Las mentiras permanentes de la presidenta Cristina

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Sol FM 90,9 que conduce Emilio Grande (h.). Admitió públicamente hace unas semanas que tenía un plazo fijo de 3 millones de dólares con la promesa de convertirlos en pesos, pero la pregunta es ¿qué tributa ella y su familia al Estado?

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Por Emilio Grande (h.).- En los últimos tiempos estamos escuchando discursos altisonantes y muy lejos de decir la verdad de parte del gobierno nacional, especialmente de la presidenta Cristina Fernández, quien debiera dar el ejemplo. Con el paso de los meses el Ejecutivo se va aislando cada vez más de la sociedad y los conflictos que estaban en puerta están explotando con consecuencias impredecibles: el cierre de las importaciones, el corralito para comprar dólares, los problemas del campo sin resolver desde hace años, la inflación galopante que hace estragos sobre todo en los sectores trabajadores y marginados socialmente. Ahora se sumó la pelea política-sindical entre el Gobierno y la CGT liderada por Hugo Moyano con eclosión superlativa durante esta semana por el impuesto a las ganancias y las asignaciones familiares. Para contrarrestar el paro y movilización de los trabajadores del miércoles, Cristina no tuvo mejor idea que hablar por la cadena nacional apoyada por los alcahuetes de funcionarios y legisladores kirchneristas. La excusa era otorgar créditos a los jubilados para que haya más consumo con fondos provenientes de la ANSES, pero no hay que olvidar que el Congreso Nacional aprobó el 82% móvil para el sector pero luego fue vetado por el Gobierno. En ese mensaje presidencial aprovechó para denostar al gremialismo y justificar ese impuesto distorsivo que afecta a trabajadores, docentes y jubilados que ganan entre 7.000 y 8000 pesos y se destina para obras públicas. En este contexto, Cristina admitió públicamente hace unas semanas que tenía un plazo fijo de 3 millones de dólares con la promesa de convertirlos en pesos, pero la pregunta es ¿qué tributa ella y su familia al Estado? Recientemente, su hijo Máximo tuvo un problema en la rodilla y en lugar de ser operado en el Hospital público de Río Gallegos que estaba en condiciones de hacerlo -más allá de la falta de médicos e insumos-, usó el avión presidencial para trasladarlo a una clínica privada de la Capital Federal. Otro ejemplo de prepotencia y soberbia –como la cuestionó el propio Moyano en el acto de Plaza de Mayo- fue el injustificado viaje a Angola con una comitiva de funcionarios y empresarios a un país africano con un presidente dictatorial desde hace 32 años. Al Gobierno se le está terminando la forma de recaudar porque metió mano en todas las cajas posibles y el país se está volviendo a empobrecer desde el punto de vista socio-económico y aislándose del mundo, sumado a la corrupción y la evasión fiscal. Al mismo tiempo, ¿cuál es la función del sindicalismo argentino? Hoy Moyano está en la vereda de enfrente pero hace unos meses compartía actos públicos con el kirchnerismo. También tiene varios conflictos en los estrados judiciales.

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