Por Emilio Grande (h.).- Ya pasaron más de 100 días de la cuarentena en la Argentina, la más larga del mundo, pero sin el tendal de enfermos y muertos que hubo en China, Italia, España, Brasil, Estados Unidos, entre otros. Y si durara 1.000 días, ¿quién aguantaría el cansancio interminable?
A decir verdad, en nuestro país hay más muertes por otras enfermedades. En 2017 hubo cardiovasculares 97.219, tumores 65.488, respiratorias 64.869 y por accidentes de tránsito fue de 6.627 en 2019. ¿Se hizo cuarentena por estas causas? Hasta ayer había 1.385 muertos por Covid-19.
Hay un discurso autoritario del gobierno nacional con la dualidad vida-muerte que ha calado hondo en la población a través de los medios de comunicación y las redes sociales. El hiper presidencialismo ha llevado a que casi no funcionan el Congreso y la Justicia, pero inexplicablemente liberaron presos con casos emblemáticos como Boudou y la mentada intervención y expropiación a Vicentin.
El presidente Fernández dijo que “la cuarentena es un remedio para la pandemia y el único que conocemos. De lo que estamos enamorados es de la vida”. Pero, al mismo tiempo, está favor del aborto… Desde el 1 de julio el AMBA volvió a la fase 1, con la clausura de los comercios no esenciales. Ya cerraron 24.000 comercios en la ciudad de Buenos Aires y estiman que serán unos 100.000 comercios en el país durante los próximos meses, según la Cámara de Comercio. Sobran los testimonios de comerciantes que vendieron el mobiliario para pagar alquileres, sueldos e impuestos, mientras la mayoría de las autoridades de los 3 poderes no se redujo las abultadas dietas. La Argentina ya estaba enferma y ahora se profundizó con esta crisis sanitaria.
El 91% de los casos de coronavirus está en Buenos Aires y Gran Buenos, donde vive el 40% de la población de la Argentina, mostrando una política errática de concentración poblacional de las últimas décadas, mientras el territorio nacional está bastante despoblado. ¿Por qué tenemos que estar encerrados en el interior del país?
Según el INDEC, el desempleo aumentó al 10,4% en el primer trimestre del año y empeorará en los próximos meses. La pobreza era del 45% en el mismo período y trepará a más del 50%, similar al 2001-2002. La economía se derrumbó un 26,4% en abril. Las empresas operan al 60-80% con el 100% de los trabajadores y no resulta sostenible, en el contexto de una gran recesión global. ¿Cuál es el plan del Gobierno para salir de esta crisis? ¿No debería convocar urgente a distintos actores sociales para buscar estrategias en el marco del diálogo de saberes?
Rafaela no escapa a esta grave crisis económica. Los rubros más complicados son hotelería y gastronomía, quienes reclaman una ley de emergencia. Los gastronómicos sufren la fuerte retracción del consumo por la pérdida del poder adquisitivo y cerraron varios restaurantes, según fuentes del CCIRR. Las ventas del comercio no se han recuperado, al igual que en el sector industrial, donde la reactivación productiva no se traduce en niveles de actividad y ventas anteriores a la cuarentena: la actividad está en orden de 60-85%.
El último caso de coronavirus en nuestra ciudad fue el 21 de abril, teniendo 21 casos confirmados y 1 muerte. Se liberaron algunas actividades deportivas, pero todavía no se puede jugar al fútbol. La gente no aguanta más estar encerrada, se puso a jugar a la pelota en distintos barrios y fueron disuadidos por policías y agentes de la GUR. Las celebraciones litúrgicas aumentaron de 10 a 30 personas. ¿No piensan en las consecuencias psicológicas que produce el encierro? El doctor Raúl Brinckhaus opinó en este programa radial: “Tuviera que haber mucha más libertad porque la cuarentena está fundiendo a muchos comercios y pymes chicas, y destruyendo la salud física y mental”. ¿Están en juego las libertades individuales?
Estimado Emilio, es reconfortante ver que hay opiniones independientes, serias y fundamentadas dentro de tanto “periodismo” militante. Gracias por mantenerte fiel al espíritu de la profesión que abrazaste! Te mando un gran abrazo!