Fiesta de cumpleaños para el Papa en la Casa Blanca

El presidente Bush felicita a Benedicto XVI por sus 81 años. El rafaelino Gustavo Zlauvinen presente en una de las ceremonias.

Por Carrie Gress y Kathleen Naab

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WASHINGTON, miércoles, 16 abril 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI celebró este miércoles su cumpleaños en una celebración sin precedentes organizada por el presidente George W. Bush, en los jardines de la Casa Blanca. Más de 9.000 personas participaron en el acontecimiento. Ayudaron a crear ambiente el sol y un cielo azul, después de que se calmara considerablemente el viento que había azotado, en la tarde del día anterior, el aterrizaje del vuelo papal al aeropuerto de la Base Aérea de Andrews. «Hoy es su cumpleaños», dijo Bush al Santo Padre al darle la bienvenida. «Los cumpleaños se celebran normalmente con amigos cercanos, de manera que toda la nación se siente conmovida y honrada por el hecho de que usted haya decidido pasar este día con nosotros».

La famosa soprano Kathleen Battle cantó el Padrenuestro y 21 salvas de cañón saludaron al huésped. La Banda del Cuerpo de la Marina ejecutó el himno nacional y los presentes no pudieron resistir a la tentación de cantar en dos ocasiones, a lo largo de la ceremonia, el «Happy Birthday». «Que Dios bendiga América», respondió el Papa. Pronto llegó el momento de los dos discursos. Bush comenzó, presentando el país que el Santo Padre visitará hasta el próximo domingo. «Sobre todo –dijo–, encontrará en los Estados Unidos a un pueblo cuyos corazones están abiertos a su mensaje de esperanza. Y los Estados Unidos y el mundo necesitan este mensaje». Por su parte, el obispo de Roma habló sobre la responsabilidad que se deriva de la libertad. «Ya desde los albores de la República», dijo, «la búsqueda de libertad de Estados Unidos ha sido guiada por la convicción de que los principios que gobiernan la vida política y social están íntimamente relacionados con un orden moral, basado en la señoría de Dios Creador». «Los redactores de los documentos constitutivos de esta Nación se basaron en esta convicción al proclamar la “verdad evidente por sí misma” de que todos los hombres han sido creados iguales y dotados de derechos inalienables, fundados en la ley natural y en el Dios de esta naturaleza», añadió. Tras los discursos, el «Himno de batalla de la República» fue interpretado por el coro de la Armada estadounidense, un tema que pone a Dios como testigo de los cimientos de los Estados Unidos. Además de los miembros del ejército, en el jardín se podían ver a Boy Scouts y Girl Scouts, así como representantes de los Caballeros de Colón, y de Legatus, organización de hombres de negocios católicos.

Benedicto XVI se convirtió así en el segundo Papa en visitar la Casa Blanca, después de Juan Pablo II, quien fue recibido por el presidente Jimmy Carter en 1979. Cara a cara Tras la ceremonia, el Papa y el presidente entraron en la residencia presidencial para partir el pastel de cumpleaños y luego comenzar el encuentro cara a cara en el Estudio Oval.

Un comunicado conjunto emitido por el Vaticano y por el gobierno estadounidense informó que los líderes hablaron sobre el «el respeto de la dignidad de la persona humana; la defensa y la promoción de la vida, del matrimonio y de la familia; la educación de las generaciones futuras; los derechos humanos y la libertad religiosa; el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza y las pandemias, especialmente en África». Cuando el Papa abandonó la Casa Blanca para regresar a la nunciatura apostólica (la embajada de la Santa Sede) donde se hospeda en Washington, a través de la Avenida Pennsylvania, en papamóvil, miles de personas le esperaban en las calles tratando de verle unos instantes y de recibir su saludo y bendición. El almuerzo de su cumpleaños lo celebró con los cardenales estadounidenses, con la presidencia de la Conferencia Episcopal, así como con el séquito que le acompaña desde Roma, en la embajada vaticana. En la tarde, el Papa tenía previsto mantener un encuentro con los obispos estadounidenses en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción.

Zlauvinen presente

El rafaelino Gustavo Zlauvinen (representante de la OIEA ante las Naciones Unidas) participó de una de las ceremonias con el papa Benedicto XVI, según informaron fuentes confiables.

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