Interpretación del resultado electoral

‘Es claro que el kirchnerismo es la primera minoría en el plano nacional y en la provincia de Buenos Aires y que el peronismo que no se alineó con el Presidente es la segunda fuerza en ambos ámbitos’

Por Rosendo Fraga

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El presidente Néstor Kirchner ganó la elección legislativa como una clara primera minoría, con una oposición atomizada. En el ámbito nacional su porcentaje se ubica cerca del 40%, en la provincia de Buenos Aires lo supera y en la Cámara de Diputados no llega a la mayoría absoluta pero se aproxima a ella. En cambio en la Cámara de Senadores, si el PJ se mantiene unido refuerza la mayoría absoluta, como la tuvo durante la primera parte del mandato. Los triunfos opositores de Mauricio Macri en Capital, de Hermes Binner en Santa Fe, de Jorge Sobisch en Neuquén y de Adolfo Rodríguez Saá en San Luis, muestran que la oposición existe, aunque está dividida y no está claro cómo se reorganizará. La diferencia en la provincia de Buenos Aires a favor de Cristina Kirchner, que es de aproximadamente 26 puntos, fue casi exactamente la que mostró el promedio de las últimas seis encuestas publicadas, que fue de 24. En la Capital, en cambio, el triunfo claro de Macri por más de 10 puntos, sólo fue anticipado por el diario La Nación el pasado viernes 21, cuando adelantó que había logrado generar una diferencia por 10 puntos. La del 23 de octubre fue la primera elección en 60 años en la cual el Ministerio del Interior no informó sobre resultados nacionales. Por lo menos en las horas siguientes a la elección, no se informó oficialmente sobre los resultados en el ámbito nacional del Frente para la Victoria (FV), el Partido Justicialista (PJ), la Unión Cívica Radical (UCR), el Propuesta Republicana (PRO), el ARI o el PS. Estos porcentajes y resultados existen, pero no fueron difundidos, para evitar que se perciba que la fuerza política que responde al Presidente, el FV no alcanza al 40% de los votos en el ámbito nacional y centrando así la atención en las horas siguientes al cierre de los comicios, en la diferencia que obtuvo el oficialismo en el ámbito nacional. Pero el hecho pone en evidencia la crisis que existe en el sistema político de las últimas seis décadas, durante las cuales el PJ y la UCR fueron los ejes de un bipartidismo atenuado o imperfecto. Pese a ello, es claro que el kirchnerismo es la primera minoría en el plano nacional y en la provincia de Buenos Aires y que el peronismo que no se alineó con el Presidente es la segunda fuerza en ambos ámbitos. Cabe señalar que el voto por las distintas vertientes del tronco peronista, supera el 50% de los votos en el plano nacional y llega a dos tercios en la provincia de Buenos Aires. Sobre 24 distritos, el oficialismo local ganó en 20 de ellos, ratificando la ventaja relativa con que cuenta quien está en el ejercicio del poder. Se repite así lo que sucedió en 2003, cuando la oposición local sólo logró ganar en 4 de los 24 distritos. En esta elección, el gobierno local sólo perdió en Capital y Santa Fe, donde ganó la oposición al gobierno nacional y en Río Negro y Catamarca, donde perdieron gobernadores de origen radical. Esta perspectiva, permite confirmar la creciente “territorialización” de la política argentina, con partidos nacionales desarticulados y los gobernadores e intendentes transformados en el eje de poder de la política nacional. Estos se coaligan de acuerdo a las circunstancias -como ha sucedido durante la última década- apoyando al gobierno nacional cuando éste está fuerte y alejándose cuando se debilita. Queda definido quién será el oficialismo en la segunda parte del mandato de Kirchner, pero no quién será la oposición. La idea de que la Argentina se encamina hacia un nuevo bipartidismo entre una coalición de centro-izquierda liderada por Kirchner y otra de centro-derecha que encabezará Macri, es prematura y discutible. La realidad es que a la gestión de gobierno de Kirchner sólo puede considerarse de centro-izquierda en la temática de derechos humanos, y a su vez el triunfo de Macri no puede proyectarse en el ámbito nacional, porque carece de una estructura partidaria extendida -el PRO sólo se presentó en 4 de los 24 distritos- y porque históricamente la Capital ha generado fenómenos políticos particulares diferentes a la política nacional. Podría suceder que un eje de centro-derecha Macri-Sobisch, confluya con el peronismo antikirchnerista en un frente opositor contra el oficialismo. Pero entre la UCR, el ARI y el PS, reunieron un tercio de los votos en el ámbito nacional, que por ahora no parecen dispuestos a sumarse al proyecto de Kirchner. No queda todavía claro si la política argentina 2006-2007 tendrá por eje el conflicto interno del peronismo como viene sucediendo desde 20002, o puede surgir un nuevo bipartidismo, sobre bases más ideológicas. En esto también influirá hacia dónde Kirchner busque conformar su nueva coalición de gobierno a partir de ser primera minoría. Si lo hace buscando recomponer la unidad del peronismo liderándolo o si en cambio busca alianzas extra-partidarias para crear una nueva fuerza política. Por delante, queda para Kirchner un escenario más complejo. En lo político, el desafío será adecuarse a gobernar como primera minoría, cuando hasta julio (cuando se formalizó la ruptura con el ex presidente Eduardo Duhalde) lo hizo como mayoría. En lo social, la cuestión estará en manejar los reclamos salariales de los sindicatos, que se proyectan como el problema más relevante en materia de conflicto y reclamo, con piqueteros que han perdido combatividad en la calle y que han fracasado en sus experiencias electorales en estos comicios. En el plano económico, el desafío central es la inflación, cuyos efectos se proyectan socialmente en momentos que 2 de cada 5 argentinos viven bajo el nivel de pobreza. Lo probable es que el Presidente enfrente estos desafíos sin cambiar sustancialmente su estilo, ni su personalidad. Por esta razón, la reorganización del gabinete que vendrá -varios de los ministros han sido electos legisladores- más que mostrar una nueva coalición política, reforzará la influencia personal de Kirchner sobre un gabinete que hasta ahora nunca reunió en los dos años y medio de gobierno que lleva.

Rosendo Fraga

Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría en www.notiar.com.ar.

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