La mitad de la Tierra está degradada

La acción del hombre sobre el ambiente contribuye a destruir los recursos naturales, según expertos de las Naciones Unidas

Por Laura Rocha

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Más de la mitad de los recursos naturales terrestres está degradada como consecuencia de la acción del hombre. “Los cambios han contribuido a obtener considerables beneficios para el bienestar humano y el desarrollo económico, pero, a la vez, han generado degradación de los recursos que la naturaleza provee”, concluyó la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, un estudio multidisciplinario realizado por más de 1500 expertos de todo el mundo, encarado por las Naciones Unidas. Durante la presentación del informe en la Argentina -ayer se celebró el Día Mundial del Medio Ambiente-, Walter Reid, director del trabajo, indicó que el deterioro más notorio en los últimos 50 años se produjo en la captura de peces, en los ambientes marinos y en los usos del agua dulce, tanto por el grado de contaminación que sufrieron los cursos de agua como por la desaparición de humedales debido a la construcción de diques y de represas. “Una de las prioridades debe ser invertir en la conservación. Hoy seguimos tratando los recursos naturales como si fueran gratuitos y sin límites. Es importante que los gobiernos y la población tomen conciencia de ello y apoyen las políticas que apunten a disminuir el consumo de esos servicios”, sostuvo Reid. La magnitud de los cambios inducidos por el hombre en los ecosistemas terrestres y marinos no tiene precedente en la historia. La cantidad de agua embalsada en presas se cuadruplicó desde 1960 y la mayor parte del agua utilizada (el 70%) se usa para la agricultura. Alrededor del 60% de las principales pesquerías del mundo están afectadas por pesca excesiva. Los bosques nativos desaparecen al ritmo de unas 14 millones de hectáreas por año. Y otros ecosistemas, tales como marismas, manglares y arrecifes de coral, fueron sustancialmente reducidos o degradados. La degradación de los servicios de los ecosistemas está contribuyendo al aumento de la desigualdad y la disparidad entre los grupos de personas, en ocasiones, el principal factor causante de la pobreza y del conflicto social, dice el informe. El número de las especies vivas sobre el planeta está disminuyendo. Entre el 10 y el 30 por ciento de las especies de mamíferos, aves y anfibios están bajo amenaza de extinción. Durante el trabajo, que se desarrolló a lo largo de cuatro años, se analizaron los recursos de diez sistemas socioecológicos (ver gráfico). Además, se hicieron análisis subglobales en todo el planeta, que permitieron observar los cambios en algunos puntos específicos.

En las pampas Aunque todavía está en proceso, también se presentó un proyecto sobre el sistema subglobal de las pampas argentinas, realizado por Ernesto Viglizzo, investigador del INTA y del Conicet. El estudio indica que la región pampeana fue una de las que más cambiaron durante el período 1880-2000 por la modificación del uso del suelo. “En ese período los campos naturales prácticamente desaparecieron”, explicó Claudio Ghersi, de la Universidad de Buenos Aires (UBA), colega de Viglizzo. Y aportó números: en 1960, la población rural en la zona, con 662.000 trabajadores, representaba el 20% del total; en 2000, sólo quedaban 250.000 trabajadores. Estos cambios son inversamente proporcionales a la producción agropecuaria. Mientras que en 1960 se producían 11,1 millones de toneladas de granos por año y se exportaba por un valor cercano a los 2500 millones de dólares, en 2000 la producción creció a 70 millones de toneladas/año, por 8000 millones de dólares. “Algunos servicios ecológicos tenderían a mejorar por la incorporación de tecnología [control de la erosión en suelos, balance de carbono]; otros experimentarían una evolución negativa [provisión de agua pura por contaminación y fragmentación del hábitat debido a cambios en el uso de la tierra]”, explicó Ghersi.

Conclusiones Las conclusiones -a las que se arribó a partir de cuatro escenarios posibles, del más optimista al más pesimista- suponen que los costos económicos y de salud relacionados con la degradación de los ecosistemas pueden ser considerables, especialmente para los países más pobres. “La degradación de los ecosistemas -dicen- podría empeorar durante la segunda mitad del presente siglo y ser un obstáculo para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio” de las Naciones Unidas, que pretenden un mundo más equitativo para 2015. Que la situación no se agrave y que cambie sólo depende del hombre, el artífice de los resultados.

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 6 de junio de 2005.

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