La Argentina pide ayuda y espera: tiempos de crisis profundas…

Es tiempo de invertir las energías en desafíos más valiosos desde la unidad. Es tiempo de sanar, de expandir la mirada y lograr acuerdos. Crecer como país desde las fortalezas más íntimas, para la salud de todos. Es tiempo de despertar la conciencia.

Por Amalia Maine (Rafaela)

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Argentina requiere atención. Se observan situaciones problemáticas de diferentes índoles en diferentes rincones en los más variados campos: el educativo, el de la salud, el de la comunicación, el de la producción agrícola-ganadera, el del comercio, el judicial, el político partidista y tantos otros… Es evidente que la Argentina está pidiendo de diferentes maneras que le presten atención, real atención, como cuando nuestro cuerpo nos manda una señal de desequilibrio funcional. Hoy, las señales son muchas. Es necesario atenderlas con especial cuidado y dedicación. El tipo de atención que se le dispense está directamente relacionado con la calidad y la efectividad de su recuperación.

Nuestro país necesita que lo observen detenidamente, en su estado presente, que evalúen su estado general, sus señales vitales, sus focos más debilitados y aquellos otros que pueden contribuir algo de oxígeno. Tanto su estado externo- cómo se ve desde la superficie, como su estado interno – cómo fluyen sus signos vitales, por momentos no tan fácilmente visibles, son igualmente importantes.

Necesita una mirada profunda desde la observación responsable dimensionando el estado actual de la forma más precisa posible, despojada de juicios moralistas sobre qué o quiénes la han descuidado o de interpretaciones sobre qué o quienes indican el mejor diagnóstico o proponen los mejores protocolos de tratamiento desde los intercambios orales.

Hoy, la Argentina necesita que la miren con ojos atentos, con mentes claras, manos firmes y posturas serenas. Existen personas que lo hacen. Además de ojos, mentes, manos y posturas, atendiendo en unidad, la Argentina necesita que la miren con un corazón asociado, empático, solidario, generoso y compasivo.

Es en este estado de observación real y asociada donde proviene, en primer lugar, la aceptación de la situación tal cual se presenta; no como podría ser, fue, será o queremos que sea sino como es hoy, ahora. A partir de esta aceptación – que lejos está de ser sinónimo de resignación – es posible actuar de manera pertinente y eficaz. Entonces, aceptación, propuestas de solución y acción se alinean y el estado de salud, lenta y sostenidamente, se reestablece.

Entiendo a la política sólo desde el servicio a la comunidad. El poder político que se confiere a quienes operan desde ese ámbito es sólo un crédito, una habilitación temporaria para conducir al país en tiempos de bonanza y en tiempos de crisis. Asistimos a tiempos de gran debilitamiento y el dolor se manifiesta de maneras muy diversas.

Son esenciales acciones que respondan al tiempo presente. Es responsabilidad de todos. De los líderes políticos en especial, ya que las acciones globales se deciden y definen en sus ámbitos. Ante el debilitamiento funcional general del país, muchos de ellos eligen hablar del pasado; otros, del futuro; pocos, del presente. Algunos dicen atender el presente y cuando especifican sus acciones a través del lenguaje se refieren a planes futuros, de corto, mediano y largo plazo. Necesarios por cierto aunque parciales, continúan utilizando el presente para accionar en el futuro. Mientras tanto, la Argentina sigue mostrando sus heridas ya muy visibles.

Es esencial atender al aquí y ahora, desde una visión de la realidad global y detallada. Cada ciudadano desde su lugar, con tierna firmeza en su accionar, puede cooperar con la sanación del país, desde cada gesto, cada día. Necesita seres serenamente activos.

Argentina tiene un gran poder de recuperación. Es verdad. Y en cada salida de estados críticos profundos pierde capacidad de crecimiento. También es verdad. Es tiempo de invertir las energías en desafíos más valiosos, desde la unidad. Es tiempo de sanar, de expandir la mirada y lograr acuerdos. Crecer como país desde las fortalezas más íntimas, para la salud de todos. Es tiempo de despertar la conciencia. Todavía más. La decisión es… de cada uno.

Amalia Maine Docente – Master Practitoner en PNL

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