“Las candidaturas testimoniales no se revierten a través de leyes sino a través de conductas”

El que opina es Gregorio Badeni, doctor en Derecho y Ciencias Sociales, licenciado especializado en Ciencias Políticas, miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas de Buenos Aires, profesor de Derecho Constitucional de la UBA y de Régimen Jurídico de la Información en la UCA. Asesor de ADEPA, escritor y socio del estudio hurídico “Linares Quintana, Badeni y Gagliardo Asociados”.

Por María Herminia Grande (Rosario)

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MHG: ¿Qué opinión le merecen las candidaturas testimoniales? GB: Es un ardid donde los caciques de cada grupo tratan de poner a las personas más relevantes. No les interesa si están ocupando cargos públicos o no. Porque la gente se guía por los que encabezan las listas y no por el resto del contenido. Lo grave de estas candidaturas testimoniales es que se presentan al acto electoral personas que de ante mano han dicho que no van a ocupar los cargos si son electos. Esto además de configurar un engaño, un fraude para el electo; también constituye una ruptura de la esencia del sistema electoral que presupone personas que aceptan ser candidatos y que no están dispuestos a ocupar los cargos si llegan a ser elegidos. Es una nueva lesión a nuestro sistema institucional que sólo los ciudadanos podrán reparalo.

MGH: ¿Esto sienta jurisprudencia? GB: En cierto modo sí, establece un precedente. Por eso es muy importante la resolución que adopte la Cámara Nacional Electoral respecto al fallo que dictó el juez Blanco. Si la Cámara Electoral y si la Corte tiene tiempo de hacer lo propio, de aquí en más será usual que las cabezas de listas sean personas muy relevantes que ya están ocupando cargos públicos y que no van a ocupar los cargos para los cuales serán electos. Esto es muy preocupante porque se relativiza la importancia que tiene un cargo legislativo y se le da mayor importancia a las funciones ejecutivas, considerando en definitiva que el legislativo está subordinado al ejecutivo, tanto en el orden nacional como en las provincias.

MHG: ¿Cree que esto sucede por el inmovilismo de los partidos políticos? GB: En cierto modo si, porque adelantar las elecciones y no permitir elecciones internas en los partidos políticos revela que las agrupaciones políticas carecen de suficiente fuerza como para oponerse a ese tipo de medidas. Hoy en día no tenemos partidos políticos, tenemos facciones. Tenemos grupos de personas que rodean a ciertas figuras carismáticas para llegar al poder, pero que no están precedidos por una idea global sobre qué hay que hacer en el gobierno, qué políticas desarrollar en el campo social, en el económico, cultural, educacional, etc.….

MHG: Usted manifiesta que estamos atravesando esta circunstancia por una falla muy grande en la cultura cívica… GB: Así es. Una falla de la cultura cívica, de la educación y de la enseñanza. En 1983 iniciamos con mucho entusiasmo un proceso de transición a la democracia. Nunca llegamos a concluir esa transición. Desde hace unos 7 u 8 años estamos en un agudo proceso de retroceso, de retorno a los modos y prácticas autocráticas.

MHG: Hemos visto al gobernador Scioli no poder contestar a la pregunta ¿usted asumirá como diputado o seguirá como gobernador? GB: En realidad esa pregunta se la debió formular el juez Blanco antes de dictar sentencia. Porque teniendo en cuenta lo que informaban los medios de prensa, ante los cuales varias personas entre ellos intendentes, gobernadores, jefe de gabinete, habían dicho que no iban a ocupar los cargos para los cuales eran electos, esas manifestaciones periodísticas debió el juez Blanco entender que tenían cierta cuota de credibilidad y no desestimarlas de plano como él lo hizo. Debió haber citado a esas personas para que manifiesten ante el juez si iban a ocupar los cargos o no. Si esas personas decían no o no sé, en ese caso lo que corresponde directamente es impugnar la candidatura. Porque no reúne todos los requisitos que exige la Constitución para ejercer un cargo, el primero de ellos es tener la voluntad para ejercer el cargo.

MHG: Si dicen que sí, pero luego no asumen, lo único que queda es una condena social GB: La única sanción aplicable a quien incurre en esas conductas es una sanción social. Pero las sanciones sociales tienen efecto cuando el pueblo tiene cierto grado de cultura cívica. Vemos como en Gran Bretaña reacciona la opinión pública ante el desmanejo de los fondos públicos por parte de algunos parlamentarios…

MHG: para evitar que algunos candidatos lleguen a sus puestos por un partido y luego se pasen a otro partido, como el caso de Borocotó; o las candidaturas testimoniales ¿debemos reformar la Constitución o se puede solucionar con una ley? GB: Esto no se subsana con leyes, se subsana con conductas. Se subsana con conductas basadas sobre la buena fe y la lealtad. Por mas que sancionemos una ley para evitar que se repitan situaciones como esta, los políticos tienen un gran agudeza intelectual para buscar nuevas fórmulas que van a importar nuevas violaciones y nuevas perturbaciones de la vida institucional. Creo que estas cosas no se revierten a través de leyes, sino a través de conductas…

Fuente: www.mariaherminiagrande.com.ar

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