Las desconcentraciones le costaron caro a Ben Hur

Empató 2 a 2 con la CAI por la séptima fecha de la B Nacional y sigue sin ganar como local, más allá de que en el torneo lleva seis fechas invicto. Arrancó ganando desde el inicio con un gol de Romay, pero Caamaño empató a los 35 del período inicial. En el complemento, Bustos puso el 2 a 1 y Saad igualó a 10′ del final. Los dos goles visitantes fueron en jugadas de pelota parada.

por Darío Gutiérrez

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Evolucionó en algunas cosas, retrocedió en otras. A Ben Hur le sigue faltando el equilibrio para darle en casa la primera alegría a su gente. Ayer ante la CAI cumplió una parte del libreto de manera aceptable, la de buscar, intentar asumir el protagonismo. Y lo hizo desde el arranque, a tal punto que en 10 minutos hubiese podido liquidar el pleito si hubiese estado fino para definir. Pero lo que fue auspicioso desde un punto de vista, fue preocupante en el otro. Distracciones como pocas veces se habían visto hasta el momento, le costaron muy caro y dejaron con un sabor agridulce al equipo cuando dejó la cancha, y mucho más a los hinchas. La idea de juntar a Giampietri, Bustos y Romay dio resultados rápidamente, más de lo que seguramente pensaba Trullet. A los 2 minutos, en la primera llegada a fondo, Fontana cambió de frente para Giampietri que estaba por izquierda, encaró a su marcador, desbordó y el centro fue conectado por Romay de primera para vencer a Trípodi. Atacar a los chubutenses era una tentación. La última línea daba enormes ventajas por cualquier sector. A tal punto que un pelotazo frontal de Paz dejó solo a Bustos, que le ganó a Caamaño y De Miranda, con el arquero y extrañamente el puntano falló en la definición. Buscó por arriba, pero desviado. El propio Bustos, en la siguiente recibiendo de Romay, obligó a Trípodi a salvar su valla. Era todo de Ben Hur, campo, pelota y las mejores situaciones. Vaca y Echagüe conformaban la sociedad ideal en el medio, quitando y distribuyendo, Giampietri estaba enchufado, y Bustos al acecho. La CAI, sin embargo, empezó a mejorar paulatinamente cuando se lesionó Gabriel Bustos y lo reemplazó Rolle. Es cierto, en defensa seguía habiendo huecos importantes, y lo ratificaba otro envío frontal de Paz que dejaba a Bustos con la opción de rematar cruzado, para otro esfuerzo de Trípodi salvando su valla. Daba la sensación de que no tenía con qué inquietar a Bertoya, pero la CAI había dividido la tenencia del balón. Saad iba a todas, y los movedizos Rolle y Pérez generaban algunos descalabros cuando hacían la individual. Por eso empezaron a sucederse corners y tiros libres. Y en una de esas jugadas de pelota parada, De Miranda bajó la pelota y Caamaño le ganó a las intenciones de Bertoya, que quedó a medio camino, para poner el 1 a 1. Sintió el impacto el dueño de casa. Por eso la visita terminó con una mejor imagen y casi lo aprovecha después que un centro de De Filippi no fuera conectado por Pérez, apenas por milímetros. En el segundo tiempo, el arranque fue como la finalización del primero. Los dirigidos por Dalcio Giovagnoli se mostraron más agresivos, con un Saad que poco a poco iba siendo un dolor de cabeza para los stoppers benhurenses. Las espaldas de Vaca eran un sector propicio para Pérez y Rolle, y más alguna proyección de De Filippi, generaban más dudas en el fondo rafaelino. La entrada de Sánchez por Giampietri, que después de ese comienzo que ilusionó se fue cayendo en su rendimiento, le “refrescó” la cara a la BH. Jugando por derecha conformó un buen tándem con un Fontana más activo, y de esa manera el elenco de Trullet retomó la iniciativa. Romero, en una de sus pocas acciones positivas de la tarde, tocó con Bustos en una pared y su remate lo tapó Trípodi. El arquero estuvo atento también ante un par de remates de Echagüe y Cabrera salvó en la línea un cabezazo de Paz que entraba. De tanto ir, Ben Hur llegó al segundo, devolviendo la gentileza en un corner. El corner de Sánchez desde la izquierda en el segundo palo fue conectado por Bustos, que casi cayéndose y de cabeza venció a Trípodi. Parecía que era la tarde del primer grito en el Parque. Por lo anímico y por el trámite, pero el partido estaba lejos de definirse. Saad obligó a una falta de Desvaux en las inmediaciones del área. El centro fue conectado por Caamaño, Bertoya a puro reflejo alcanzó a rechazar, pero en el rebote a quien le habían cometido la falta no tuvo problemas para empujar la pelota al fondo del arco. Quedaba poco tiempo y es como que Ben Hur se quedó sin fuerzas después de ese golpe. A pesar del ingreso de Gianfelice -a quien todavía le falta mucho para tener minutos en cancha-, de las ganas de Sánchez y de un Bustos que siempre estaba atento para buscar un remate al arco. Fue uno de esos partidos donde dio la sensación de que Ben Hur pecó de inocente. Perdonó a su rival cuando lo tuvo de rodillas y después le ofreció facilidades para que le arruine la tarde. Fue el tercer empate consecutivo de un equipo que hasta ahora vive de renta de esos dos triunfos como visitante, en Salta y Córdoba. Pero en la medida que no gane de local, las cuentas ya no le van a dar tan fácil.

Darío Gutiérrez

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 18 de setiembre de 2005.

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