El gremio docente de Amsafe está ingresando en una lógica de la intransigencia política en sus reclamos sectoriales. ¿Por qué? Porque en las últimas semanas hubo cambios en la voluntad política del gobierno provincial en atender de alguna manera los reclamos de los maestros, pero la dirigencia sindical está empeñada en hacer oídos sordos y sigue adelante con sus paros. Hace unos días atrás el Ejecutivo elevó un proyecto a la Legislatura de modificación al sistema previsional de los empleados provinciales incluidos los maestros, que establece el 82% móvil, 30 años de servicio y jubilarse a los 54 años de edad. Ciertamente este proyecto es perfectible y busca mejorar el sistema jubilatorio, que debe ser consensuado entre los actores sociales. En el análisis coyuntural, el Gobierno busca evitar los paros que nadie lo puede negar, que estamos en vísperas de elecciones tampoco. Si se hace un análisis más profundo, quien puede negar que la educación está en crisis en nuestro país, que muchos docentes tienen sueldos miserables y buena parte en negro. Pero también hay que decir que hay poca voluntad de diálogo de la dirigencia de Amsafe. Después de proponerse el proyecto de reforma previsional el gremio ya tenía decidido realizar el paro por 48 horas, independientemente de lo que ocurriera horas antes cuando funcionarios gubernamentales habían acordado una tregua con los gremios Amsafe y Sadop. Ciertamente, Amsafe es un gremio democrático y las decisiones son tomadas en conjunto por la dirigencia con el voto de las bases en cada uno de los departamentos de la provincia. ¿Qué se debió hacer en ese momento? Reflexionar entre los delegados departamentales y analizar justamente este proyecto en cada uno de los distritos para tomar luego una decisión definitiva. Así lo entendió Sadop (nuclea a los docentes privados) y se respetó la tregua mencionada. Conviene aclarar que no se está a favor del gobierno provincial -muchas veces criticado en esta columna editorial- ni tampoco en contra de la lucha docente que es justa y viene de años, pero en el medio no se puede pasar por alto el derecho a la educación que tienen los niños establecido en la Constitución Nacional. Desde el gobierno provincial se ven algunos gestos de reformar el sistema previsional y en la vereda de enfrente el gremio Amsafe está encolumnado en una intransigencia sórdida, que se está poniendo en contra a los padres y a la opinión pública. Como en otros ejemplos de la sociedad argentina, esta es una materia pendiente: buscar el bien común. Está en juego ni más ni menos que la educación de nuestros hijos, que son el futuro de esta sociedad en crisis con tantas injusticias que hay que buscar soluciones…
Emilio Grande (h.)