Ministerio episcopal de Franzini: “Celo sacerdotal, la familia, la juventud y los pobres”

Durante una entrevista radial, el obispo diocesano dice que la gran deuda social es superar la pobreza en un país como el nuestro con tantos recursos y posibilidades. Hay un proyecto de capacitación de jóvenes en Doctrina Social de la Iglesia durante todo el año un sábado por mes con 100 jóvenes de toda la diócesis de Rafaela.

Por Emilio Grande (h.)

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Por Emilio Grande (h.).- “Estos 10 años son los más felices porque he vivido un tiempo muy rico e intenso, parece que fuera ayer y que toda mi vida la hubiera vivido en Rafaela, lo cual es un signo de esta intensidad vivida. Fueron 10 años muy fuertes en la vida de la Iglesia y del país y los pastores vibramos con lo que vive la Iglesia y el mundo, con vínculos pastorales, gente que he conocido e incluso dificultades que he debido atravesar que hacen también a la felicidad con luces y sombras”, expresa el obispo Carlos Franzini –ahora tiene 58 años- en una entrevista realizada en el programa “Sábado 100” por Mitre Rafaela (FM 91,9). -¿Los rasgos distintivos de su ministerio episcopal son el celo sacerdotal, la familia, la juventud y los pobres? -Los pobres como Iglesia diocesana en todo sentido es un desafío porque esta es la propuesta del Señor en el evangelio y nuestra realidad nos va constantemente acicateando para desde el evangelio tener respuestas a aquellos que son los preferidos del Señor. La preocupación por el ministerio sacerdotal y las vocaciones está en mi corazón de pastor, sin sacerdote no hay eucaristía sin eucaristía no hay Iglesia. La familia no solo porque en la asamblea diocesana lo hemos discernido como desafío pastoral sino también porque está siendo amenazada y merece desde el evangelio que hagamos una propuesta positiva y abarcativa. Y los jóvenes son el futuro de la Iglesia y el mundo, todo lo que hagamos en la evangelización de los jóvenes va a ser motivo de crecimiento y plenitud. Hay un proyecto de capacitación de jóvenes en Doctrina Social de la Iglesia durante todo el año un sábado por mes con 100 jóvenes de toda la diócesis de Rafaela (departamento Castellanos, San Cristóbal y 9 de Julio). -Participó del cierre del año sacerdotal con el Papa en Roma, ¿cómo se vivió esta experiencia con obispos y sacerdotes de todo el mundo? -Pudimos tener la gracia de participar esos días en los que el Papa se mostró con su lucidez, valentía y humildad para animarnos a todos a renovar la vida sacerdotal. El objetivo fue volver a reconocer la centralidad de la vida sacerdotal en la Iglesia, el cuidado y la valoración de todo el pueblo de Dios. Han aparecido situaciones duras que profundamente lamentamos y estamos empeñados en superar. -¿Cuáles son las sombras y dificultades que atraviesa la diócesis de Rafaela? -La primera –como decía el Papa- son las miserias, incoherencias y pecados de los que formamos parte de la Iglesia, no estamos a la altura de la misión recibida y por eso el gran desafío es la conversión personal, comunitaria y eclesial. El empeño es buscar cada día una vida más evangélica. Las dificultades van en la línea de no responder con suficiente agudeza y hondura a los desafíos pastorales que se nos van presentando: la falta de agentes pastorales, recursos económicos, la poca perseverancia en el camino emprendido hace que nuestros proyectos se diluyan un poco. Con mucha confianza en Dios y la buena voluntad de tanta gente vamos a dar pasos para superar esas dificultades. -Estamos festejando los 200 años de la Revolución de Mayo. ¿Cuáles son las deudas sociales? -Los obispos hemos dicho en 2008 en el documento “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad” que la gran deuda es superar la pobreza en un país como el nuestro con tantos recursos y posibilidades, siendo un escándalo que haya hermanos que padecen pobreza y marginación y tiene que ser el gran desafío para llegar a la celebración de 2016 habiendo superado en niveles realistas los márgenes de inequidad social. -Avanzan los proyectos de aborto y matrimonio gay en nuestro país, ¿cuál es la posición de la Iglesia? -La Iglesia está a favor del matrimonio como lo entiende no solo la fe cristiana sino como la entiende la naturaleza humana, la pareja humana varón-mujer llamados a vivir complementariamente y abiertos a la comunicación de la vida. Cualquiera otra realidad sin estas condiciones no puede ser llamada matrimonio: no estamos en contra de nadie, no buscamos discriminar ni descalificar por su situación sexual. Estamos convencidos que es un bien para la sociedad como el sentido común lo entiende desde hace más de 20 siglos de historia cristiana. El aborto es un crimen abominable, es matar al más indefenso de los seres que es el niño que está en el seno de su madre y es defensa de la dignidad humana. Llama la atención que en una época que somos tan sensibles a los derechos humanos el primero es el derecho a la vida, tanta gente inclusive preocupada en la defensa de los derechos humanos no vea este derecho conculcado que es quitar la vida a un ser que está en el seno de la madre con un argumento de defensa del derecho de la madre, pero siempre el derecho del más débil se antepone a cualquier otro derecho.

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