La comisión de seguimiento fue clave en la obra de efluentes

¿Se hubieran hecho las obras de tratamiento secundario? Germán Kahlow, presidente comunal de Humboldt, cree que no. Silvio Bonafede destacó la participación ciudadana en el control de las empresas Molfino, Sodecar y Rafaela Alimentos, con una inversión de casi 8 millones de pesos. Se salda un pasivo ambiental de 30 años.

por Emilio Grande (h.)

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Después de 30 años sin haberse realizado grandes avances en el pasivo medioambiental de algunas empresas contaminantes de esta ciudad, desde hace varios meses Molfino, Sodecar y Rafaela Alimentos están trabajando en las obras de los tratamientos de sus efluentes secundarios, provocando desastres ecológicos en localidades ubicadas al este de nuestra ciudad, como ser la mortandad de peces en los arroyos Cañada de Flesia, Las Prusianas y Cululú y el río Salado. Para el control de estos trabajos -en las dos primeras están terminando- se formó una comisión de seguimiento integrada por representantes del municipio rafaelino, concejo Municipal, comunas de Humboldt, Nuevo Torino, Pilar, Felicia, secretaría de Medio Ambiente de la provincia (SMADES), senador por el departamento Castellanos, comisiones vecinales 9 de Julio, Guillermo Lehmann y Luis Fasoli, entidades ecológicas como Amigos de la Vida y Club de Caza y Pesca El Zar (Humboldt), entre otros. -¿Qué hubiera pasado si no se hubiese formado esta comisión? “No se hubiese hecho nada”, respondió ayer Germán Kahlow, presidente comunal de Humboldt, ante la consulta telefónica de este cronista. Y agregó: “Para la realización de estas obras participaron organismos públicos y entidades intermedias que monitorearon este proceso en forma permanente”. Al respecto, Silvio Bonafede -subsecretario de Salud y Medio Ambiente del Municipio- expresó que “fue un mecanismo muy bueno de participación ciudadana para el control de las empresas, presionado sobre la secretaría Medio Ambiente (SMADES)”. A decir verdad, si no existiera el protagonismo manifiesto de la citada comisión, que se reúne con una periodicidad mensual, posiblemente seguirían durmiendo los proyectos de las obras de los efluentes. En este sentido, no hay que olvidarse la desaparecida Curtidora del Oeste, que generó graves problemas ambientales al no tratar el cromo de manera conveniente, dejando en la calle a decenas de trabajadores.

Un poco de historia

Luego de varios intentos en la creación de un órgano de control del medio ambiente en los tiempos en que estaba Lorenzo Domínguez al frente de la SMADES (2001), las comunas afectadas peticionaron ante la Defensoría del Pueblo por la falta de respuesta gubernamental. Pasaron varios meses hasta que la Defensoría convocó para el mes de abril de 2003 a las partes involucradas a una reunión en la localidad de Nuevo Torino, participando en esa oportunidad representantes de seis comunas afectadas: además de la mencionada, Humboldt, Pilar, Cavour, Felicia y Colonia Rivadavia, funcionarios de Medio Ambiente y también del Municipio de Rafaela (Gabriel Gentinetta). Fue el puntapié inicial para que a partir de ese momento la comisión formada exigiera a la SMADES y a las tres empresas en cuestión un cronograma de obras, en principio de 24 meses, pero después las condiciones climáticas y económicas fueron fijando las pautas de trabajo. Durante este tiempo no faltaron los encontronazos durante las visitas para observar “in situ” el avance de las obras. Basta recordar las discusiones que hubo en Molfino en 2004 -en ese momento se pensaba hacer la nueva planta de tratamiento pegada a la fábrica en avenida Salva- y este año cuando estaba en “punto muerto” Rafaela Alimentos hasta que se tomó la decisión de destrabar la situación hace poco tiempo. En este contexto, hay que citar que en abril último el juez de Faltas Fernando Ferrer condenó a las empresas Rafaela Alimentos, Molfino y Sodecar, y en forma personal a los directivos y responsables del volcamiento contaminante producidos, a través de la denuncia presentada por un grupo de comunas por contaminación ambiental de empresas rafaelinas. La demanda judicial se inició el 12 de setiembre de 2002 con la presentación de una denuncia escrita, promovida por el presidente comunal de Humboldt, acompañado por otros presidentes comunales de la zona afectada por contaminación, con el patrocinio legal del doctor Adrián Cornaglia, quienes llevaron a conocimiento judicial “la probable comisión de una contravención, falta o infracción -atentado contra los ecosistemas y contaminación de recursos hídricos- que afectan las aguas y el territorio de nuestras localidades”.

Actual coyuntura

En la visita del viernes último integrantes de la comisión de seguimiento pudieron constatar avances significativos en las obras de los efluentes de las tres empresas. Molfino está ultimando los trabajos finales de su nueva planta de tratamiento secundario. Estiman que el nuevo sistema estará funcionando en menos de un mes. La inversión fue de 1.500.000 de dólares. Sodecar también está concluyendo la instalación del tratamiento secundario. Para el 30 de setiembre estará funcionando el nuevo sistema, habiéndose invertido unos 2 millones de pesos. Rafaela Alimentos viene rezagada, pero desde hace unos 45 días le imprimió ritmo a la obra civil del secundario. Ya compraron los equipos electromecánicos. La puesta a punto de todo el sistema será para el mes de abril de 2006, con una inversión de 1.350.000 pesos. ¿Qué pasará después de esta fecha con la comisión de seguimiento? ¿No habrá más mortandad de peces en arroyos y ríos? ¿Estarán contaminando otras empresas locales el medio ambiente?

Futuro

¿Cuál será el futuro de la comisión de seguimiento una vez que estén terminadas las obras de las tres empresas en abril de 2006? Bonafede afirma que se formó para un objetivo concreto y dependerá de otra situación que aparezca en su momento. Kahlow apuesta a constituir una unidad operativa regional (una “policía ambiental”) entre municipios y comunas para realizar tareas de control ambiental y en colaboración con la SMADES.

Emilio Grande (h.)

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