Navidad: un mensaje de amor para palestinos e israelíes

El patriarca latino de Jerusalén ve señales de esperanza para la paz

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JERUSALÉN, miércoles, 21 diciembre 2005 (ZENIT.org).- La Navidad invita a palestinos e israelíes a superar los mutuos miedos y a amarse como hijos de Dios, asegura el patriarca latino de Jerusalén. Su Beatitud Michel Sabbah presentó a los periodistas este miércoles, en la sede del patriarcado, el mensaje que ha escrito con motivo de la inminente Navidad. El texto, según explicó, quiere dejar un mensaje no sólo a los cristianos, sino a «todos los palestinos y a todos los israelíes: Dios os ha creado para no tener miedo el uno del otro o para mataros, sino para amaros los unos a los otros». A continuación, el mensaje navideño se dirige a los políticos, tanto palestinos como israelíes, «que con su política pueden decidir la vida o la muerte de muchas personas de esta Tierra Santa». «Tenéis que ser constructores de la vida, no de la muerte –exhorta–. Tenéis que saber que las demoliciones, la muerte y la lucha no han traído y no traerán más que demoliciones, muerte y continuación de la lucha». Según el patriarca, la persistencia de «las injusticias en cada uno de sus aspectos, el muro [que rodea los territorios palestinos, ndr.], las barreras, los prisioneros, los asesinatos, no hacen más que alimentar la violencia». «Cuando acaben las injusticias, causa de la violencia, acabará la violencia y reinará la seguridad», considera. El deseo para el nuevo año de Sabbah es «poder comenzar un nuevo período en el que cese la violencia por ambas partes, la israelí y la palestina». «La seguridad para los israelíes quiere decir libertad y soberanía para los palestinos», asegura. En este sentido, el patriarca es optimista. «La actual posición palestina que consiste en reclamar los derechos a través de la paz y la no violencia, está diciendo que la paz y la justicia son posibles», constata. «También por parte israelí hemos visto y escuchado nuevos signos», de esperanza, aclara. «Esperamos que indiquen una nueva visión y una nueva decisión». Y concluye: «Las dificultades son numerosas, pero hay una voluntad sincera que es superior a toda dificultad, pues encuentra su solución».

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