Lectura de la participación ciudadana con las cacerolas

Se trata del editorial del programa radial “Sábado 100” por FM Sol 90,9 que conduce Emilio Grande (h.). una minoría tiene protagonismo social y es una deuda pendiente de los argentinos porque es fácil criticar y cuestionar a los dirigentes en cualquiera de los niveles, lo más difícil es comprometerse en la medida que se puede en las instituciones con propuestas y generar el recambio dirigencial para que no estén siempre los mismos.

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Por Emilio Grande (h.).- Pasaron unos días de las manifestaciones masivas de la gente en distintas ciudades del país y todavía se escuchan los ecos más positivos que negativos. A decir verdad, fue una autoconvocatoria organizada especialmente por los jóvenes a través de las redes sociales que ciertamente superó las expectativas hasta de los más optimistas. Los ciudadanos de a pie salieron con sus cacerolas a decir basta al gobierno nacional en forma directa -la oposición no puede mirar para el costado- con una lista que incluye: no a la re-reelección, frenar inseguridad, el problema de la inflación, el respeto del que piensa diferente, la defensa de la Constitución, el cierre de las importaciones, el corralito para comprar dólares, entre otros. Más allá de aisladas muestras de violencia verbal y gestual, la mayoría se manifestó pacíficamente, no recibió incentivos económicos para movilizarse y tampoco produjo daños materiales. La reacción descalificadora del gobierno no se hizo esperar, pero con afirmaciones un tanto desafortunadas de algunos de sus funcionarios como el jefe de Gabinete Juan Abal Medina, el senador Aníbal Fernández y el secretario de Cultura Jorge Coscia, expresando que es gente que piensa más en viajar a Miami que en visitar San Juan, que son destituyentes y fomentan el odio como títuló el programa ultrakirchnerista 6, 7, 8. En este programa radial, opinó la semana pasada Natalia Aquilino desde Buenos Aires destacando la participación de la gente, pero aclaró que falta un líder que legitime y encause estos reclamos sociales. Ciertamente que estas protestas callejeras son legítimas y en la medida que la presidenta Cristina no tome nota de los reclamos, seguirán “in crescendo” porque ya se fijó un nuevo cacerolazo para fines de setiembre o principio de octubre. En el querer forzar la cuerda propio del estilo del kirchnerista, el Gobierno amagó con hacer una contramarcha esta semana pero sí convocó para el 27 de octubre en conmemoración del segundo aniversario de la muerte de Néstor Kirchner en apoyo a la gestión cristinista. Conviene aclarar que vivimos en democracia, que no solamente se participa con el voto cada dos años sino también con manifestaciones callejeras como en este caso y especialmente en las distintas instituciones políticas, sociales, barriales, ONGs. ¿Cuánta gente de los que movilizaron hace unos días participa en alguna entidad o institucional? Seguramente una minoría tiene protagonismo social y es una deuda pendiente de los argentinos porque es fácil criticar y cuestionar a los dirigentes en cualquiera de los niveles, lo más difícil es comprometerse en la medida que se puede en la vecinal, la comisión de la escuela, el club, la parroquia, el partido político, el gremio, con propuestas y generar el recambio dirigencial para que no estén siempre los mismos.

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