Maradona en la selección nacional

Se trata del editorial del programa radial “Sábado 100” por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). El tiempo y la realidad sentenciarán si esta designación fue acertada o errónea. Ojalá para bien de fútbol argentino no se compruebe que se incurrió en una decisión equivocada, cuando tal vez sea demasiado tarde de remediarla con el objetivo puesto en el Mundial de Sudáfrica en 2010.

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La designación del ex futbolista Diego Maradona para hacerse cargo de la dirección técnica del seleccionado argentino de fútbol provocó dudas, reacciones adversas y es susceptible de plantear arduas controversias. Tras la renuncia de Alfio Basile, el perpetuo presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) Julio Grondona –se mantiene en el cargo desde 1979- se apuró en dejar trascender y a confirmar la determinación de designar para reemplazarlo a quien fuera capitán y jugador de los equipos nacionales en tres competencias mundiales. Campeón en México (1986), y subcampeón en Italia (1990), pero también sancionado por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), durante el certamen de 1994 en los Estados Unidos, tras haberse comprobado que había ingerido sustancias prohibidas, sellando la suerte adversa del conjunto nacional. Se dio prioridad a la imagen mediática del actual practicante del showbol, en lugar de tomar en consideración la idoneidad largamente probada y la sólida personalidad de otros técnicos que en esta materia específica pueden presentar títulos, pergaminos y desempeños más sólidos y de mayor data como Bianchi, Díaz, Gallego, entre otros. Se optó por la veteranía dentro del campo de juego. Sin embargo, está largamente demostrado por la práctica que no es lo mismo haber estado dentro de la cancha que estar fuera de ella. El director técnico no sólo tiene que saber ubicar en el campo de juego a sus futbolistas para obtener el máximo posible de un rendimiento eficiente, sino que debe ocuparse de una diversidad de otras tareas. Debe coordinar dos grupos humanos con personalidades y caracteres individuales muy diferentes: el integrado por los futbolistas y el de sus ayudantes. Sobre los jugadores, el técnico tiene que ocuparse y preocuparse por sus contingencias deportivas, físicas, anímicas, laborales y personales. Y debe asumir y ejercer la autoridad del otro grupo. Nadie puede negar las virtudes y aptitudes futbolísticas de quien ha sido considerado el mejor jugador del mundo y de la historia de este deporte. Pero suscita dudas su personalidad, caracterizada por la permeabilidad a las críticas adversas, cierta tendencia al egocentrismo y un carácter inestable que lo movió a resignar muy rápidamente anteriores designaciones: Racing y Mandiyú o la responsabilidad de supervisar el fútbol de Boca. Maradona no está habilitado para ser director técnico porque no hizo el curso. Ya hubo algunos cortocircuitos sobre su equipo de trabajo: no aceptaron Batista y Brown y lo acompañaría Ruggeri. El tiempo y la realidad sentenciarán si esta designación fue acertada o errónea. Ojalá para bien de fútbol argentino no se compruebe que se incurrió en una decisión equivocada, cuando tal vez sea demasiado tarde de remediarla con el objetivo puesto en el Mundial de Sudáfrica en 2010. ¿Se habrá curado de su adicción a la cocaína?

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