Mensaje de Arancedo sobre V Conferencia del Episcopado Latinoamericano

El arzobispo de Santa Fe será uno de los argentinos que participará del encuentro a desarrollarse en Aparecida (Brasil) con la presencia del papa Benedicto XVI.

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Próximo a viajar a Aparecida (Brasil) para participar de la V° Conferencia del Episcopado Latinoamericano, he creído conveniente hablarles de este acontecimiento que va a vivir la Iglesia. Es de destacar la presencia del Santo Padre, Benedicto XVI, quien va a inaugurar dicha Asamblea. La Iglesia necesita reflexionar sobre el camino recorrido, ver sus luces pero también sus sombras. Ella debe verificar su fidelidad a Jesucristo en el servicio al hombre de hoy. Esta es la vocación de la Iglesia: trasmitir la verdad del evangelio. Jesucristo y el hombre son los dos términos entre los que camina la Iglesia. Por ello les hablo de fidelidad a Jesucristo y de servicio al hombre.

Puede ser útil recordar brevemente las cuatro Conferencias anteriores. La primera fue en Río de Janeiro en el año 1955, donde la preocupación estaba centrada en los evangelizadores por la escasez de sacerdotes. Se puso el acento en el trabajo vocacional y en la formación del clero como del laicado. Luego vino Medellín en el año 1968 inaugurada por el Papa Pablo VI. El tema fue “La presencia de la Iglesia en la actual transformación de América Latina, a la luz del Concilio Vaticano II”. Se habló en ella del desarrollo integral del hombre, que es el paso, se decía, “de condiciones menos humanas a condiciones más humanas”; de ahí surgía el compromiso de los cristianos con la justicia y la opción por los pobres. También se destacó del valor de la religiosidad popular y la importancia de los ministerios confiados a los laicos. Luego, en 1979, se celebró la tercera Conferencia en Puebla, cuyo lema era “La evangelización en el presente y en futuro de América Latina”. El principio sobre el que se trabajó para la renovación de la Iglesia fue el de “participación y comunión”. Además se valoró la evangelización desde la cultura propia de América Latina.

La cuarta Conferencia, que tuve la gracia de participar, fue el año 1992 en Santo Domingo. Se habló de “La Nueva Evangelización, promoción humana y cultura cristiana”, poniendo el énfasis en la inculturación del evangelio en las diversas culturas y en las diferentes estructuras de los pueblos. Recuerdo la frase de Juan Pablo II, que la inauguró, una fe que no se hace cultura, nos decía, es una fe no totalmente asumida. La cultura, como expresión del hombre, debe ser iluminada por Jesucristo para transformarse en más humana. Llegamos así a Aparecida cuyo lema es “Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida”. Se busca despertar en todos los cristianos el ardor y el compromiso misionero. No se puede ser cristiano y no sentir la necesidad y la urgencia de predicar a Jesucristo. Entre los temas que van a aparecer uno es la inequidad como problema social en América Latina; otro la ruptura en la trasmisión de la fe que deja huérfano al hombre, y sin la posibilidad de encuentro con Jesucristo. Creo que este es hoy uno de los mayores problemas en la vida religiosa. Hay que recrear vínculos de encuentro y trasmisión de la fe. Esto se presenta como un gran desafío.

Queridos amigos, antes de partir quiero encomendarme a la oración de ustedes para que pueda ser una voz útil y comprometida en el camino de la Iglesia en Latinoamérica. A mi regreso podré contarles la experiencia de este encuentro. Reciban, hasta tanto, junto a mi afecto y oraciones, mi bendición de Padre y Obispo.

Mons. José María Arancedo Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

Este texto corresponde al Micro Radial que se emite por LT9 (AM 1150) los sábados a las 13:00hs.

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