“Hay una tendencia comercial a olvidar el sentido navideño”

Es la visión del obispo de Rafaela Carlos Franzini en una entrevista. No está en contra de los regalos, “pero el regalo por excelencia es el Hijo de Dios”. Afirma que el camino de la reconciliación de los argentinos pasa por una actitud de valoración.

Por Emilio Grande (h.)

Compartir:

“Si uno se dejara llevar por una primera impresión sobre todo mediática, por ejemplo las tarjetas, las ornamentaciones vamos como olvidándonos, el gran personaje de la Navidad parece ser Papá Noel, siendo el gran personaje el que le da sentido es Jesús el niño pobre y débil que está en el pesebre. Si bien hay un gran número de familias que no pierden de vista el núcleo evangélico y cristiano de la Navidad, hay una tendencia muy potenciada por la dimensión comercial a olvidarse de que lo que da sentido a la Navidad: es el nacimiento del hijo de Dios que para los cristianos es la fuente de esperanza, alegría y paz, por eso se asocia tanto la Navidad a la paz porque hay un Dios que es Padre que entrega a su Hijo para que todos nos hagamos hermanos”. Así expresó monseñor Carlos María Franzini, obispo de la diócesis de Rafaela, en una entrevista con este cronista sobre si hay conciencia social de la Navidad frente al materialismo y egoísmo reinantes. Y agregó: “La Navidad es ante todo una fiesta religiosa que no excluye en lo más mínimo su dimensión de fiesta, encuentro familiar e incluso de intercambio de regalos, siempre y cuando no olvidemos que el regalo por excelencia de la Navidad es el Niño Dios”. -El mensaje de Navidad de la Comisión Permanente del Episcopado habla de la reconciliación y el encuentro de los argentinos, ¿de qué manera? -Volviendo a tomar conciencia de que somos hermanos, que hay un vínculo fundante entre las personas que es la fraternidad que brota de la paternidad común. El camino de la reconciliación de los argentinos pasa por una actitud de valoración, de respeto del otro aunque piense distinto, aunque tenga una trayectoria personal, política, ideológica diversa a la mía, aunque sea de un credo, una raza o un color distinto al mío, en cada persona humana brilla la dignidad dentro de Dios, desde allí encontrar espacios para ir tendiendo puentes y vínculos que afiancen la fraternidad adentro lograda; esto no es fácil pero hay que intentarlo. -Cómo superar toda división y enfrentamiento donde hay pocos que tienen mucho y muchos que viven con poco. -Cultivando esa virtud esencial de la vida en comunidad que es la solidaridad, descubriendo que cada uno de nosotros no es dueño de nada, de su vida porque toda nuestra vida es un don, un regalo de Dios y somos administradores de bienes que hemos recibido y como enseña el Evangelio para hacerlo producir en favor de los demás. -A nivel diocesano se realizó hace poco tiempo una asamblea. ¿Los frutos serán volcados en la carta pastoral de Cuaresma de 2006? -Sí, ya estamos trabajando con el consejo diocesano pastoral, de hecho la carta está prácticamente terminada, hemos recogido los objetivos que allí se votaron para darle fuerza a nuestro sentido pastoral y para el inicio de la Cuaresma publicaremos esta carta; estamos preparando una guía de trabajo para que no sólo acompañe al trabajo de preparación cuaresmal sino la marcha de toda la diócesis. -En el plano nacional, ¿en qué se avanzó como Iglesia y en qué se retrocedió? -Vamos avanzando en la creciente comunión entre las diócesis y los distintos agentes pastorales, estamos empeñados en llevar adelante el trabajo de la nueva evangelización y los obispos hemos publicado el documento “Navega mar adentro” que nos estimula como Iglesia en Argentina a llevarla a la práctica, que nos pedía el Papa Juan Pablo y Benedicto sigue insistiendo en ella. Hemos tenido hace poco la asamblea plenaria en la que cambiamos las autoridades en la Conferencia, lo cual ha sido una nueva muestra de comunión, reflexión, compartir y discernimiento común que ha producido nuevas comisiones episcopales y conducción. -¿Y a nivel país? -Lo que parece más evidente es un mayor crecimiento macroeconómico importante, algunas conquistas de orden económico en lo que hace a lo financiero y se crece lentamente pero se crece en la conciencia ciudadana de un modo de participación no necesariamente a través de los partidos políticos, creo que es una materia pendiente, sino en las organizaciones del tercer sector con una presencia fuerte y eclesial más significativa, buscando consensos en lo que en un principio fue el Diálogo Argentino, que se sigue trabajando en distintos lugares con ánimo de tender puentes de encuentro, diálogo, búsqueda común de respuestas a los grandes problemas que nos afectan. -¿Cómo construir puentes con el gobierno cuya relación se vio crispada a partir del último documento de la Iglesia? -La impresión es una dificultad de este gobierno para dialogar con lo diverso, distinto, por quien piensa diferente, no solo con la oposición política sino con otras instancias. El Episcopado Argentino dio sobradas muestras de voluntad de diálogo, deseo de contribuir al bien común de la patria, pero se manifiesta con entera libertad en aquellos puntos en los que cree es bueno señalar llamadas de atención; así lo hemos hecho a lo largo de los años. Se está por publicar en marzo o abril del 2006 un libro que recoge toda la enseñanza de la Iglesia Argentina sobre la democracia con motivo de los 25 años de la aparición del documento “Iglesia y comunidad nacional” (1981). Si lo que nosotros decimos es leído parcialmente y tergiversado en su interpretación es otra cosa, pero la voluntad de diálogo está clara. Hay una gran diversidad, los obispos somos cerca de un centenar, de “especies dentro de esta fauna”.

Emilio Grande (h.)

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *