Mejora la relación entre las Iglesias católica y ortodoxa rusa

Entrevista con el fundador de la Asociación “Rusia Cristiana”.

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MILÁN, martes, 25 abril 2006 (ZENIT.org).- «La situación entre católicos y ortodoxos está mejorando»; es «indudable en este momento la profunda estima por Benedicto XVI», sostiene el padre Romano Scalfi, fundador en Milán, en 1957, de la Asociación «Rusia Cristiana». Director de la revista en italiano «La Nuova Europa», Scalfi lleva más de cincuenta años estudiando y trabajando en estrecho contacto con las comunidades cristianas en Rusia. En esta entrevista analiza la relación entre las dos Iglesias cristianas. –¿Cuál es la situación de la relación entre católicos y ortodoxos en Rusia? –Scalfi: La situación entre católicos y ortodoxos está mejorando. Las estadísticas dicen que la simpatía hacia el catolicismo, sobre todo entre los intelectuales, ha pasado del 40 al 60%. Entre los sacerdotes, un grupo, probablemente el más numeroso, sobrepasado por los problemas de la reestructuración y de la «plantatio ecclesiae», declara –y se comprende– que no tiene mucho tiempo para dedicar a problemas de ecumenismo; otro grupo, minoritario, se remite a ideologías nacionalistas, que no ayudan mucho a la comprensión recíproca; un tercer grupo, en lento pero constante aumento, el más animado por la pasión misionera, es el más dispuesto a comprender que una sólida unidad de los ortodoxos, acompañada por una tensión de unidad con los hermanos católicos, es de gran ayuda a la misión en casa, y a la lucha común contra el secularismo que nos invade, tanto a ellos como a nosotros. También entre las altas instancias el clima está cambiando a mejor. Es indudable actualmente la profunda estima hacia Benedicto XVI. La invitación a publicar en ruso algunos de sus textos nos ha llegado del propio Patriarcado de Moscú. Va a salir un libro y dos están en traducción. Gran parte de estos textos los enviaremos, con el consentimiento de los ortodoxos, a los seminarios ortodoxos. –¿Qué posibilidad hay de un encuentro entre Benedicto XVI y Alejo II? –Scalfi: En nuestra opinión, es una cuestión que no se debería poner en primer lugar. Los misioneros católicos que hay en Georgia, incluso recientemente nos han confirmado que, tras la visita del Papa a Georgia, no ha mejorado la situación religiosa, más bien ha empeorado. De algún modo, la Iglesia georgiana fue apremiada por el Estado a invitar al Papa, pero no era su deseo. Pasada la fiesta, se entiende la reacción. Es importante que las relaciones maduren poco a poco hasta que sea la propia Iglesia ortodoxa, sin presiones externas, la que exprese el deseo del encuentro con el Papa. –Sobre los temas de la defensa de la vida y de las raíces cristianas de Europa, ¿la Iglesia ortodoxa tiene una postura coincidente con la católica? –Scalfi: Totalmente acordes. Incluso en el «Sínodo Internacional Popular Ruso», recientemente celebrado en Moscú –del 4 al 6 de abril–, que presidió el Patriarca Alejo II, de los documentos que nos llegaron hasta el 7 de abril, podemos observar una completa sintonía. –El próximo año, la asociación «Rusia Cristiana» celebra sus «bodas de oro». ¿Nos puede explicar cómo nació y por qué? –Scalfi: Nació por casualidad, o mejor, sin un proyecto claro, pero se ha desarrollado luego según un proyecto más amplio de lo que podíamos imaginar al principio. La asociación «Rusia Cristiana», aprobada luego como «Asociación pública de fieles», hoy reúne a unas trescientas personas y es apoyada por muchos amigos. Al hablar de ecumenismo sentíamos la necesidad de experimentar en casa propia la unidad querida por Cristo. Sólo queríamos compartir con otros los conocimientos y sobre todo el amor por Rusia, por su cultura y por su pueblo, en el deseo de caminar juntos por el camino hacia la unidad. De este «vago» pero fuerte deseo nacieron varias iniciativas, sugeridas por lo que sucedía. –Prosiga… –Scalfi: La revista, nacida en 1960, que hoy se titula «La Nuova Europa» y va por el número 326, era y es uno de los instrumentos para difundir nuestra pasión, la historia pasada y presente de Rusia. Con la aparición del «samizdat» (actividad editorial clandestina) nuestra revista fue siempre en Italia la voz que dio a conocer la disidencia y la nueva cultura que se imponía cada vez más sobre la ideología marxista en decadencia. «La Casa de Matriona», que ha sido y es nuestra casa editorial, nos ha permitido imprimir los textos más significativos de la gran cultura rusa, de la espiritualidad, del renacer cristiano, junto a la documentación de los textos oficiales y del disentir de la lucha del comunismo contra toda forma de religiosidad. Además de los textos publicados a través de varias casas editoriales, nuestra Casa de Matriona ha impreso más de doscientos textos en italiano y una decena en ruso que luego lográbamos hacer llegar a Rusia de forma clandestina. El coro, de unas 35 personas, nos es necesario para la Divina Liturgia que, una vez al mes, el primer domingo, celebramos para la comunidad de Rusia Cristiana, y unas cincuenta veces al año en las parroquias de varias diócesis de Italia y Suiza. El coro ha preparado algunos espectáculos religiosos: proyecciones de iconos, acompañadas e interpretadas por cantos litúrgicos bizantinos. Una escuela iconográfica, la primera en Italia, tras haber sido educada por los mejores iconógrafos rusos, ahora enseña no sólo la técnica, sino también el espíritu del icono y de la tradición bizantina. Los maestros iconógrafos han preparado varias exposiciones presentadas, a petición, en muchos lugares. Un gran exposición de ochenta cuadros (algunos superan los dos metros de altura) permanecerá todo el mes de mayo en el santuario de Caravaggio. –Igualmente están muy comprometidos en la difusión de la cultura rusa… –Scalfi: Tenemos una biblioteca especializada en Rusia che contiene 25.000 textos y se actualiza continuamente. Organizamos un congreso anual con participación de especialistas de todo el mundo. Y hemos creado la «Biblioteca del Espíritu». Tras la caída del comunismo, ya no es necesario actuar clandestinamente porque podemos imprimir y distribuir libremente textos religiosos en Rusia. La «Biblioteca del Espíritu» distribuye unos 500 libros al día en toda Rusia, en gran parte gratis. La impresión de los textos se lleva a cabo en estrecha colaboración con los hermanos ortodoxos. Imprimimos también libros preparados por los ortodoxos. Últimamente la Comisión Bíblica de Rusia, cuyo presidente es el Metropolita Filaret de Mink, nos ha propuesto el «Proyecto Cien Libros»: volúmenes de autores cristianos (católicos, ortodoxos y protestantes) a elegir de común acuerdo. El proyecto ya está en marcha: se encuentran en impresión los textos de Hans Urs von Balthasar, Jaroslav Pelikan y Joseph Ratzinger. Los textos serán distribuidos a todos los seminarios ortodoxos. La carga económica la asume «Rusia Cristiana» (esperamos la ayuda de Dios y de los amigos), pero en la elección de los textos la última palabra corresponde al Metropolita Filaret. La biblioteca del espíritu, ahora abierta en el centro de Moscú, es también un Centro Cultural en el que casi cada tarde tienen lugar encuentros, de acuerdo con los hermanos ortodoxos, sobre diversos problemas religiosos y culturales. –¿Como se puede seguir su trabajo? –Scalfi: Una de las últimas iniciativas de «Rusia Cristiana» es la colaboración con el sitio italiano www.culturacattolica.it. Varias veces a la semana publica breves artículos en la sección «Vita della Russia», subdividida en sección litúrgica –en la que Roberto Pagani, experto en la materia, presenta y comenta los textos litúrgicos de los domingos y de las fiestas del calendario bizantino–, sección literaria, reseña de prensa, testimonios de fe y de humanidad. En total, un centenar de intervenciones. Nuestra finalidad es la misma que la de la revista y toda nuestra actividad: conocer más Rusia para amarla más; amarla más para conocerla mejor; caminar juntos hacia la misma meta donde Cristo nos espera para ser «una sola cosa» en Él.

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