Más que festejar, los 30 años son para reflexionar

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Sol FM 90,9 que conduce Emilio Grande (h.). En estos días se están cumpliendo los 30 años de la restauración democrática, luego de la larga noche oscura y tenebrosa que vivimos los argentinos con la nefasta dictadura de 1976-1983, en la que no se respetaban los derechos humanos ni las libertades.

¿Pero se solucionaron los problemas estructurales de esta joven democracia en la Argentina en la que vivimos en casi permanentes crisis sociales?

¿Cuáles son los mayores logros? Se destaca el juicio a las juntas militares con el fallo histórico de 1985, condenando a los criminales que hubo entre los militares, pero no se utilizó la misma vara con los dirigentes guerrilleros quienes robaron y mataron, pero no fueron juzgados.

Fue muy positiva la reforma de la Constitución Nacional en 1994 en las ciudades de Santa Fe y Paraná con la incorporación de los nuevos derechos, la defensa del medio ambiente, pero lamentablemente el hiper-presidencialismo le hace daño a la república porque una sola persona termina decidiendo cuando debieran existir políticas de Estado consensuadas.

Tanto Menem como Cristina de Kirchner buscaron perpetuarse en el poder a cualquier precio, no logrando reformar la Carta Magna, pero hubo una fuerte oposición de la dirigencia y de la ciudadanía. La alternancia es muy sana para una república.

En estas tres décadas se pasó de un extremo del neoliberalismo con las cuestionadas privatizaciones de los servicios públicos a un estatismo chabacano sin planificación y con costos económicos que pagamos entre todos, como fueron YPF y Aerolíneas Argentinas.

Una de las materias pendientes es la economía que no resiste más esta locura inflacionaria de hace décadas, poniéndose parche sobre parche, haciendo estragos especialmente en los sectores más pobres, con el ejemplo de la crisis policial. No se puede confiar en nuestra moneda que es muy débil y entonces la gente invierte en ladrillos o compre dólares.

Al mismo tiempo, es inconcebible que luego de la crisis económica de 2001, que ya pasaron 12 años, se siga votando en el Congreso la ley de emergencia económica que es una norma para casos excepcionales, ¿o será que no podemos vivir sin crisis?

Tampoco se respeta el federalismo y la coparticipación a las provincias llega en cuenta gotas del gobierno central que tiene muchos rasgos autoritarios, con la utilización del concepto amigo-enemigo de Carl Schmitt, exhibiendo odio y rencor desde los Kirchner.

Sin embargo, Julio Bárbaro vaticina que “vienen tiempos distintos, sin salvadores, con políticos menos pretenciosos y capaces de compartir el poder. De una democracia y una ciudadanía más fuertes que sus gobernantes”. A decir verdad, necesitamos una planificación a largo plazo sobre el proyecto de país en forma consensuada, todavía queda mucho por hacer…

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