Necesitamos la eucaristía

Jesús es el médico del alma y sin recibir su cuerpo estamos vacíos. Con esto no llamo a la desobediencia sino a la reflexión, aclara la autora de esta columna de opinión. ¿Por qué no nos permiten ir a misa con los protocolos que sean necesarios?

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Por Alicia Riberi.- Cuando empezó esta pandemia, comprendí que era bueno cuidarnos un poco más, no solo por el coronavirus, sino por cualquier otra enfermedad, ser más prudentes, para nuestro bien y  lo que es más importante, para los demás. Vi que se empezaron a habilitar poco a poco diferentes actividades, incluso en los supermercados va mucha gente,  negocios, bancos, pero que pasa con la misa, los cristianos necesitamos la misa y lo que es más importante, necesitamos el alimento espiritual, no pueden separar la cabeza del cuerpo.

Cristo es nuestra cabeza y nosotros, la Iglesia, somos su cuerpo y uno necesita del otro. Personalmente siento la necesidad imperiosa, no de ir a una iglesia vacía a orar, sino ir a una misa en donde pueda recibir el cuerpo de Cristo y así como cuido mi cuerpo, obedeciendo las indicaciones de médicos, de no tomar mate en comunidad, de mantener distancias prudentes, usar barbijo, quiero la misa, porque Jesús es el médico del alma y sin recibir su cuerpo estamos vacíos.

Con esto no llamo a la desobediencia, sino a la reflexión, ¿por qué no nos permiten ir a misa con los protocolos que sean necesarios? En Rafaela hay muchas iglesias, gracias a Dios con sacerdotes y seguramente en otros credos sucede lo mismo.

Los seres humanos somos cuerpo y espíritu, y ¿cómo es que no advierten que ambos necesitan medicina, o es que solo vale cuidarnos el cuerpo y no el espíritu?

La gente sigue muriendo de muchas patologías que no son el coronavirus y numerosas personas no van al médico y descuidan otros síntomas o afecciones, ¿qué está pasando con nosotros, es que nos volvimos ciegos y temerosos? El miedo es la peor enfermedad que puede existir, ya que paraliza, inmoviliza y nos hace ver todo negro y perdemos de vista lo maravillosa que es la vida.

Nos olvidamos que todos en algún momento vamos a morir, pero no será ni un día antes, ni un día después de los que Dios disponga para nuestra vida. Y vuelvo a aclarar no llamo a la desobediencia sino a la cordura. Habrá personas que hay que cuidar más, pedirles que se queden en casa, extremar las precauciones, pero el que quiere ir a misa, que pueda hacerlo.

Hay una pregunta en mi cabeza desde que empezó esta cuarentena…¿cada vez que aparezca una enfermedad, vamos a hacer esto? No creo que sea posible, ya que la inmortalidad no existe. En Argentina mueren más de treinta mil personas por año de enfermedades respiratorias.

También me da vueltas en la cabeza una idea…dicen que debemos cuidar mucho a los ancianos y, por otro lado, el Presidente dice que vivimos demasiado y eso es antieconómico. Hemos perdido el derecho de despedir como se debe a nuestros muertos…si queremos ir toda la familia es nuestra responsabilidad, aunque debamos aislarnos después.

Finalmente, sé que hay gente que sigue muy temerosa y quiere seguir encerrada y está bien que lo haga, pero los que queremos la misa presencial (porque virtual está) debemos tener la oportunidad, ya que siento que la misa sin la eucaristía, es  lo mismo que comer un chocolate con el papel, lo verdaderamente importante no lo disfrutamos, ya que para mí y sé que para mucha gente también, la misa sin la comunión, nos deja insatisfechos.

Aunque tal vez, mucha gente se enoje, yo no puedo callar mi necesidad, que sé, es la necesidad de muchos y  así no lo permitan debo decirlo a viva voz…extraño a mi  Jesús en la eucaristía y quiero cuidar también mi espíritu. No llamo a desobedecer, llamo a reclamar el derecho a cuidar nuestra vida espiritual.

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