Otra marcha aleccionadora para pedir justicia en nuestra ciudad

Por Emilio Grande (h.).– «La adversidad y el dolor no deben verse como cosas tan terribles, sino como una escuela donde el aprendizaje, aunque sea duro, no se olvidará con facilidad», opina José Antonio Pagola (sacerdote español, docente y escritor de libros).
Muchas veces en cualquier situación de la vida hay que tocar fondo para darse cuenta de la gravedad del problema que está afectando la situación. Esta reflexión puede servir también para tratar de comprender la compleja y problemática situación en la que estamos enredados los rafaelinos con la inseguridad, que se viene perpetrando desde hace varios años, pero que se profundizó en las últimas semanas por las trágicas muertes de Gonzalo Glaría, Emanuel González y Emanuel Morales.
Anteanoche se realizó otra histórica y multitudinaria movilización de miles de rafaelinos que duplicó y triplicó la del viernes 3 de enero último, según las distintas estimaciones, reclamando pacíficamente «seguridad y justicia» al compás de los aplausos permanentes que se hicieron sentir en todo el trayecto recorrido.
A diferencia de la anterior, en esta oportunidad fue emocionante observar la heterogeneidad de la convocatoria de distintas edades y estratos sociales en el edificio municipal, con un primer mensaje dirigido a las autoridades locales (municipales y concejales), explicando el camino a recorrer y pidiendo que no haya desmanes, para evitar ocurrieran desmanes como la semana pasada en los edificios de la Fiscalía, el Municipio y la casa del gobernador Omar Perotti.
Ciertamente en ambas marchas no hubo militantes del socialismo infiltrados como verbalizó el ministro de Seguridad, Marcelo Saín, buscando culpables ante los desmanes producidos por un grupo reducido en la primera manifestación pública del año. ¿Cómo contener la impotencia y bronca ante tantos hechos de violencia ciudadana? A decir verdad, había cierto temor de los organizadores sobre el accionar de los jóvenes, especialmente los amigos de Gonzalo, para garantizar que la marcha de anteayer transcurra sin problemas, que en la práctica fue tranquila.
Otro elemento para ser analizado es qué pasará en el tiempo, si este tipo de reclamo ciudadano continuará con nuevas movilizaciones, si aumentará el número de asistentes o por el contrario se irá apagando por el desgaste que produce no encontrar soluciones con medidas judiciales y políticas. Muchos se preguntan si servirán para que reaccione la dirigencia en su conjunto.
Ante la consulta de este cronista de CASTELLANOS, Gustavo Glaría, papá de Gonzalo, precisó que «vamos a seguir saliendo con todas las marchas que sean necesarias, no soy el organizador pero las estoy apoyando con muchísimo gusto; le pongo la cabeza y el pecho como verán en cada una de ellas. La gente estaba muy indignada anoche (por anteanoche) y me dijeron que hagamos las marchas que necesitemos, así sea una por semana que se van a sumar. Entonces vamos a seguir haciendo marchas».
También hay que decir que en estas dos manifestaciones públicas fueron organizadas espontáneamente y convocadas desde las redes sociales (whatsapp, facebook, instagram, twitter) y amplificadas por los medios de comunicación tradicionales.
«No tengo idea quien organiza las marchas, ayer (por anteayer) estaba muy preocupado para que no haya desmanes ni se filtre alguno con la intención de hacer quilombo. Llamé a los referentes del grupo de amigos de Gonzalo, les dije cómo podíamos hablar al público y conseguimos un megáfono. Se hace por redes sociales, te enterás que tal día, el 7 a las 20 horas, se hará la marcha por Gonzalo y así se hizo, jamás me consultaron; la marcha anterior fue al día después del entierro de Gonzi, imagínate si yo iba a estar en circunstancias para organizarla», aclaró Glaría.

Interpretaciones jurídicas

El lunes último el juez Osvaldo Carlos tomó la decisión de excarcelar a los dos motochorros Matías Perea y Cristian Milesi, autores del robo en la esquina de Mitre y Roque Sáenz Peña el 31 de diciembre último, lo que derivó en la persecución de Gonzalo Glaría durante varias cuadras con el fatídico cruce con los citados y el posterior violento choque con el auto parado en calle Triunvirato casi bulevar Santa Fe.
Esta resolución judicial produjo mayor indignación en la opinión pública rafaelina, siendo un disparador para movilizar a mayor cantidad de gente anteanoche que la semana pasada porque se entendió que benefició a los imputados para que quedaran en libertad, mientras Gonzalo se jugó la vida para hacer justicia personal.
Al respecto, un reconocido abogado del foro local opinó a este diario que «es apresurado emitir juicio alguno, menos aún si uno no conoce el expediente; todos los que hablan lo hacen de oído. No conocemos los argumentos puntuales del juez porque todavía no los ha explicitado por escrito, así que toda opinión de la gente sobre si tuvo o no razón es realmente prematuro, sería imprudente esgrimir ahora un juicio a priori sin conocer esos fundamentos».
Conviene recordar que las fiscales Ángela Capitanio y Gabriela Lema adelantaron que apelarán esta medida adoptada por el juez. Sobre este aspecto, un abogado penalista, que solía recorrer los pasillos de los tribunales, sostuvo que «técnicamente el fallo de Osvaldo Carlos estuvo bien; es el criterio que siempre tuvo la Cámara de Apelaciones, pero es muy probable que ahora revoque el fallo por el pedido de juicio político para el juez que falló de esa manera. Este Código de Procedimientos obliga al juez porque no podría tenerlos encarcelados y se aprobó en la Legislatura provincial con el voto positivo del senador Alcides Calvo».
Y agregó: «no estoy de acuerdo con el pedido de juicio político porque es una aberración; la Constitución garantiza a los jueces que no pueden ser juzgados por sus fallos porque el Derecho tiene como objeto de estudio hechos controvertidos, habrá gente conforme y disconforme. ¿Cómo un juez de Cámara podría confirmar el fallo del juez cuando tiene el pedido de un juicio político? Atenta a la independencia judicial».

Decisiones políticas

Por otro lado, el mensaje de las dos últimas marchas está dirigido a las autoridades provinciales ejecutivas, legislativas y policiales para que se despierten de la modorra y tomen medidas concretas para garantizar la seguridad ciudadana.
Desde que asumió el nuevo gobernador Perotti se viene quejando, al igual que varios ministros, sobre el déficit financiero que le dejó la administración anterior, siendo un claro ejemplo la reestructuración del pago de los haberes a los empleados estatales con quejas en distintos gremios provinciales. En ese sentido, el Gobierno Provincial decretó el congelamiento de los sueldos por 180 días (como se hizo a nivel nacional) del personal de gabinete de la administración pública.
En el contexto de la crisis económica, están los recursos provinciales que disponen los legisladores provinciales (los haberes son de unos 100.000 pesos): unos 330.000 pesos mensuales para cada uno de los diputados y más de 2 millones de pesos (entre subsidios ordinarios y el fondo de fortalecimiento institucional) mensuales para cada uno de los senadores, que recibían hasta el 10 de diciembre último (seguramente continúen), según informaron fuentes confiables legislativas, que entregan discrecionalmente a instituciones (municipios, comunas, ONGs, gremios, clubes, parroquias, entre otras).
Estos millones de pesos mensuales se podrían destinar para nombrar nuevos policías, que cobren en fecha según la ley y aumentar el presupuesto para combustible y mantenimiento de las móviles policiales porque actualmente las partidas presupuestarias asignadas no alcanzan, según informaron fuentes policiales. ¿Es más importante solucionar los problemas de inseguridad o haber firmado el Gobernador el decreto de adhesión al protocolo de aborto legal y seguro?
Finalmente, hay que trabajar fuertemente en la reinserción social de los presos que se encuentran en las cárceles provinciales porque una vez que cumplen la pena salen a la calle en peores condiciones de las que entraron. Al mismo tiempo, en la lucha contra el narcotráfico y en la prevención de las adicciones de los jóvenes que caen atrapados en las drogas ilícitas, siendo un insumo muy frecuente que utilizan los malvivientes para actuar en los hechos delictivos de arrebatos, robos, hurtos y asesinatos.

Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 9 de enero de 2020.

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