Fuerte reclamo por las retenciones

A continuación se transcribe en su totalidad el discurso de Rubén Ferrero, presidente de la Sociedad Rural de Rafaela, en el acto inaugural de la Expo Rural 2005. También hablaron Manuel Cabanellas (de Carsfe) y de Daniel Costamagna (del gobierno provincial)

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Señor Secretario de Agricultura de la Pcia. de Santa Fe, Dr. DANIEL COSTAMAGNA, Señor Intendente de la ciudad de Rafaela, CTADOR PBCO. NAC. OMAR PEROTTI, Sra. Presidenta de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación MARIA DEL CARMEN ALARCON, Autoridades Nacionales, Provinciales, Municipales, Comunales, Militares, Eclesiásticas, Policiales, Presidentes de Sociedades Rurales, Productores Agropecuarios, Señoras, Señores: Quiero agradecer en primer término la presencia y el aporte de auspiciantes, expositores y del público en general en esta nonagésima octava edición de la expo rural que agrega a su tradicional prestigio el honor de ser sede de la “Fiesta Nacional del Holando”. Vuestro constante acompañamiento nos brinda el marco apropiado para seguir acrecentando el prestigio que esta muestra tiene en el contexto nacional. Nuestra Sociedad Rural se nutre del trabajo permanente de múltiples comisiones que agregan -cada una en lo suyo- el aporte para hacer de esta centenaria entidad una Institución dinámica y representativa. Así, la comisión de Control lechero, de desarrollo, la participación activa en las comisiones de agricultura y carne de CARSFE y en la Fundación Castellanos, sumado al trabajo del grupo de mujeres ruralistas, que conocen como nadie y desde adentro la realidad de la empresa rural, apoyando y capacitando permanentemente a las productoras y empresarias del campo, son la vida y el espíritu de esta entidad. Desde esta Institución participamos en todos los ámbitos en los que se debate el presente y el futuro del sector. En ese compromiso, que renovamos permanentemente hemos creado un Ateneo Rural, centro de capacitación y discusión, semillero de jóvenes que, formados y convencidos, serán quienes sigan defendiendo los intereses del sector en el futuro. Estamos convencidos que la capacitación es la herramienta válida para crecer en lo personal y en lo productivo, es por eso que este año hemos comenzado con el programa de formación de jóvenes y ya nos encontramos organizando las jornadas del 2006. Hace pocos días hemos lanzado “TODO RURAL” una publicación de distribución gratuita que pretende mantener informados a los productores de la región acerca de actividades y proyectos de la entidad, acercándoles las novedades y generando un canal abierto de participación y discusión. En la pretensión de que nuestra entidad se encuentre en óptimas condiciones edilicias hemos construido en los últimos años el nuevo salón comedor. También cambiamos íntegramente el techo de nuestro galpón de toros, que con sus mil metros cuadrados cubiertos es un verdadero orgullo para la entidad y un símbolo, dado que a lo largo de su existencia albergó genética de primer nivel, reconocida mundialmente. En los últimos tiempos asistimos a una reactivación significativa de la economía nacional, reactivación de la que el campo ha sido el protagonista indiscutido, contribuyendo con más del 70 % de las exportaciones generadoras de divisas. Como siempre la gente del sector se arremangó y tendió la mano, acostumbrada a los cambios permanentes y a los vientos poco favorables, pero siempre con la misma actitud: innovar, crecer y desafiar los riesgos aún en las épocas más duras. Así el sector agropecuario inició su tránsito entre ser un productor de granos, carnes y leche a convertirse en un productor de alimentos. Esa transformación de lo agropecuario a lo agroalimentario requiere de más innovaciones que generen alternativas productivas y colocación efectiva en los mercados internacionales. Es decir, debemos implementar una estrategia de desarrollo productivo que responda a las necesidades del mercado, y del éxito de esa estrategia dependerá en buena medida la inserción sostenible de Argentina en el mercado mundial de alimentos. Las últimas precisiones indican que la producción agrícola argentina podría alcanzar los 115 millones de toneladas hacia el 2015. Esto requiere un marco jurídico confiable, un sistema financiero y crediticio sólido, un sistema fiscal con equidad y resolver los problemas de infraestructura. Nada de esto tenemos por ahora. Reclamamos un sistema impositivo realmente equitativo, tanto entre los sectores sociales como entre los sectores económicos; reclamamos que se promueva la competitividad mediante la eliminación de impuestos distorsivos como las retenciones; reclamamos que se fortalezca el federalismo con una reforma del régimen de coparticipación federal que le permita a las provincias que más producen y aportan mejorar las condiciones que demanda esa producción. Necesitamos una concepción estratégica de la infraestructura que permita potenciar el desarrollo nacional y regional. Si nos proponemos producir 115 millones de toneladas necesitamos una fuerte inversión en los corredores bioceánicos, en los caminos rurales, en los puertos. Necesitamos ampliar la capacidad de almacenamiento y recuperar ferrocarriles que abaraten los costos de traslado de lo producido a los centros de embarque. En relación al discutido tema de las regalías, no vamos a permitir que desde las multinacionales se nos amenace con iniciar acciones que estamos convencidos no corresponden. Que la Argentina pueda ser competitiva a nivel mundial sabemos que depende también del tema de la propiedad intelectual de las semillas. Reconocemos y valoramos la investigación tecnológica, pero debe consensuarse una solución razonada y razonable. Como se hizo en ganadería debemos generar nuestra propia genética, y trabajar fuertemente en dicho aspecto con relación a las semillas nacionales. Para eso es imprescindible el aporte del INTA y contar con un INASE con presupuesto para tal fin. La ganadería argentina ha conseguido nuevos mercados, y seguramente seguirá incorporando otros, pero la realidad nos dice que en los últimos 10 años perdimos 10.000.000 de cabezas. Es necesario alentar al sector y no condicionarlo. Por un lado se le cobra al productor en cada venta un porcentaje para solventar al Instituto de promoción de Carnes cuyo fin es fomentar la colocación de carnes argentinas en el exterior. Pero por otro lado ante el mínimo aumento del kilo vivo el gobierno amenaza con un aumento de retenciones. Esta es otra de las incongruencias que atentan contra la producción. En ningún país serio del mundo se cobran impuestos al empresario por exportar. En las últimas semanas, mediante la Resolución 406 se castigó duramente a la lechería con un aumento de las retenciones, con el equivocado argumento de evitar un aumento de precios. A pocos días del anuncio, la realidad demuestra lo contrario. Y es que en nuestro país el productor eficiente tiene que vivir atajándose los golpes que certeramente, y donde más le duele le asesta el Estado. La lechería, después del desastre del 2000/2001 resurgió de las ruinas con una mirada esperanzada en el mercado mundial y en un mercado interno que repuntaba. Pero inmediatamente salieron a cortarle las alas. Si a la lechería le está yendo bien hay que castigarla. Como si los que cobran el cheque de la leche gastaran el dinero en otra cosa que no sea invertir de nuevo en el sector y contribuir al desarrollo de la vida económica de la región. Como si el campo no pagara en gran parte el costo social de un pueblo al que se intenta proteger bajando irrisoriamente el precio de la leche en góndola. Con estas retenciones le van a expropiar a los productores de Santa Fe 26 millones de dólares por año. Esto equivale a quedarse con la ganancia de 855 tambos, o sea el 21 % de los 4.000 tambos existentes en la provincia. En síntesis, con la firma de una Resolución el gobierno puso 855 tambos santafecinos para el estado. Contra este atropello, y contra el atropello de las retenciones en general, Señores gobernantes, tenemos que luchar juntos. Vale más que nunca hoy, como un mandato aquello de que “tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”, y este debería ser un principio elemental de defensa para quienes trabajan en serio.
Los funcionarios públicos no tienen en cuenta que el campo, es el sector más sensible a los estímulos económicos. Cada vez que hubo un pico de precios internacionales el campo respondió con una cosecha record al año siguiente, reinvirtiendo en la actividad toda su ganancia para ser más eficientes.
También dicen que el dólar alto favorece la producción y la competitividad de argentina, pero a nuestro sector se lo obliga a trabajar con dos tipos de dólar, uno alto para los insumos y gastos y uno bajo para los ingresos, quedándose el fisco con la diferencia. El mensaje parece ser: “si producen más y mejor, serán castigados”. En una organización social lógica, coherente y justa, el productor solo debería ocuparse de producir, y el Estado de proveerle un marco claro y previsible para que trabaje tranquilo. Con estas condiciones no podemos ser proveedores confiables y permanentes de los grandes mercados. Este sistema, al apropiarse de los recursos genuinos del interior del país está terminando con el federalismo. Estamos siempre dispuestos a acercar nuestras propuestas y a sentarnos a debatir las condiciones que necesitamos para producir. Pero el Estado está demasiado ocupado en pugnas políticas que sólo generan enfrentamientos y destruyen el entramado social. Pero siempre nos queda la ilusión de imaginar un futuro sin castigo para nuestra lechería, nuestros granos y nuestras carnes. Siempre aclaramos que no pretendemos privilegios de ningún tipo. Sólo condiciones claras y equitativas que nos permitan producir sin ser castigados. Se avecinan años muy caros a nuestra entidad. Es nuestro deseo que la misma pueda honrar a la trayectoria que tantos han construido a lo largo de los años con dedicación y esfuerzo. Participación, capacitación y entrega asegurarán su continuidad. Como siempre decimos, más allá de los números hay un fuerte sentimiento que liga al productor con la tierra que trabaja. El futuro lo estimula. El pasado lo fortalece y sostiene. Y su amor a la tierra une a la familia y engrandece la patria. Muchas gracias.-

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