Pascua…una gran oportunidad para abrazar el amor y desterrar el odio

Por Alicia Riberi.- Jesucristo fue capaz de hacerse hombre, sentir en su carne las miserias de la humanidad, conocer cómo vivimos enroscados en el pecado y ver como no sabemos disfrutar de las maravillas que nos dio el Creador y jugamos a ser Dios.

Sufrimos dolores  de distinta índole…engaños, estafas, muertes, desencuentros, odios, pérdidas y así y todo seguimos eligiendo el mal camino, el camino ancho que nos lleva a la perdición. Algunos ni tienen  en cuenta que Dios existe, creen en su propia fuerza, en su poder y cuando todo se les termina, no saben a qué aferrarse,  se sienten  que les falta el piso bajo sus pies. Otros saben que sí existe, pero ni se les pasa por la cabeza que algo les puede pasar y se quedan sin tiempo para conocerlo y acercarse.

La vida nos sacude, pero todos somos pecadores, a Cristo, lo insultaron, le pegaron, lo escupieron y lo clavaron  en una cruz y tuvo la peor muerte y solo lo aceptó voluntariamente por nosotros. La misma gente que lo vio resucitar muertos, devolver la vista a los ciegos, expulsar demonios, hacer caminar a paralíticos, gritó: crucifíquenlo, crucifíquenlo… que podemos esperar para nosotros…Pilato les respondió: ¿Debo yo crucificar a su rey? Los jefes de  los sacerdotes contestaron: No tenemos más rey que el César…Finalmente dijo Jesús:- ya todo está cumplido y expiró.

Cuando leo y releo el texto de la pasión según San Juan, me da escalofríos y siento en mi carne los dolores de María, cuánto sufrimiento para una mujer Santa, libre de pecado, pura. María es Madre de la humanidad y tenemos la libertad de aceptarla o no…en mi caso no solo la acepto sino que me abrazo a ella para soportar los dolores de la vida, quién nos puede entender más que ella.

María defendió la vida de Jesús junto a José   y eso nos debe enseñar que la vida se debe defender siempre desde la concepción hasta la muerte natural. Si nuestras madres nos dieron la oportunidad de vivir… como nosotros podemos truncar una vida? Dios nos enseñó que la justicia no debe tener  ideologías, la justicia es una y debe impartirse  con tal, aunque sobre  toda justicia está la justicia divina de la que no nos podemos escapar, en algún momento la vamos a sentir, porque si hay alguien fiel, ese es Dios.

Olvidamos a veces que es el único que ve lo que pensamos, sentimos  y es el único juez al que cuando debamos partir no podremos discutirle nada, porque todo lo sabe aunque ante los ojos humanos tratemos de esconderlo.

La Pascua, cada año es una gran oportunidad para abrazar el amor ante todo y desterrar los odios que destruyen el alma, porque muchas veces las personas que hacen daño gratuitamente piensan que destruyeron al otro, pero solo se destruyen a ellas mismas.

El que cree, vive…porque guardar los mandatos es amar a dios; en realidad sus mandatos no son difíciles, porque todo hijo nacido de dios vence al mundo y la victoria por la que vencimos al mundo es nuestra fe (Juan 5,4).

Escribió Juan Pablo II: Quédate con nosotros, Palabra viviente del Padre, y enséñanos palabras y gestos de paz: paz para la tierra consagrada con tu sangre.
Quédate con nosotros ahora y hasta al fin de los tiempos. Haz que el progreso material de los pueblos nunca oscurezca los valores espirituales que son el alma de su civilización. Qué visión mi querido pastor y que actual.

Felices Pascuas para todos!!!  y que ojalá descubran la enorme oportunidad que tenemos en esta Pascua,  para cambiar lo que haya que cambiar en nuestra vida para seguir al único que nos llevará a  un norte seguro y nos guiará a la Patria celestial. Preparémonos para una vida después de la muerte con Cristo. Yo creo en sus palabras de vida eterna…y ustedes? Entre todos podemos cambiar en este mundo para que sea una mejor morada para nuestros niños y jóvenes…de la mano de Jesús.

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