Los obispos llaman al diálogo y a la reconciliación

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Sol FM 90,9 que conduce Emilio Grande (h.). “Cuando en nuestra oración por la patria decimos que queremos ser nación expresamos un anhelo manifiesto en nuestra Constitución, basada en un sistema republicano, representativo y federal”, señalan.

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Por Emilio Grande (h.).- Los obispos argentinos expresaron su “honda preocupación” por algunos síntomas de la persistencia de la crisis moral y cultural. La dignidad de la vida desde la concepción hasta su término natural es la base de todos los derechos humanos. Reiteran que el ordenamiento jurídico debe respetar el derecho a la vida. La familia, fundada sobre el matrimonio entre varón y mujer, es un valor arraigado en nuestro pueblo. Anterior al Estado, es la base de toda la sociedad y nada puede reemplazarla. Ven con preocupación una corriente cultural y un conjunto de iniciativas legislativas que parecen soslayar su importancia o dañar su identidad. Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos. Tienen el derecho de que el sistema educativo no les imponga contenidos contrarios a sus convicciones morales y religiosas. Desean que toda la sociedad tome una mayor conciencia de la necesidad de mejorar el sistema educativo, que los más pobres sean sus principales beneficiarios. La necesaria preparación para la vida cívica de niños y jóvenes debe excluir la politización prematura y partidista de los alumnos. Constatan una angustia generalizada en nuestro pueblo por la vida de los jóvenes. Es enorme la cantidad de ellos que no estudian ni trabajan: ésta es una de las hipotecas sociales más desafiante para los argentinos. La droga se extiende por el crecimiento del crimen del narcotráfico y la red de complicidades que lo sustentan. Pensamos que ésta es una de las causas principales de la proliferación del delito y de la consiguiente inseguridad. A casi 30 años de la democracia, corremos el peligro de dividirnos nuevamente en bandos irreconciliables. Se extiende el temor a que se acentúen estas divisiones y se ejerzan presiones que inhiban la libre expresión y la participación de todos en la vida cívica. Tras recordar que “toda sociedad tiene conflictos”, los obispos señalaron que “la democracia, tal como lo refleja la doctrina social de la Iglesia, no se construye agudizándolos, sino concretando los ideales de una verdadera amistad social”. “Algunas sombras nos han perseguido a lo largo de nuestra historia. Una es el excesivo caudillismo que atenta contra el desarrollo armónico de las instituciones, acentúa su deterioro y menoscaba la autonomía de cada uno de los poderes del Estado. Esto es delicado cuando se trata de la independencia del Poder Judicial”, aseveraron. “Otra es la oposición entre las visiones unitaria y federal de la nación en los albores de nuestra patria y se manifiesta en distintos momentos de la historia. Cuando en nuestra oración por la patria decimos que queremos ser nación expresamos un anhelo manifiesto en nuestra Constitución, basada en un sistema republicano, representativo y federal”, concluyeron.

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