Mensaje pascual del obispo Franzini

El Resucitado vuelve a ponerse a caminar junto a nosotros para ayudarnos a desentrañar el sentido de los acontecimientos y a descubrir que mucho más fuerte que el poder del pecado y de la muerte es el amor de Dios manifestado en Jesucristo, el Viviente, que –como a las mujeres y los discípulos- también nos dice a nosotros: “no teman”.

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Mis queridos hermanos: Con toda la Iglesia celebramos con renovada alegría la Pascua de Jesús. En estos días intercambios deseos de feliz Pascua y nos reunimos en comunidad y en familia para celebrar juntos este acontecimiento. Este año, además, compartimos la alegría con nuestros hermanos mayores en la fe, los judíos, que también en estos días celebran su fiesta de Pésaj, que es el origen de nuestra propia Pascua. Quiero, entonces, llegar hasta todos ustedes con mi saludo y mis mejores deseos. En el mundo, en la Patria y en la Iglesia, también en nuestra vida personal y familiar, hay muchos motivos para estar cargados de preocupación y desaliento. Sin embargo el Resucitado vuelve a ponerse a caminar junto a nosotros para ayudarnos a desentrañar el sentido de los acontecimientos y a descubrir que mucho más fuerte que el poder del pecado y de la muerte es el amor de Dios manifestado en Jesucristo, el Viviente, que –como a las mujeres y los discípulos- también nos dice a nosotros: “no teman”. Tan fuerte fue esta certeza para San Pablo que lo llevó a exclamar: “Si Dios está con nosotros, quién estará contra nosotros?…¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo?…” (Rom 8, 31.35) También nosotros, con el documento de Aparecida, podemos decir que “…conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y nuestras obras es nuestro gozo…” (DA 29). En esta Pascua los invito a afianzar la certeza de la victoria de Jesús comunicando a otros esta Buena Nueva, ya que el encuentro con Jesucristo se verifica auténtico sólo en la medida de nuestra apertura a la misión. Decía Juan Pablo II que la fe crece y se fortalece dándola. Por ello les he propuesto en la Carta Pastoral de Cuaresma que para afianzar nuestro encuentro con Jesucristo Resucitado renovemos nuestro compromiso misionero. En este sentido los invito a rezar mucho por la misión que todos los sacerdotes de la diócesis realizaremos dentro de muy pocos días para renovar nuestra disponibilidad misionera con este gesto en el Año Sacerdotal especial. ¡Que Dios los bendiga a todos y les permita compartir una hermosa celebración familiar y comunitaria de la Pascua! + Carlos María Franzini Obispo de Rafaela Pascua 2010

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