“Lo que siempre se ha hecho fue defender los intereses del ganadero”

Destacó Nelvio Lubatti en una entrevista con el programa “Sábado 100”. Ingresó en 1960 como contador y actualmente es el presidente de Hacendados. En 1920 se llamó “Cooperativa de Hacendados de Rafaela Sociedad Anónima” y su primer presidente fue Francisco Abele. En 1927 adquirió la actual denominación. Hace 7 años la oficina céntrica se mudó al predio ferial de avenida Brasil 1951.

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Nelvio Lubatti toda una vida en la SA de Hacendados de Rafaela.

Por Emilio Grande (h.).- Hace un siglo, en una casa de campo de Rafaela se reunieron amigos dedicados a esta actividad, preocupados por la necesidad de contar con algún instrumento que fuera intermediario y garantía de compras y ventas de haciendas.
De esta manera, el 1 de agosto de 1920 fue fundada bajo el nombre de “Cooperativa de Hacendados de Rafaela Sociedad Anónima”, agrupando en un primer momento a 45 asociados, quienes en la casa Nº 25 de la calle Necochea declararon formalmente la constitución de la sociedad anhelada.
El objetivo principal fue actuar como consignatario de ganado, intermediando en la compra y venta de vacunos para actividades referidas al tambo, la exportación, el consumo y la invernada.
El primer directorio estuvo formado por Francisco Abele (presidente), Luis Cravero (vicepresidente), Alfredo Gunzinger (secretario), Santiago Lorenzatti (tesorero), José Bessone, Agustín Gilli, Segundo Santisteban, Mateo Culasso, Vicente Boggero, Bautista Davicino (vocales titulares), Juan J. Albrecht, José Ferrero (vocales suplentes), Alfredo Williner (síndico titular) y Jorge Destéfani (síndico suplente). El primer gerente fue Alfredo Mahieu.
Siete años después, la palabra cooperativa fue suprimida por no corresponder de acuerdo a disposiciones legales y desde entonces la organización se denominó como la conocemos actualmente: Sociedad Anónima Hacendados de Rafaela.
La primera feria organizada por esta entidad de productores ganaderos fue el 9 de noviembre de 1920 en el predio de la Sociedad Rural de Rafaela. Después de 100 años de vida institucional, quizás sea la firma consignataria más antigua del país.
“En mi caso estoy hace 60 años en la empresa, ingresé al final de 1960 y hacía poco que había cumplido 40 años; estaba de presidente Pedro Borgnino Guglielmone y de gerente Emilio Adolfo Chatelet (padre de Emilio, actual vicepresidente), quien me había buscado para reemplazar al contador Eladio Vottero que se jubilaba. Sigo vinculado a la empresa porque quien me va a firmar el telegrama de despido (risas)”, destacó Nelvio Lubatti (86 años), actual presidente de Hacendados, durante una entrevista con este cronista. Estaban organizando los festejos para este acontecimiento, pero debido a la cuarentena fueron suspendidos.
Y agregó: “Era una época floreciente con el desarrollo del país para las industrias y los comercios. Me gustó la forma de trabajar como institución porque se lo hacía como en una familia, todos amigos y en un ambiente ganadero. En lo personal venía del campo y mis antepasados eran ganaderos; así que estaba cómodo y esta situación continúa”.
-En estos 60 años de trabajo en la empresa, ¿qué cosas rescatas como positivo en materia institucional y económica?
-Lo que siempre se hizo fue defender los intereses del ganadero y no los intereses de algunos, siendo muy importante que le valió a la empresa seguir estando como ahora; seguimos con la misma tesitura. Los gobiernos fueron cambiando, los que favorecían la explotación ganadera y otros que no, pero siempre seguimos adelante. En una ocasión pusieron el tope en el precio de la hacienda, así que se remataba con ese precio y no se podía sobrepasar. Hubo otros tiempos de bonanza que permitió fortalecer a la empresa. Cuando la empresa cumplió 50 años se hizo una fiesta con la presencia del gobernador de la provincia Guillermo Rubén Sánchez Almeyra, quien era interventor federal, y se tomaron medidas de seguridad, a cargo de la Policía. Se había cerrado el mercado municipal que estaba entre las calles Sarmiento y San Martín, y lo estaban remodelando para la estación de ómnibus. El intendente Rodolfo Muriel, quien era amigo de Chatelet, ofreció ese lugar para hacer la fiesta y hubo que adaptarlo, asistiendo más de 3.000 personas. Por otro lado, se remodeló el sistema de iluminación de la feria porque los remates se extendían y de noche se veía muy poco, colocando las columnas con gas de mercurio, siendo la obra dirigida por el ingeniero alemán Franz Mettenleiter, quien trabajaba en la Usina.
-¿En qué lugares funcionó Hacendados?
-Los primeros remates se realizaron en la Sociedad Rural de Rafaela y al poco tiempo en el actual predio ferial (avenida Brasil 1951), que era de Abele (primer presidente) y le compraron una fracción de terreno para tal fin; luego uno de los hijos de Abele también fue presidente. La primera oficina funcionó en bulevar Yrigoyen al 200 casi esquina Vélez Sarsfield, después se trasladó a bulevar Santa Fe al 500, al lado del Cine Belgrano (ambas alquiladas). Finalmente, se compró el local de bulevar Lehmann y Pellegrini, que era propiedad del Sindicato de la Carne; yo ingresé cuando se inauguró esa nueva etapa. Funcionó en este último lugar hasta 2013.
-¿Por qué se mudaron del centro al predio ferial?
-Teníamos problemas con el estacionamiento, la gente de campo venía en auto o en camioneta y no podía estacionar. Se decidió hacer oficinas en el predio ferial porque hay más lugar para estacionamiento. Había empresas que querían participar en la construcción de un edificio con varios pisos, se hicieron los planos que se presentaron en la Municipalidad, pero no los aprobó porque no era una zona para edificios en altura. Entonces se construyó el nuevo edificio solamente para Hacendados.
-¿Qué piensan hacer con el edificio céntrico que está cerrado?
-Se quiso alquilar, no es fácil porque es un edificio grande y antiguo. Vinieron a consultar las reparticiones públicas (AFIP, Registro Civil) y pidieron un baño para discapacitados; nunca se concretó el alquiler y se va deteriorando. El Pingüino quiso alquilar las cocheras, al igual que el Hotel Amérian que se construyó enfrente, pero quedó en la nada.
-Antes de la cuarentena, ¿cada cuánto se realizaban los remates y en qué lugares?
-En Rafaela se hacían los miércoles un remate de abasto (carne para comer) y un sábado al mes se hacía un remate de invernada (para recría); como había mayor cantidad de hacienda, los de invernada se desdoblaron dos al mes, pero teníamos el problema del sábado que la gente quiere estar con su familia. Entonces en el remate de abasto se le anexó el de invernada. Tiempo atrás tuvimos remates en Santa Clara de Saguier con instalaciones propias, pero con la aparición de la soja se dedicaron más a la agricultura y no había más ganadería, entonces se cerró. En Humboldt hace 70 años que estamos con remates, se compraron las instalaciones y es una zona muy ganadera porque hay muchos tambos chicos. También en Huanqueros, pero las instalaciones son de una cooperativa.
-¿Cada cuánto se realizan los remates durante la cuarentena?
-En los primeros días hubo un poco de problema. Ahora pueden asistir únicamente los compradores, los vendedores no, modalidad que continúa. Antes de decretarse la cuarentena, previo al remate hacíamos el almuerzo para los compradores que venían de afuera y algún cliente especial, servicio que también se suspendió. Los remates se hacen cada 15 días los miércoles en Rafaela y los martes en Humboldt, y en Huanqueros una vez al mes. Por otro lado, se comercializa mucha hacienda en forma particular, la que va a exportación, porque no puede pasar por feria y tiene que ser directo. Hacendados es el consignatario, busca la hacienda al vendedor para luego ser vendida al frigorífico Rafaela Alimentos.
-¿Son animales especiales para exportación?
-Se trata de la cuota Hilton, que se exporta a los países europeos; es otro tipo de animal, y luego Rafaela Alimentos faena en Casilda porque acá no tiene más matadero.
-¿Cuáles son los desafíos para el futuro?
-Seguir trabajando con honestidad, con el lema que tuvo siempre Hacendados: “una empresa ganadera al servicio del ganadero no al servicio propio”, de lo que se sigue cumpliendo y las cosas siguen andando. Altibajos siempre hubo, por las políticas de los gobiernos o por las inclemencias del tiempo como las inundaciones o las sequías; son trastornos del productor que trae consecuencias a la empresa. Antes no había límites en faenar animales jóvenes y ahora el animal debe pesar como mínimo 400 kg para que la media res de carne alcance los 120 kilos.

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