La revolución moral que la Argentina necesita

El país no tiene un proyecto que la alternancia política no modifique sustancialmente

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Por María Herminia Grande.- En este extraño y entrañable país llamado Argentina, la política no deja de sorprender. Una semana atrás, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner le escribió una carta al presidente Alberto Fernández. Suena extraña esta lejanía en la era de las comunicaciones, donde un teléfono celular acorta distancias. Como todo en la vida, depende del protagonista ver el vaso medio vacío o medio lleno. No pude menos que recordar a James Cain en aquel libro luego llevado al cine: El cartero siempre llama dos veces. De aquella novela negra emerge una gran metáfora: ir hacia el destino ineludible o tomar la señal y evitar, virando a tiempo, lo irremediable.

El Gobierno no ha cumplido un año de gestión y parecería que aún no nació. La semana pasada la Vicepresidenta le hizo a su Presidente una advertencia demasiado severa. Ante sus tres certezas no hay términos medios. O a su estilo busca una reacción en el Presidente para corregir el rumbo, o desea alejarse ante el desenlace de un destino que ve como irremediable. Si esta última es la idea, debería retirar a más del 50% de los funcionarios que a su pedido o con su consentimiento, integran el gobierno.

Si Cristina Fernández de Kirchner sacudió el aletargamiento de la coalición gobernante, no menos impacto causaron en la coalición opositora las declaraciones de Elisa Carrió, al proponer a los legisladores de su sector apoyar el pliego del candidato del Presidente al procurador general Daniel Rafecas.

Una de las dos senadoras estrechamente vinculadas a CFK cree efusivamente que la idea de la Vicepresidenta es fortalecer al gobierno. En cuanto a la postura de Elisa Carrió, me dijo: “Ahora parte de la oposición dice que apoyaría a Rafecas. No coincide con el pronunciamiento del senador Martínez de la semana pasada. Mientras se ponen de acuerdo, nosotros seguiremos adelante en la comisión de Justicia”. Esto último es la confirmación no explicitada de que el proyecto Rafecas para CFK, ya fue. Y avanzarían en la modificación de los dos tercios, hoy necesarios para elegir un nuevo procurador. Dos tercios es sinónimo de acuerdo político. De lograrlo, con 37 votos, sin mayoría calificada, el oficialismo en el Senado puede elegir al procurador que desee. Ante esto el senador, Naidenoff explicó: “El posicionamiento ante lo de Rafecas lo decide hoy la mesa política de Juntos por el Cambio. Ahora no nos miren a nosotros. Miren al oficialismo en el Senado, donde habiendo entrado el pedido del Ejecutivo de aprobación del pliego de Rafecas el 12 de marzo, nunca avanzó en su tratamiento”. La jugada de Carrió no sólo puso en offside a su coalición, sino también al Presidente de la Nación, conocedor de lo que la sola mención de la palabra “Carrió” produce en los oídos de Cristina Kirchner. Son viejas conocidas, hábiles dirigentes políticas, que tienen la característica de entorpecer los acuerdos. Por lo que la pregunta clave es: ¿quiere Carrió ayudar al Presidente o complicarlo aún más?

Para quienes sostienen que CFK, con sus actitudes, sólo busca fortalecer al Gobierno que con gran inteligencia pergeñó, el gesto habría sido estar junto a su Presidente en el acto recordatorio del décimo aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. Si por razones personales e íntimas esto no era posible, debió haberle sugerido a su hijo Máximo ocupar su lugar. Así como también el jefe del oficialismo en Diputados debió cerrar discursivamente y solicitar a sus pares la aprobación del primer presupuesto de Alberto Fernández. La política se hace mayoritariamente hablando, pero los gestos valen tanto como las palabras.

Para solucionar el grave problema que tiene Argentina, el camino no es Grabois. En todo caso, en ese aspecto puntual, la crisis habitacional, la cual inexorablemente necesita concertación, se debería avanzar como me comentó la ministra María Eugenia Bielsa, en un trabajo integral con el Renabap (Registro Nacional de Barrios Populares), dependiente del ministerio de Desarrollo Social a cargo de Daniel Arroyo. A través de este sistema se construye la infraestructura, es decir integración y servicios, y las viviendas nuevas. Bielsa dijo: “En el Presupuesto 2021 figuran los nuevos loteos sociales con su partida correspondiente. Chile solucionó este problema en quince años, si nos ponemos de acuerdo, Argentina también lo logrará. El costo de las viviendas para los sectores medios como para los sectores más humildes, es exactamente el mismo. Cuando aparecen diferencias de costo es porque hay ‘distracciones’ en el camino”. La ministra agregó: “Estamos constantemente hablando con los actores de la construcción, empresarios y trabajadores, este sector no está ligado al dólar, no se justifican ni aumentos ni desabastecimiento”.

Se está desarrollando con viento a favor el proyecto del C.A.A. que prevé lo que Argentina necesita: ingreso de dólares y generación de mano de obra calificada y valor agregado. Un protagonista, el licenciado Gustavo Idígoras, titular de CIARA, me adelanta que está consensuado dentro del paquete un proyecto de ley para promover inversiones en al agro por diez años. Este miércoles este sector se reúne con el gabinete económico, con el fin de avanzar en la redacción de la Ley de Inversiones Agroindustriales, así como también en medidas para economías regionales y facilitación de exportación de todos los sectores. A la fecha ya han tenido más de diez reuniones con el gobierno nacional.

Por los resultados económicos y sociales de las últimas décadas, queda claro que la Argentina no tiene un proyecto que la alternancia política no modifique sustancialmente. Con la mitad de los habitantes del país padeciendo la indignidad de la pobreza y la desocupación, el Gobierno debería responder convocando a los partidos integrantes de las coaliciones a discutir un modelo económico de país. El Presidente debe tener la convicción y el coraje para convocar a una revolución moral que Argentina necesita. Esto le daría mayor solidez política y evitaría que el cartero llame a su puerta por segunda vez. La política tiene la posibilidad de modificar lo inexorable.

Fuente: https://www.infobae.com/opinion/2020/11/03

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