La profesión del periodismo cuestionada por el poder

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio Sol Rafaela (FM 90,9) que conduce Emilio Grande (h.). Este 7 de junio se celebra el Día del Periodista en la Argentina, en recordación de la Gazeta de Buenos Ayres, fundada por Mariano Moreno, fecha instituida en un congreso de periodistas realizado en Córdoba en 1938. En aquel tiempo ni tampoco en el presente resulta sencillo ejercer esta profesión que es apasionante, porque demanda empeño la búsqueda de información, el chequeo de las fuentes, para así interpretar los hechos de la realidad con criterios éticos. ¿Cómo decir la verdad en una sociedad cuyos intereses económicos buscan desplazar a la dignidad de la persona? ¿Cómo decir la verdad cuando los valores son pisoteados por intereses políticos y económicos? ¿Cómo decir la verdad cuando los sueldos de muchos periodistas no alcanzan para vivir dignamente y tienen que trabajar en más de un lugar? En este contexto, no se puede dejar de analizar los rasgos autoritarios del gobierno nacional que lleva adelante un relato de la historia con la lógica de amigo-enemigo como sostenía el alemán Carl Schmitt, privilegiando la información y la publicidad a los periodistas y medios afines al oficialismo; al resto persecución y cuestionamientos. Actualmente, hay un grave problema institucional con investigaciones judiciales y periodísticas que involucran al vicepresidente Amado Boudou, quien fue citado a indagatoria por el juez Ariel Lijo por el caso Ciccone, y también salpica a los Kirchner. Si no tenemos un periodismo independiente no puede hablarse de una sociedad democrática y en este concepto se encuentra la relación más conflictiva que el periodismo independiente debe afrontar, que es la relación prensa-poder. Por este motivo, el significado social del rol del periodista y los riesgos que el ejercicio profesional comporta fundamentan la exigencia de una ética de la responsabilidad en toda práctica profesional del periodista, que contribuirá decididamente en el servicio de la verdad y el bien común, y con un sentido crítico de la realidad. Si en más de una oportunidad realizamos críticas a la dirigencia por sus malas prácticas, los periodistas tenemos que hacer una autocrítica sobre cosas oscuras y en algunos casos poco dignas de nuestra profesión. En este sentido, el papa Francisco expresó en la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales: “también existen aspectos problemáticos: la velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo”. Finalmente, es bueno recordar un pensamiento del prócer Mariano Moreno: “Más vale una libertad peligrosa que una tranquila esclavitud”.

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