Los diarios enfrentan el desafío de conquistar a los lectores más jóvenes

Profesionales de distintos países debaten el futuro de la prensa gráfica, ante los avances de Internet en el congreso de la WAN en Rusia. Según algunos especialistas,la edad límite para adquirir el hábito de leer diarios son los 24 años. En España, El Mundo creó un suplemento que se reparte en las escuelas.

Por Héctor D Amico

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MOSCU.- A tiro de piedra de la muralla del Kremlin y de la plaza Roja, más de mil editores y dueños de periódicos llegados desde un centenar de países debaten por estas horas cuál es el futuro que les espera a los diarios impresos, uno de los instrumentos más formidables y exitosos de la comunicación humana.

La atmósfera de este nuevo congreso de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN, por su sigla en inglés), el más importante del mundo, es, sin duda, de cordialidad y optimismo, pero ni el más despistado de los asistentes ignora las dimensiones del desafío. Las estadísticas son claras. Pese a los buenos resultados económicos de numerosos diarios, las ventas de ejemplares en Estados Unidos, Europa y América latina se han estancado, y en sólo cinco años el consumo de noticias en Internet aumentó 200 por ciento.

Algunos colegas, con ansiedad civilizada, se dirigen a los panelistas de turno con la actitud de quien busca una respuesta rápida y definitiva a su problema. La formulan con otras palabras, pero es la pregunta que siempre hizo Bugs Bunny: “¿Qué hay de nuevo, viejo?”. Todos quieren volver a su casa con una idea valiosa.

La presencia como oradores en el congreso de Vladimir Putin, presidente de Rusia, y de Mikhail Gorbachov, el hombre que con o contra su voluntad llevó a la ex Unión Soviética a la democracia y al capitalismo, es aceptada aquí como un gesto de hospitalidad, pero también como una excelente oportunidad para Putin de presentarse ante los grandes nombres de la prensa internacional como un dirigente cuya relación con los medios no es necesariamente la de las presiones permanentes y la manipulación.

La generación del celular

De todas las amenazas que tienen por delante los diarios impresos -cambio de hábitos, convergencia de tecnologías, rápido crecimiento de las ediciones online -, ninguna resulta tan compleja como la baja participación de hombres y mujeres de menos de 25 años en la cadena de reposición de lectores: “En el largo plazo -afirma Anne Kirah-, eso se llama muerte biológica.” Anne, antropóloga especializada en las formas de vida de los jóvenes contratada por Microsoft, es la panelista más transgresora que se escuchó hasta ahora en el congreso. También, la políticamente más incorrecta, a juzgar por algunas reacciones de veteranos editores que la escuchaban. Entre otras cosas, dijo:

“No hay consumidores de diarios; hay consumidores que leen diarios”.

“La forma de narrar no puede ser diferente de los contenidos; Microsoft inventó una tecnología exitosa que tiene su propio lenguaje”.

“Son los hijos los que llevan las nuevas tendencias al hogar, no al revés”.

“Para ellos, el mail se ha rebajado a la categoría de un café frío; por eso, prefieren la cercanía y la espontaneidad del celular”.

Anne, que en su vehemencia ignora la cortesía de los eufemismos, sugiere que, para acercarse a los jóvenes, los editores deberán apelar a estrategias que excedan el maquillaje de cambiar algunos contenidos y presentarlos con un diseño más ágil. “Si lo que hacen no resulta creíble, fracasarán. Ellos detestan lo que no es genuino.”

Eric Meerkamper, otro de los expertos que convocó la WAN para opinar acerca de “Las estrategias ganadoras para la nueva generación”, aportó las conclusiones de un amplio estudio sobre los hábitos de los jóvenes en Canadá que financió la asociación de periódicos de ese país. Sus números revelan, entre otras cosas, que sólo el 18% lee diarios regularmente y que los que leen votaron en las últimas elecciones nacionales en una proporción mayor que los que no (78% contra 56%).

“Al cruzar varias encuestas, llegamos a la conclusión de que los 24 años son la frontera -explica-; quien no adquirió el hábito de los periódicos, para entonces es poco probable que lo haga alguna vez.”

Eric sostiene que uno de los errores más frecuentes que cometen los medios en este tema es trazar una línea entre lectores y no lectores. Es un dato pobre, opina, porque no aceptaríamos, por ejemplo, que los que no compran nafta fueran una categoría muy diferente o quizás inferior a la de los que sí lo hacen. “Comprender que los lectores jóvenes de diarios, al menos en Canadá, son a la vez más asiduos usuarios de Internet y de video games y mayores consumidores de información económica es más consistente a la hora de sacar conclusiones”, afirma.

La mano de la globalización

El diario español El Mundo es, por el momento, uno de los que mejores resultados obtuvieron en Europa en el desafío de bajar la edad promedio de sus lectores. La estrategia fue, sencillamente, ir a buscarlos a la escuela. Para ello, creó El Aula, un suplemento que se distribuye gratis con el periódico en unos 4000 colegios de diferentes regiones de España durante el año lectivo.

Tommaso Prennushi, su director, lo describe como una idea periodística exitosa, que con los años incrementó el segmento de los lectores de 18 a 25 años en el 30%, pero que nunca habría funcionado sin la colaboración de las empresas que actúan como auspiciantes y aportan varios millones de euros al año y la asistencia de miles de maestros cuyos salarios paga el gobierno.

“Es ejemplo práctico de asistencia pedagógica y de coincidencias de intereses diferentes, pero que aceptaron el principio que alienta hoy la globalización”, asegura Prennushi. Bien podría agregar que todo empezó en una redacción y sin otra meta que la de bajar la edad promedio de un grupo de lectores en el país que tiene una de las poblaciones más viejas del continente.

Hoy es el día en que Putin y Gorbachov serán recibidos en el congreso de la WAN. Cuatro de sus predecesores -Breznev, Stalin, Andropov y Chernenko- están sepultados a escasos metros de allí. Una leve ironía envuelve este debate por el destino de tantos diarios en un territorio que durante tanto tiempo dominó uno solo: Pravda.

Héctor D Amico

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 5 de junio de 2006.

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