“Paola es una virgen consagrada que le dice sí al amor de Dios”

Expresó el obispo diocesano Luis Fernández durante la homilía de consagración de Paola Seguro en la parroquia Santa Rosa de Lima de Rafaela.

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Consagración de la virgen Paola Seguro, ceremonia presidida por el obispo Luis Fernández en la parroquia Santa Ros de Lima de Rafaela.

Por Luis Fernández.- Queridas hermanas y hermanos, en el día de la Patrona de la Diócesis, Nuestra Señora de Guadalupe, recibimos este regalo de Dios, al participar esta noche, aquí en la Parroquia de “Santa Rosa de Lima”, la Consagración en el Orden de las Vírgenes de nuestra querida hermana Paola Seguro.

Fue el amor de ella, la que eligió, esta Fiesta de la Virgen y este lugar de “Villa Rosas”, para su Consagración, lugar que la vio crecer en medio de este barrio, junto a su familia y a tanta gente, que en su niñez y juventud la ayudaron a  madurar espiritualmente,  y a recorrer la vida con entrega generosa siempre <siempre inquieta y en búsqueda>, abierta a Dios y sin dejar nunca de asombrarse y servir con sencillez y humildad.

Hermanos,  vamos dentro de unos instantes a acompañar a Paola, una vecina más del barrio de “Villa Rosas”,  a quien Jesús  ha <elegido>. Es un llamado de Dios, y hoy para nosotros, se nos hace  tan <significativo>, porque tiene su origen en el amor infinito de Dios por nosotros. La mirada amorosa de Cristo pasa y se detuvo en “Villa Rosas”,  en Paola para <desposarla> con El, hacerla su <esposa>.

La Biblia,  en esa poesía del amor de Dios del Libro del   “Cantar de los Cantares”, pone en la boca del amado, esta frase:

“Te desperté debajo del manzano, allí donde tu madre te dio a luz, donde te dio a luz la que te engendró.

Sí, aquí en villa Rosas nació tu vocación te encontró el amado, y vos Paola no tardaste en responderle como su amada:

“Grábame como un sello sobre tu brazo, porque el amor es fuerte como la muerte, inflexibles como el abismo, son los celos, sus flechas son flechas de fuego, sus llamas, llamas del Señor. Las aguas torrenciales no pueden apagar el amor, ni los ríos anegarlo. Si alguien ofreciera toda su fortuna a cambio del amor, tan solo conseguiría desprecio”

Tu corazón herido de amor, como dice San Juan de la Cruz, en las búsquedas del laberinto de Dios, se han podido encontrar para no separarse nunca jamás, como es el verdadero amor fiel y pleno.

Escuchar esto hoy, queridos hermanos, nos parece inaudito, imposible para esta época actual, donde solo cuenta <el  momento>, ante cambios vertiginosos, con la única seguridad de que todo es relativo, y  dónde se duda hasta de uno mismo, gozando solo en la ansiedad de lo nuevo ´para solo consumir, permaneciendo en la constante  de un vacío existencial,  que solo pareciera gozar de la nada que lo atrae.

Y aquí estamos hoy nosotros participando, ante un Dios, que se hace encuentro (esposo) y Paola que en su búsqueda se <descubre nada para solo dejarse cubrir por el amor de la Iglesia>, presencia del amor de Dios, que la invade y plenifica, haciéndola suya como esposa.

El Profeta Isaías que hemos escuchado hoy en “La Palabra”, nos hablaba de un <Signo> de Dios en medio del obstinado <escepticismo e indiferencia> en que vivía el Rey y el Pueblo de Israel, también hoy nosotros podemos  encerrarnos, y nos perdemos las maravillas y bellezas de Dios,  que rodean nuestra vida de cada día. Para Dios un <Signo> es un hecho presente, muy cercano, es la garantía de una intervención Divina.

Sabemos también, que en este día de las Fiestas Patronales Diocesanas de Nuestra Señora de Guadalupe, el Signo manifestado por el Profeta, se cumplió de manera única y asombrosa en la Santísima Virgen, en la Encarnación del Verbo de Dios, en el vientre purísimo de María, Dios se hizo hombre, y no menor fue el Signo que Dios entregó a América,  en la Guadalupana del Tepeyac, regalándonos, la belleza inculturada con rostro bien originario a esta pobre y sufrida Latinoamérica. 

Vamos ahora a participar de un nuevo Signo que hoy nos  entrega Dios, es una realidad que se descubre solo en el amor, de dos presencias que se funden en una unidad armónica entre un Dios enamorado y la respuesta de fidelidad de la amada que le entrega su vida para siempre. Son las bodas de Paola, es una Virgen Consagrada que le dice Sí, al amor de Dios.

Un Sí, que no se queda en un  enfermizo intimismo espiritual de una pureza virginal meramente física, distante de la dura realidad cotidiana, quienes conocemos a las Vírgenes Consagradas y hoy a Paola, sabemos que su entrega total a Dios conlleva una vida, como expresaba la prima Isabel de la Virgen,  cuando recién en el evangelio, escuchábamos que el niño salto de <alegría> en su seno, con la cercanía de Jesús en el vientre de María.

Alegría es la Vida de una Virgen Consagrada, en esta etapa nueva de la Evangelización, es el camino por donde hoy anda la Iglesia. Es la alegría del evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos, es una alegría misionera de una Iglesia en salida, en un éxodo continuo y el don, del salir de si, del caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá, dice el Papa Francisco en evangelii Gaudium (21). “Conservamos la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas”. Sea esta tu mayor alegría en la entrega de tu vida. Que el mundo actual, a veces alejado de Dios, pueda recibir la Buena Noticia, no a través de evangelizadores, tristes, amargados y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de tantas mujeres que irradian el fervor, de quienes han recibido primero en sí mismas, la alegría de Cristo, y aceptan consagrar sus vidas, con una entrega sencilla y austera haciéndose ellas mismas semillas del Verbo que renuevan la historia.

Por último, tu lema: “Descubrirme a la Madre Iglesia para que me cubra”

Creo que esto ha sido tu búsqueda, tu vida Paola.

Dijo el Papa Francisco  el último domingo en el día de la Inmaculada en el  Ángelus,  en la Plaza de San Pedro: “La obras de misericordia se hacen en silencio”. María, nuestra Madre le dijo que Sí a Dios, y por eso Dios pudo actuar en Ella, gracias a su Sí.

María no se pone ante Dios en tantos razonamientos, no pone obstáculos en el camino del Señor, sino que con prontitud se confía y deja espacio para la acción del Espíritu Santo. Inmediatamente pone a disposición de Dios todo su ser y su historia personal, para que sea la Palabra y la voluntad de Dios, la que la modelen y lleve a cumplimiento lo que Dios le va pidiendo.

María asume la actitud de servicio se hizo la esclava del Señor. Por eso Ella es toda bella, toda santa, y se pone a servir a los demás, estar atenta al prójimo. Todo sin clamor ni ostentación, sin buscar lugares de honor, sin publicidad (dice Francisco), porque la caridad y las obras de misericordia no necesitan ser exhibidas como un trofeo, las obras de misericordia se hacen en silencio a escondidas, con estilo discreto y oculto.

En esto se refleja tu lema y tu vida, es la predilección de Jesús por los pobres, para amar antes que con las palabras con las obras como nos pidió el Señor. Que hermoso es ser esperanza para el pobre, ustedes son los maestros que nos ayudan a vivir la fe, porque los pobres nos evangelizan. La pobreza es un bien que encierra todos los bienes, decía Santa Teresa de Jesús. Los pobres son un recurso no un problema, es la esencia del evangelio. Estar con los pobres es un estilo de vida, ayudar a restituir la dignidad de la persona. Hacer posible la amistad y fraternidad sin excluidos.

Son Signo de la acción y credibilidad de Dios.

Que María te siga acompañando para que descubriéndote cada día más en la Iglesia te sigas llenando del amor de Dios y de los hermanos, como  Nuestra Señora de Guadalupe, sigue cubriendo de alegría,  consuelo y ternura a esta América Latina. Amén

El autor es el obispo de la diócesis de Rafaela.

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