Optica Lencioni cumple 120 años y es el negocio más antiguo de Rafaela

Fue iniciada por Ugo Lencioni en 1900 frente a la plaza 25 de Mayo. Hoy está la quinta generación de negocios relacionados con la salud visual. “El desafío es sobrevivir, pero somos optimistas porque hemos podido soportar las distintas crisis y a esta la vamos a sobrepasar bien”, confesó Roberto Lencioni (ingresó en 1950). En 1964 crearon Vitolen, un laboratorio de lentes oftálmicas.

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Cuando el negocio Lencioni estaba frente de la plaza 25 de Mayo en 1903.

Por Emilio Grande (h.).- Este jueves 15 de octubre Óptica Lencioni está cumpliendo 120 años de vida comercial y fue iniciada por Ugo Lencioni (nacido en Lucca, Italia en 1851 y se recibió en la famosa Universidad de Pisa) en calle Lavalle 54 (al lado del Bar La Gloria), frente a la actual Plaza 25 de Mayo, en la entonces colonia Rafaela. Vendía elementos para medicina, remedios que preparaba artesanalmente y anteojos para «vista cansada», de distintos aumentos. En 1920 se mudó a la esquina de Sarmiento y Alvear, y a partir de 1945 en el actual emplazamiento de bulevar Santa Fe 425 (funcionó el diario El Norte).

Fachada del negocio en calle Lavalle 54.

“Ese día se abrió frente a la plaza 25 un negocio de farmacia del químico farmacéutico Ugo Lencioni. A través de las distintas generaciones tuvo continuidad y hoy está la quinta generación de negocios relacionados con la salud visual y audiología; en aquella época las farmacias también vendían anteojos para cerca que venían pre-ensamblados. El tiempo fue pasando, las generaciones fueron sucediéndose, hubo algunas transformaciones societarias, pero la actual Optica Lencioni es la continuidad de la que formó en 1900”, expresó Roberto Lencioni (nieto de Ugo) en una entrevista telefónica con este cronista. Ingresó en 1950 y lleva 70 años en el emprendimiento comercial; también fue presidente del CCIRR.

Ugo Lencioni en su botica frente a la plaza 25 de Mayo.

Sobre cómo era aquella pequeña Rafaela de principios del siglo XX, el entrevistado (en enero cumplirá 90 años) contó que “tenía 2.500 habitantes. Hay una foto que refleja fielmente lo que era en aquel entonces la colonia Rafaela, que administrativamente ocupaba también la parte de Bella Italia; por eso los recibos de esa época decían Colonia Rafaela y Bella Italia para hacer más económico el proceso administrativo”.

Foto de Ugo Lencioni en 1095 de la colonia Rafaela. En julio de 2001 fue donada al Municipio.

Esa emblemática foto muestra a un tren que cruza por el centro de la plaza 25 de Mayo, fue donada a la Municipalidad y está colgada en el despacho de la Intendencia (en el 5º piso del edificio municipal). “Esa foto fue tomada por Ugo y es original de aquella época; hace 19 años en una pequeña ceremonia, la familia Lencioni la donó al Municipio porque consideró que no era más propiedad suya sino de toda una comunidad. La imagen da una idea de cómo era en aquella época de lo que es hoy ciudad de Rafaela”, agregó.

-¿Cuáles fueron los secretos para que este negocio perdure en el tiempo?

-A través de los años fueron cambiando todas las cosas, fueron evolucionando todos los negocios y la óptica cambió también como todo. Las generaciones fueron actualizándose permanentemente con las nuevas tecnologías y en las últimas décadas tuvo un avance extraordinario. No sé si por casualidad, por mérito o por lo que fuere es el único comercio de Rafaela que sobrevive de aquella época, siendo el más antiguo.

-Además de la óptica, este emprendimiento incursionó en la fotografía, ¿por qué dejaron estos rubros?

-Entre los primeros 30 y 40 años se vendían otros rubros importantes como la fotografía y se hizo muy popular en la década del 30 con la novedad que todos podían sacar fotos. La marca norteamericana Kodak llevaba el liderazgo mundial de la fotografía, me refiero a la cámara fotográfica con el rollo, luego había que llevarlo al laboratorio para revelar y copiar para hacer las fotos del tamaño que quería el cliente. Hoy fue reemplazado por la tecnología moderna que son los celulares, donde cualquiera puede sacar una foto y la tiene en un segundo.

-¿Cómo afectaron las distintas crisis económicas a lo largo de 120 años y cómo se repusieron?

-La historia de la Optica Lencioni es un poco la historia de la ciudad de Rafaela y de la República Argentina. Hemos sufrido, padecido y soportado cuanta crisis económica existió en nuestro país. Todas las crisis tienen sus características, pero las pudimos sobrepasar perfectamente bien, como la actual crisis, que es muy profunda, y en este momento estamos haciendo frente como podemos a estos avatares políticos, que periódicamente gracias a nuestros políticos que supimos votar tenemos que soportar estas situaciones.

-¿Cuáles son los desafíos de la Óptica Lencioni para el futuro?

-Actualmente, el desafío es sobrevivir, pero después somos optimistas porque si en 120 años hemos podido soportar las crisis que hemos tenido y a esta crisis la vamos a sobrepasar perfectamente bien.

-¿En qué año entraste a trabajar en la Óptica Lencioni?

-Yo empecé apenas me recibí de perito óptico en 1950 junto a mi padre Vito, era un negocio mucho más chico. Cuando entra una nueva generación, en mi caso ingresé con ímpetu con 20 años, tuve una serie de iniciativas, entre ellas colocar un pequeño laboratorio de fabricación de lentes oftálmicas, después se hizo tan grande que tuvimos que hacer otra sociedad industrial en 1964 que se llama Vitolen y hoy es uno de los principales laboratorios de lentes oftálmicas del país. Es un mérito porque en nuestro caso no solamente hemos sobrevivido sino que hemos creado otra empresa, que es más grande que Optica Lencioni porque abarca prácticamente todo el país y tiene en total con todas las oficinas unos 200 operarios y personal calificado. Vitolen deriva del nombre de mi padre Vito Lencioni.

-En tu caso hace 70 años que estás ligado al negocio.

-Me acuerdo que mi padre cuando terminaba estando en la escuela primaria y llegaban las vacaciones, me decía “hoy señor Roberto usted no va a la escuela, así que tiene que ir al negocio para ayudar a su padre” y le respondía: “no sé hacer nada”. Me contestó: “yo te voy a enseñar”. El primer trabajo fue barrer la vereda, me hizo correcciones sobre cómo había que barrer y después me hizo lavar los pisos y también me hizo correcciones sobre el lavado. Empecé de abajo y después me afiancé. A los 10 años que había ingresado, mi padre falleció. Junto con mi hermano Ivo, que falleció hace poco, tomamos el mando en la Óptica y en Vitolen, y así fuimos creciendo de a poco. Entre las 2 sociedades, creo que no me equivoco, conforman el grupo de ópticos y dedicado a la salud visual más grande del país.

Fuente: diario Castellanos, Rafaela 15 de octubre de 2020.

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