Pedraza: símbolo de la corrupción

Nació en la localidad cordobesa de Dean Funes, alejada del poder central, pero lamentablemente ahora está viviendo en un lujoso departamento de Puerto Madero, constituyendo más que un representante legítimo de los trabajadores un “empresario sindical”, cuyo accionar y negocios oscuros lo dejan al descubierto.

Por Emilio Grande (h.)

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Por Emilio Grande (h.).- Hace unos días fue detenido el sindicalista ferroviario José Pedraza por el crimen del joven militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, en una causa que investiga la jueza Wilma López. Pedraza quedó detenido por decisión de la jueza, acusado de “haber participado e integrado el emprendimiento criminal” para evitar la manifestación de los empleados ferroviarios, y de haber “aleccionado a los tercerizados”. Esta detención se suma a la de otros sindicalistas por la mafia de los medicamentos como fueron José Zanola y Gerónimo Venegas, este último liberado con una fuerte presión política hacia la Justicia. El delito de Pedraza es mucho más grave por haber promovido una muerte. La más seria acusación indica que fue él quien ordenó que fuera armada una banda para reprimir a un piquete de izquierda que integraba Ferreyra. Ahora a raíz del caso Pedraza se decretó una huelga de la Unión Ferroviaria, afectando los ramales del Roca, San Martín, Mitre, Belgrano y Urquiza. Estas prácticas son el correlato de la expresión “piquetera” que se instauró en la era kirchnerista y seguramente llevará años desterrar. Nunca un mal se lo combate con otro mal, basta mirar un poco de la historia nacional e internacional. Pedraza es un perfecto burócrata del sindicalismo argentino. Es un filo kirchnerista, importante dirigente desde hace 40 años, aunque alcanzó el liderazgo de su gremio hace 25 años. Los caudillos gremiales son la única estirpe política preexistente a la última dictadura. Es la cúpula sindical, vieja y corroída la que ahora está tocando los picos más altos de descrédito público y de persecución judicial. La corrupción y la ambición desmedida de los sindicalistas los están colocando ya en la opción de jugar a todo o nada. La Argentina podría verse envuelta en una pelea por aumentos salariales incompatibles con el control de la ya descontrolada inflación. Pedraza es un aliado de los Kirchner y un interlocutor asiduo del ministro de Planificación, Julio De Vido, pero parece que desde el Gobierno y la CGT le soltaron la mano y no salieron a defenderlo públicamente. En este contexto, justamente este gobierno nacional no quiere dar reconocimiento a la otra central obrera: la CTA, desconociendo jurisprudencia nacional e internacional que avalan su presencia efectiva en el gremialismo. Pedraza nació en la localidad cordobesa de Dean Funes, alejada del poder central, pero lamentablemente ahora está viviendo en un lujoso departamento de Puerto Madero, constituyendo más que un representante legítimo de los trabajadores un “empresario sindical”, cuyo accionar y negocios oscuros lo dejan al descubierto.

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