¿La Argentina es un “Cambalache”?

Por Emilio Grande (h.).- En la masiva movilización de ayer frente a la Basílica de Luján se mezclaron abiertamente intereses encontrados: la grave situación socioecómica que atraviesan los sectores trabajadores y desocupados, afectados por la política económica que lleva adelante el gobierno nacional incluyendo la inflación y la devaluación, y los problemas judiciales que tienen los Moyano (Hugo y su hijo Pablo). ¿Quién pueda negar la compleja y difícil situación social que atraviesan vastos sectores con despidos, cierres de fábricas y negocios, la inflación que rondará a fin de año casi el 50%, la devaluación generada por la escalada del dólar en los últimos meses, la incertidumbre en el corto y mediano plazos? Sería un necio el que estuviera viendo otra Argentina sin problemas, de crecimiento, creación de empleos, inflación menor a un dígito, en un contexto internacional que también juega en contra por lo que sucede en Brasil y Estados Unidos. El otro elemento no menor lo constituye la rica familia Moyano, que no solamente defiende los intereses de los camioneros sino que fue el único secretario general de la CGT que aprovechó el cargo para vaciar de afiliados a otros sindicatos y acrecentar el suyo. De hecho, la delegación Santa Fe de Camioneros ha tomado distancia de la cuestionada conducción nacional del gremio. Al mismo tiempo, en los últimos años fueron acumulando varias denuncias judiciales en su contra. La causa judicial que tiene a maltraer a Pablo Moyano está relacionada con su condición de vicepresidente del club Independiente. Se trata de una investigación por la venta de entradas truchas a los partidos de fútbol, que significaba millones de pesos por partido. La Justicia de la provincia de Buenos Aires lo investiga como presunto jefe de una asociación ilícita. Además, se descubrió una cuenta en el exterior del club Independiente de 30 millones de dólares. El lavado de dinero es un delito de la Justicia Federal, no de la provincial, aclaró el periodista Joaquín Morales Sola en La Nación. Lamentablemente, hay que decirlo: los Moyano suelen confundir la difícil situación de los trabajadores, que tienen necesidades concretas, con los problemas judiciales de esta familia que ha acumulado poder gremial y económico. En este contexto, ¿por qué se mezclan los justos reclamos laborales con los problemas judiciales de los Moyano? En la mañana de ayer, al ser consultado en radio Mitre el politólogo Luis Tonelli ironizó que “Moyano habrá ido a Luján a rezar para que no lo metan preso…” Lo llamativo es que la Iglesia, en este caso el arzobispo de Mercedes-Luján Agustín Radrizzani, se prestó para rezar en uno de los mayores templos marianos del país por las reales necesidades del pueblo argentino. ¿No habrá pensado el Arzobispo que puede ser utilizado políticamente como le sucedió al papa Francisco cuando iban los kirchneristas a desfilar al Vaticano hasta que tomó la decisión de no recibir a los políticos? A esta altura, se está reeditando y cobra vigencia el tema tanguero “Cambalache”, escrito en 1934 por el gran poeta Enrique Santos Discépolo, diciendo parte de la letra: “Ves llorar la biblia contra un bandoneón (…) El que no llora no mama y el que no roba es un gil”.

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 21 de octubre de 2018.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *