Pasar de la muerte a la vida

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). “No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho” (Mt. 28, 5).

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Frente a un mundo que le da la espalda a Dios y vive este fin de semana largo como algo “normal” sin cuestionarse sobre el sentido más profundo de la Semana Santa, Jesús nos ayuda a comprender el triduo pascual: la pasión, muerte y resurrección. Atrás quedaron los cuarenta días que marcaron el tiempo de Cuaresma, justamente de preparación y revisión de nuestras vidas para buscar un cambio interior, de aquellos cosas un tanto oscuras para así pasar de las tinieblas a la luz. Se dice con razón que la Semana Santa es la semana mayor de la cristiandad, donde el misterio del amor por la humanidad se hizo palpable, llevando Jesús a la cruz nuestras debilidades y pobrezas materiales, no solamente de hace más de dos mil años sino que es la representación diaria de nosotros. Esta noche abramos nuestros corazones como las mujeres que fueron al sepulcro y quedaron sorprendidas ante el Angel cuando dijo: “No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba y vayan en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán».” (Mt. 28, 5-7). En este contexto pascual no podemos abstraernos de la realidad actual por momentos preocupante frente a la crisis que vive la sociedad mundial con guerras sin fundamentos, países desarrollados que derrochan sus recursos frente naciones subdesarroladas donde buena parte de la población no puede vivir dignamente por la falta de trabajo y sin los servicios elementales de agua y comida. Nuestro país no está al margen de los problemas que vive el mundo, en la que luego de varios años de crecimiento económico después de la crisis del 2001-2002 todavía hay injusticias en la distribución de las riquezas: un pequeño grupo se queda con el grueso de las ganancias y la mayoría de la población sufre los embates de la inflación. Este Gobierno hegemónico –al igual que el anterior- no cuenta con un proyecto sustentable de desarrollo equitativo de todos sus sectores sociales, haciendo alianzas de poder con grupos económicos y dirigentes patoteros con interrogantes de corrupción. Un signo de esta crisis terminal lo constituye el problema acuciante en el campo, que a decir verdad es el principal rubro de la economía, pero el Gobierno mete mano con el aumento de las retenciones que es inconstitucional porque afecta a la propiedad privada y, además, así busca enfrentar a la sociedad civil: esperemos que no se llegue a escenario. Este domingo los cristianos celebramos la Pascua, en la que el hijo de Dios después de haber vivido la pasión y la muerte fue resucitado en el tercer día, como estaba anunciado en las escrituras, para la salvación de los hombres y mujeres de todos los tiempos. Una vez más es un desafío ser cristianos por propia convicción con la esperanza en la vida eterna más allá de lo temporal y no ser cristianos por tradición o imposición.

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