«Internet es una de las mayores garantías para la libertad»

Entrevista con Mons. Enrique Planas. Sustenta su entusiasmo por las nuevas tecnologías de comunicación en la propia trayectoria de la Iglesia. Postula el desarrollo como una forma de combatir la «pobreza informática» y propiciar equilibrios. Su defensa del cine actual y una anécdota con Steven Spielberg. Por Emerio Agretti

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Más que de «brecha digital», prefiere hablar de «integración digital», para destacar los avances en la lucha para combatir la «pobreza informática» y las desigualdades que de ella surgen. Lejos de postular improbables límites en el flujo de información, propone participar activamente de él y establecer, en las familias e instituciones, «agencias de sentido» para interpretarlos según un sistema de valores y hacer que de la sociedad de la información se pase a una verdadera «sociedad del conocimiento». Destaca además los valores que alientan en buena parte de la producción cinematográfica y rescata su lenguaje estético y el tipo de comunicación que permite establecer, para vaticinar que «nunca va a morir». Mons. Enrique Planas Coma es jefe de Servicio del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales de la Santa Sede, Vaticano; coordinador general de la Red Informática de la Iglesia en América latina (Riial) y director de la Filmoteca Vaticana. En Santa Fe, visitó y elogió la tarea del Centro de Formación y Desarrollo Nuestra Señora de Guadalupe (ver El dato) -Hay toda una definición filosófica de la Iglesia en esto de apostar a la tecnología, frente a una actitud que a veces es hostil.-La sensibilidad hacia la aceptación del instrumento informático es creciente, pero toda novedad siempre se ve con reservas. Ya en el Fedro de Platón, un personaje se escandaliza por la invención de la escritura y dice: Nos vamos a volver todos tontos. Porque la escritura significa fijar la memoria por escrito en un soporte, entonces ya no necesitaremos memoria'. Pero el propio Fedro diceesto no ha sido así’. O sea, ha potenciado la memoria misma. Pero la tentación de ver siempre las novedades tecnológicas como una cuestión hostil, existe. Y la experiencia demuestra lo contrario. Claro que todos los instrumentos son polivalentes. Un periódico puede decir grandes verdades o grandes mentiras. Puede servir a los más altos criterios de la ética o tener un poder destructor impresionante. Y la culpa no es del papel del periódico, ni siquiera de los propios periodistas; son las fuerzas que inciden para determinar la vertiente positiva o la negativa. -Internet, parece estar fuera de todo control.-Pero ya tratan de ponerle el cascabel al gato. En estos momentos hay reuniones preparatorias en Ginebra de lo que va a ser la Cumbre de la Sociedad de la Información, en Túnez. Y muchos Estados que se autodefinen como muy democráticos, están deseando poner filtros y `domesticar’ el medio informático, sobre todo con la banda ancha, que va a potenciar el flujo informativo de Internet, o Internet 2, o como le quieran llamar ahora. Entonces, el que tenga el control de la banda ancha, cree que va a poder manejar esas cosas. Pero por fortuna, creo que el concepto de red es una gran defensa. Porque lo que no accede por un hilo, lo hace por otro. Y entonces ¿quién controla? Hay realidades nacionales, comerciales y tecnológicas que inciden para su multiplicación, lo cual hace que se construya una ecuación con un número tal de variables, que no hay guapo que lo resuelva. Todo eso juega en favor de una libertad que puede ser bien utilizada o mal utilizada. Pero la verdadera tragedia sería que no hubiera libertad. Y el medio informático es uno de los instrumentos que más garantías ofrece para eso. -Entonces, la estrategia de la Iglesia no pasa por tratar de limitar, sino de producir.-Es decir, no vamos a quedarnos dormidos ante una realidad que incide en estos momentos. Los cuadros de la Iglesia, en cuanto a sensibilidad frente a los nuevos medios, no son todos iguales. Pero a quien me diga que la Iglesia no es sensible al respecto, se lo tengo que negar rotundamente. Miren el medio cinematográfico: desde que Lumiere, un 28 de diciembre de 1895 realiza sus proyecciones, no pasan ni dos meses sin que llegue un operador cinematográfico y filme al Papa León XIII en los jardines del Vaticano. El propio inventor del medio radiofónico, Marconi, es el que instala la radio vaticana. Y en estos momentos, en su modestia, la Riial, a la que sirve con tanta competencia este Centro Nuestra Señora de Guadalupe, está siendo propuesta por la Unesco como la experiencia más importante que hay en el mundo para la lucha contra la pobreza informática. Desde Santa Fe El Centro de Formación y Desarrollo «Nuestra Señora de Guadalupe» -a cargo de profesionales locales y dirigido por el analista de sistemas Daniel Cabaña-, se ocupa del dictado de cursos de formación para técnicos (ya lo ha hecho en Bolivia, Ecuador, Guatemala, Honduras, Paraguay, Colombia, Chile, Venezuela, Argentina y Uruguay) y el desarrollo del software gratuito para la informatización de las parroquias de América Latina, denominado Office Eclesial, que ha sido descargado desde Internet más de 30.000 veces y aprovechado incluso desde parroquias africanas y asiáticas.

Tocar la trascendencia La Filmoteca Vaticana es un intento por «conservar todo», como un aporte al futuro de la humanidad y al trabajo de investigadores. Lo que incluye, especialmente, «los 300 ó 400 títulos más importantes de la historia del cine». Y también, por ejemplo, la selección de 45 obras fundamentales, y organización de eventos y proyecciones especiales, como se hizo en el Vaticano con la copia restaurada de 2002, una odisea del espacio, con la esposa y la hija de Stanley Kubrick. Esto porque los criterios de selección no se limitan a los valores espirituales y a los humanos, sino que abarcan también los estrictamente cinematográficos. «Porque yo creo que la belleza en sí, le hace tocar a uno tocar la trascendencia con un dedo». -¿Por qué el cine?-Yo creo que es un gran maestro de imagen, y la televisión y otros medios audiovisuales son deudores de él. Y creo que el cine no morirá porque, por ejemplo, si usted ve la televisión, el mundo es suyo. La egomanía se le aumenta por tener el control remoto; usted es el que manda sobre la información. En cambio, si paga una entrada para el cine, se encuentra ante una pantalla que es mayor que usted, que le está soltando un mensaje. Si no le gusta, tiene que dar media vuelta y salirse del cine, que es mucho más difícil que apagar el televisor. Es decir, el diálogo que se establece entre el espectador y el medio es mucho más serio en ese ámbito que en casa, en medio de los ruidos y todo lo demás. -Menos impaciente, incluso.-Menos impaciente. Al mismo tiempo, con sus limitaciones, el realizador cinematográfico se toma las cosas con mucha menos frivolidad que en el medio televisivo, que es mucho más lábil, la memoria es mucho más fugaz. En el cine es más persistente. Eso no significa que en el cine no se digan muchas tonterías. Pero nosotros estamos haciendo un análisis de toda la producción cinematográfica, para ver de qué manera la religión y la espiritualidad entran en el medio. Y estamos sorprendidos: casi un 20 % de las películas manejan valores trascendentes, de una u otra manera. Por lo tanto el cine no es tan estúpido como mucha gente dice que es. -Clásicos aparte ¿qué obras rescata del cine contemporáneo?-Desde el punto de vista mediático, The Truman Show me pareció muy interesante. Desde el punto de vista de la persona en la relación con el ambiente, Forrest Gump. Yo tengo una película favorita, con la cual iniciamos un ciclo sobre cine y espiritualidad con el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, y es La fiesta de Babette, que es verdaderamente deliciosa. Una película que a mí realmente me revolvió muchísimo es Contra viento y marea, de Lars Von Trier, que es durísima, pero tiene todo el valor del holocausto personal por el bien de lo demás, es una paráfrasis de la Pasión. Y hablando de paráfrasis de la Pasión, tenemos E.T., El Extraterrestre. Yo estuve hablando en Hollywood con Spielberg y le pregunté si era consciente de eso: alguien que llega de otro mundo, que la gente no lo recibe, la sociedad creyendo en su propia suficiencia lo mata, al tercer día resucita y sube a los cielos arrastrando detrás de sí a los limpios de corazón. Y él, que es judío, me dijo: `Usted no sabe lo que es tener una esposa católica’.

Fuente: diario El Litoral, Santa Fe.

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