Otro gran día para el tenis argentino

La semana terminó a lo grande, con dos importantes títulos. Uno de Gastón Gaudio en Kitzbühel y otro de Guillermo Coria en Umag. No sólo eso: también a partir de mañana ambos volverán a ser top ten.

Por Mariano Laico

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El tenis argentino vivió una semana soñada. Una más. Todo comenzó bien temprano, con la consagración de Gastón Gaudio en Kitzbühel, y se cerró por la tarde con el título obtenido por Guillermo Coria en Umag. El Gato y el Mago aprovecharon el descanso que se tomó el rey indiscutido del polvo de ladrillo, el español Rafael Nadal, y se pusieron su corona. En mayo pasado, más precisamente el día del trabajador, Gaudio, en Estoril, y David Nalbandian, en Munich, fueron los primeros tenistas de esta nueva generación en quedarse con dos torneos en una misma semana (Vilas y Clerc ya lo habían conseguido en tres oportunidades). Y hoy, los dos finalistas de Roland Garros 2004 repitieron la historia. Además, como yapa, los puntos sumados les permiten volver a meterse en el selecto grupo de los top ten: el Gato será octavo, y el Mago, noveno. Cerca de las 5.30 de la mañana, Gaudio salió a la cancha para enfrentar al español Fernando Verdasco. Y el arranque no fue de lo mejor para el de Temperley. Entró bastante frío y tardó en calentar el brazo, lo que se vio reflejado en el desarrollo del primer set: erró más de la cuenta y su rival sacó una buena ventaja para llevarse el parcial por 6-2. Pero el partido iba a ser largo. Gaudio, tarde o temprano iba a aceitar sus golpes. El drive empezó a entrar y su revés a lastimar. Y ahí comenzó otro partido. El Gato tomó la iniciativa en todos y cada uno de los puntos y dominó a voluntad a un Verdasco que no encontraba variantes y no podía salir de la agobiante presión que imponía el argentino. Con un rendimiento sin puntos débiles, el Gato se llevó el segundo set por 6-2 y la cara de Verdasco lo decía todo: iba a tener que cambiar completamente el libreto para ganarle a un Gaudio que, con confianza, es casi imbatible sobre polvo de ladrillo. Cuando se olvida de las pelotas erradas y juega a divertirse, es uno de los mejores del mundo. En el comienzo del tercer set, Gaudio consiguió quebrar en dos oportunidades, y cuando estaba 4-2 con su saque, la lluvia obligó a parar. Por lo general, se dice que estas detenciones siempre perjudican al que va arriba, pero el argentino demostró que no siempre es así: en la reanudación mantuvo la ventaja y cerró el parcial por 6-4. Otra vez con la iniciativa y bien metido en el partido, el Gato se fue rápido arriba en el cuarto set. Pero Verdasco, perdido por perdido, empezó a arriesgar más de la cuenta y metió una que otra. Ahí Gaudio vivió unos momentos de zozobra, pero de todas maneras no tuvo problemas para cerrar el parcial por 6-4 y quedarse con el octavo torneo de su carrera. El primer título ya estaba adentro. Sólo faltaba que Coria, que enfrentaba en Croacia al ex número uno del mundo Carlos Moya, coronara una semana espectacular para el tenis argentino. A las 15, el Mago pisó el polvo de ladrillo de Umag y ya desde el arranque del partido pudo notarse que iba a ser una batalla. Los primeros puntos fueron palos de un lado y del otro. Moya lastimaba con su derecha invertida y Coria con su defensa-ataque. Y en ese duelo fue el español el que salió mejor parado: impuso su potencia por sobre la del argentino, quebró en el primer game de juego y luego mantuvo su servicio para ponerse rápido 2-0 arriba. No era negocio para el Mago, el palo a palo no le convenía. Y se dio cuenta enseguida. Entonces cambió el libreto: volvió a hacer su juego, volvió a tejer esa telaraña en la que enreda a sus rivales. Comenzó a proponer esos puntos eternos y sacó a Moya de las casillas. El español empezó a fallar, y encima, todo lo que tiraba, volvía. Coria descontó, luego igualó y luego pasó al frente. Muy sólido desde la base y explotando al máximo su contraataque ofensivo, ganó seis games consecutivos y se quedó con el set por 6-2. El Mago mostró su mejor cara en este parcial, la misma que mostró cuando apabulló el viernes al ex número uno del mundo Juan Carlos Ferrero por los cuartos de final. Sin embargo, no todos deben ser elogios para Coria. Porque en el segundo parcial, bajó el ritmo, y a este nivel, eso es imperdonable. Del otro lado de la red estaba Carlos Moya, un hombre acostumbrado a las definiciones. El español no disminuyó la intensidad y aprovechó un quiebre en el quinto game para ponerse 3-2 arriba y con su saque. En un set muy parejo, ese break le bastó para imponerse por 6-4 y llevar las cosas a un tercero. Con lo visto hasta ahí, podía decirse que el partido estaba para cualquiera de los dos. Pero Coria demostró que definir en el tercer set no era presión para él: el Mago sacó la varita de su bolsillo y ganó tres puntos consecutivos con tres drops para llevarse el primer game. Pegó un grito y se fue corriendo a su silla. Así le indicó a Moya que la iba a tener brava. Y encima, para hacerle notar que no le iba a dar respiro, el Mago le quebró el saque en el segundo game. Con algunas dudas (levantó un break point) se llevó el tercer juego y quedó 3-0 al frente. Todo era cuesta arriba para el español. En ese momento, para el Mago, se terminó el partido. No porque creyera que Moya no pudiera darlo vuelta, sino porque estaba seguro que iba a imponer su juego. No se equivocó. Con total autoridad mantuvo su servicio y quebró en el octavo juego para llevarse el set por 6-2. Los tenistas argentinos vuelven a ser noticia en el circuito. El título de Gaudio en Kitzbühel, el de Coria en Umag, y la semifinal de Chela en el cemento de los Angeles confirmaron el buen momento que el equipo del Luli Mancini se había encargado de alimentar con la victoria en el césped australiano. Da para ilusionarse.

Fuente: www.clarin.com.ar.

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