No se hace nada por encarar la reforma política

Carta pastoral de monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas para el 18º domingo durante el año (6 de agosto de 2006).

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Este domingo celebramos la Transfiguración del Señor. Es un momento pleno entre el Señor y los tres Apóstoles, Pedro, Santiago y Juan. El texto de San Marcos (9, 2-10) que leemos en este domingo, lo sitúa inmediatamente después de las condiciones que el Señor pone a los discípulos para el seguimiento: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome la cruz y sígame” (Mc. 8, 34). Para asumir nuestra condición cristiana en la vida cotidiana, necesitamos buscar un encuentro con Él, para asumir la complejidad de la vida diaria, o sea en las pequeñas cosas, en los criterios, en nuestras opciones, y siempre desde la fe y el camino que “la Persona de Jesús”, el Señor, nos hace en la comunidad de la Iglesia, Cuerpo de Cristo y su Esposa.

Durante algunos domingos hemos reflexionado sobre distintos rasgos de la Iglesia y la Evangelización, sobre todo en relación a nuestro próximo Sínodo diocesano. Desde ya que como Iglesia y como cristianos estamos llamados a Evangelizar y humanizar desde el Evangelio las realidades temporales que nos tocan vivir en este inicio de siglo, en nuestra Patria y Provincia. Creo oportuno que iniciemos algunas reflexiones que nos ayuden a madurar nuestro compromiso cristiano, sobre todo en la necesidad de vivir nuestra condición de ciudadanos. A veces hemos cometido el error de encerrar la fe a una práctica intimista, o bien individualista, sin comprender suficientemente la necesidad de buscar la santidad, o el aporte de “la Buena Noticia” a nuestra realidad, encarnando en la vida aquello que creemos.

En Navega mar adentro, documento del episcopado argentino, sobre la orientación pastoral para los próximos años nos dice: “La necesidad impostergable de participar activamente en la construcción del bien común” (97, c). Después de señalar la importancia de la formación en la Doctrina Social de la Iglesia, termina afirmando que: “El itinerario catequístico ha de impulsar la presencia de los laicos en la acción política y en las diversas estructuras de la vida social”.

Con motivo de los 20 años de haber regresado a la democracia en 2003, escribí un par de cartas sobre la necesidad de profundizar en la reforma política que surgió como un reclamo después de la crisis institucional vivida en diciembre de 2001. En una de esas cartas señalaba: “En estos días en nuestra Provincia nos encontramos sumergidos en medio de un proceso electoral complejo, tenso, cargado de estrategias y luchas por el poder y con pocas propuestas que superen los buenos deseos y ayuden al esclarecimiento ciudadano. Todo esto forma parte de una situación más profunda y no exclusiva de Misiones, que evidencia la necesidad de revisar la cuestión política y la situación de los partidos políticos en un tiempo posterior a las elecciones. Toda la sociedad y sobre todo la dirigencia deberá sincerarse, debatir y repensar algunos temas claves que hacen a la vida política y sobre todo al rol de la comunidad política”. Lamentablemente tengo que señalar que nunca se ha dado ni un intento que permita la reflexión, y pensar la búsqueda de caminos en orden a mejorar nuestra calidad democrática. En realidad lo que aparecen son solo “slogans”: “la nueva política”, “la vieja política”…, pero en el fondo siguen primando, avances o retrocesos sin discusión. Estrategias políticas electorales “a dedo”, punteros políticos y ahora también religiosos. Antes y ahora el “9 x 6”, o bien las listas sábanas o “la ley de lemas”, o bien querer cambiar la Constitución, nuestra Carta Magna, para eliminar la alternancia institucional, en pos de la posibilidad de la reelección indefinida. ¿Y de la reforma política, la participación ciudadana, para mejorar la democracia… para proyectar “la nueva política”? Pasaron varios años, pero de eso no se habla…

Como alegría podemos contar que en estos días se han formado más de 500 grupos sinodales, para participar y proyectar la evangelización en los próximos años. Que el encuentro con Jesucristo, el Señor, en este domingo de la Transfiguración nos permita integrar la fe con nuestra vida y también con nuestro compromiso ciudadano.

¡Un saludo cercano y hasta el próximo domingo!

Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas

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