Los obispos reclaman inclusión para todos

Se trata del editorial del programa radial “Sábado 100” por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). Lamentan que no se haya podido erradicar un histórico clima de corrupción y califican de preocupante la situación de los adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan, a los que la pobreza les dificulta el desarrollo integral de sus capacidades, quedando a merced de propuestas fáciles o escapistas.

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En la 96ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina en Pilar se emitió el documento “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad (2010-2016)”. “Creemos que existe la capacidad para proyectar la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. Anhelamos un Bicentenario con justicia e inclusión social”. Al “hablar de un proyecto de país”, los obispos califican de “indispensable procurar consensos fundamentales que se conviertan en referencias constantes para la vida de la Nación y puedan subsistir más allá de los cambios de gobierno. Necesitamos aceptar que toda democracia padece momentos de conflictividad. En esas situaciones complejas, alimentar la confrontación puede parecer el camino más fácil. El modo más sabio y oportuno de abordarlas es procurar consensos a través del diálogo”. En este tiempo, “donde la crisis de la economía global implica el riesgo de un nuevo crecimiento de la inequidad, que nos exige tomar conciencia sobre la «dimensión social y política del problema de la pobreza». En este sentido, la promoción de políticas públicas es una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos”. Hablan de nuevo estilo de liderazgo que implica la concepción del poder como servicio. “No habrá cambios profundos si no renace en todos los sectores una intensa mística del servicio, que ayude a despertar nuevas vocaciones de compromiso social y político”. En relación con la economía, reconocen “una recuperación en la reducción de los niveles de pobreza e indigencia después de la crisis de 2001-2002. Pero también es verdad que no se ha logrado reducir sustancialmente el grado de la inequidad social. Junto a una mejora en los índices de desempleo, el flagelo del trabajo informal sigue siendo un escollo agobiante para la real promoción de millones de argentinos”. Lamentan que no se haya podido “erradicar un histórico clima de corrupción” y califican de “preocupante la situación de los adolescentes y jóvenes que no estudian ni trabajan, a los que la pobreza les dificulta el desarrollo integral de sus capacidades, quedando a merced de propuestas fáciles o escapistas. Es escandaloso el creciente consumo de drogas que hace estragos cada vez a más temprana edad. En todo el país se ha multiplicado la oferta del juego. La población se ve afectada por la violencia y la inseguridad que se manifiestan de variadas maneras”. Los obispos proponen metas para el bien común: recuperar el respeto por la familia y por la vida en todas sus formas; avanzar en la reconciliación entre sectores y en la capacidad de diálogo; alentar el paso de habitantes a ciudadanos responsables; fortalecer las instituciones republicanas, el Estado y las organizaciones de la sociedad; mejorar el sistema político y la calidad de la democracia; afianzar la educación y el trabajo como claves del desarrollo y de la justa distribución de los bienes; implementar políticas agroindustriales para un desarrollo integral; promover el federalismo y profundizar la integración en la Región.

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