratos de obra pública que había firmado su antecesor, y que en riguroso cumplimiento de las leyes, habían cumplido con todos los pasos legales y administrativos que rigen para las licitaciones públicas.

El decreto (apelable desde lo legal y derogable por la Legislatura) viene a concretar lo que algunos anunciamos antes de su asunción: el Gobernador pretende resolver todos los contratos de obra pública con las empresas santafesinas y en la manga guarda nombres de empresarios amigos que colaboraron con su campaña, y que ya son los dueños casi monopólicos de las que se desarrollan en provincias cercanas: Córdoba, por citar sólo un ejemplo.

El decreto no sólo es un escándalo institucional que rompe todos los puentes con la oposición en la legislatura, sino que ofrece un escenario futuro de juicios contra el Estado. Juicios que se perderán, obviamente. Y que pagaremos los santafesinos con nuestros impuestos. Mientras él “acomoda” el tablero para el desembarco de empresarios amigos.

La estrategia de instalar la sensación de “unas finanzas en ruinas” que nunca termina explicando; la decisión de paralizar casi la totalidad de la actividad estatal desde el 11 de diciembre y generar con esto situaciones anómalas en el funcionamiento de los servicios elementales estatales, puede funcionar un tiempo en la opinión pública. Lo que el Gobernador no puede explicar, nunca, es en qué ocupó su tiempo desde su elección en junio del año pasado hasta hoy, para no tener herramientas políticas y planes para ejecutar.

Llegaron al gobierno sin ninguna idea de lo que tenían (se supone) pero sobre todo, sin ningún programa para poner en marcha. Y se tomaron un mes, para ver “cómo vamos a hacer”.

Toda la población, respira un estado de crisis exagerada. El argumento de “haber recibido un desastre”, colisiona con la realidad: la caja provincial goza de muy buena salud; tiene niveles de endeudamiento bajísimos en comparación con el resto de las provincias argentinas, prácticamente no tiene vencimientos en dólares durante el año en curso y además; recibió recursos adicionales importantes, con los aumentos de impuestos que le habilitó la sanción del Presupuesto 2020.

Para que quede claro y aún usando los números del propio gobierno: en el peor de los casos, Santa Fe tiene un déficit que no alcanza al 2,5% de su presupuesto. 20 mil millones sobre más de 400 mil de recursos previstos para el 2020. ¿Cuál es, entonces, la gravedad que tanto declaman?

Puede pagar, no quiere

Perotti no sólo podía pagar los certificados de obra que les adeuda a las empresas, sino que pudo mantener la actividad en marcha y de esa manera evitar casi 10 mil suspensiones de trabajadores. Eligió “inventar” un estado de situación, que está provocándole penurias a las familias que se quedan sin trabajo, y cortar la circulación de recursos que impactan en todos los sectores del comercio minorista. Lo mismo hizo con el artificial atraso en el pago de los salarios y las jubilaciones. Lo mismo hace con la insólita falta de designaciones claves en áreas como salud y educación. Lo mismo hace, con la seguridad pública. Ayer un Comisario admitió que “no están en condiciones de garantizar la seguridad de los corsos en Santa Fe”. Si no pueden garantizar un corso… ¿ Qué pueden garantizar?

Intentó encontrar basura que lo justificara. Y no la encuentra.

Apenas asumió intervino la EPE y dispuso una auditoria, bajo la expectativa de recibir “buenas noticias” y fracasó: la Empresa no sólo tuvo una administración transparente, sino que sus números hablan de niveles de inversión en equipamientos que no tiene antecedentes, y algo aún más lapidario: no sólo no tenía deudas con Cammesa, sino que en caja estaban los recursos para pagar la factura de diciembre. Algo que la gestión del rafaelino no saldó, y agravó con incumplimientos en enero. Allí cabe una pregunta elemental: ¿Qué hizo Perotti con los casi 5 mil millones de pesos que tiene en su poder, y que no usó para pagar esa deuda?

Pudo pagar las deudas con las Empresas Constructoras, por ejemplo. Y reactivar. Pero no.

Nadie lo sabe. Nadie lo explica. Y lo más insólito: después de que los números quedaron claros y la mentira al desnudo, nadie lo niega.

Del mismo modo que nadie niega que se están incumpliendo con obligaciones elementales: el servicio de limpieza de la Casa Gris anunció ayer que si no le pagan diciembre y enero, desde el lunes no prestará más los servicios.

Del mismo modo que nadie niega que el Ministerio de Ambiente, no tiene recursos ni para controlar los desagües de las empresas que funcionan a la vera de los ríos, y no se está monitoreando si se cumplen o no con las normas elementales de contaminación.

Del mismo modo que nadie niega que hay cargos vacantes en las Regionales de Educación y de Salud, apenas a una semana del comienzo formal del ciclo lectivo.

Del mismo modo que los Centros Culturales (emblemas de esta provincia hasta diciembre) permanecen cerrados y en algunos casos, como ocurrió esta semana, se “prestan” para fiestas particulares.

Del mismo modo que nadie niega, que la seguridad permanece en manos de un Ministro que vive en Palermo, pasa la mayor parte de su tiempo peleándose a través de las redes sociales y haciendo declaraciones disparatadas, mientras en toda la provincia se desató una sensación de “ausencia de seguridad total”, por la falta de recursos para nafta y arreglos de los vehículos nuevos que compró la gestión anterior.

El extravío

Poner en llamas a una provincia que hasta hace tres meses era, con todas las dificultades, una de las pocas que efectivizaba medidas anticíclicas con la obra pública. Que tenía los mejores indicadores de mortalidad materno infantil, que desarrollaba con admiración de sus pares una calidad institucional plena, que había desplegado políticas efectivas de contención e inclusión social con los Planes Abre, Nueva oportunidad o Volver a estudiar; una provincia que había priorizado la salud y la educación pública; y que tiene (Perotti adeuda la publicación de la famosa “Auditoría” que le pidió a la Nación y que según trascendió arrojó resultados inapelables de transparencia) recursos suficientes para continuarlos, es un acto que roza la insania.

Perotti acaba de “decretar” que no le importa nada de lo que arriba mencionamos, y que su único objetivo es tener una acumulación de poder pleno, para poder tomar las decisiones arbitrarias que favorezcan, en principio, a algunos amigos que lo ayudaron a llegar a Casa Gris.

Cuenta con el precario apoyo de las conducciones gremiales, que más temprano que tarde sentirán el enojo de las bases. Cuenta con algunos aliados del peronismo que piensan más en sus cargos que en las consecuencias de las políticas que lleva adelante su gobierno.

Y cuenta, cada vez menos, con el guiño del ejecutivo nacional. Con la ayuda de un Presidente que se fue furioso de Rosario el jueves pasado por la escandalosa ausencia de público en el acto en homenaje a Manuel Belgrano: apenas 2000 personas.

Perotti creerá que “hacer caja” y “cerrar negocios con amigos” le proveerá un bienestar político futuro. Y se equivoca, una vez más: la primera encuesta mandada a realizar por el ejecutivo nacional muestra su imagen casi en el subsuelo.

Perotti se perdió en un inexplicable laberinto que fue armando desde el día en que asumió.

Sin carisma, sin equipos competentes, sin luces para reaccionar ante lo obvio, y sin ninguna posibilidad de establecer negociaciones con la oposición (y con muchos propios también), Perotti parece un gobernador perdido.

Tan perdido, que las primera voces del peronismo que sonaron en off ayer tras la publicación del decreto en El Litoral, llegaron a preguntarse si era cierto.

Perotti parece un gobernador en salida. Quemó sus cien días de gracia en un par de semanas, y su obcecación lo conduce hacia un iceberg gigante que no alcanza a ver: la realidad.

Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 1 de marzo de 2020.

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