Mi entrevista a Carlos Menem

Fue realizada en 2008 en La Rioja por el reconocido abogado rafaelino. Conversaron con en su residencia sobre temas constitucionales.

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Por Marco Antonio Terragni.- El 20 de noviembre de 2008, en ocasión de estar dictando clases en la sede del Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de La Rioja, tuve la oportunidad de conversar con el Dr. Carlos Menem en su residencia sobre temas constitucionales y el resultado de aquella entrevista fue publicado en mi sitio www.terragnijurista.com.ar y de allí lo extrajo, en su momento, la Asociación Argentina de Profesores de Derecho Constitucional. Unos años antes habíamos conversado en Madrid, adonde se estaba llevando a cabo una de las cumbres iberoamericanas.
Menem había terminado su segundo mandato como presidente de la Nación el 10 de diciembre de 1999.
Mi primera pregunta fue: A la luz de la historia argentina y a la luz de su historia personal, estima que fue una decisión acertada la suya la de la reelección. Yo estaba convencido que el primer período fue exitoso pero el segundo no, pero quería conocer su opinión.
Sintetizando su respuesta recuerdo que me dijo que aspiraba a conseguir algunos resultados favorables de proyectos que tenía pendientes.
El segundo tema fue: ¿Qué aspectos positivos rescata de la reforma de la Constitución nacional realizada en 1994?. Contestó que “fue importante la incorporación de los tratados y declaraciones protectores de los Derechos Humanos”.
¿Y los negativos?
“Haber instituido la elección directa del Presidente de la Nación y consecuente eliminación del Colegio Electoral. Con ello han perdido influencia las provincias con poca población y ganado los distritos más grandes: se quebró el equilibro”.
Concluida la entrevista, que yo estaba grabando, pasó a relatarme momentos que, en lo personal, le fueron muy importantes y a mí me quedó lo siguiente:
“Una mañana, estaba yo en mi despacho de la Casa Rosada y entró el edecán para informarme que se había producido un levantamiento militar y los sublevados querían negociar. Me levanté de mi asiento, miré por la ventana la Plaza de Mayo, pensé un momento, giré mi cuerpo y le dije: «Denles cinco minutos para rendirse y si no lo hacen, pásenlos a degüello»”.
Al escuchar su relato pensé en su coprovinciano Facundo Quiroga, que en iguales circunstancias habría reaccionado así y utilizado la misma expresión.

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