Existe un camino alternativo para bajar la inflación

El autor de esta columna propone bajar los costos de los alimentos acorde a los sueldos actuales, incrementar la producción, incrementar las exportaciones y más beneficios.

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Por Roberto Socin.- Concuerdo con todo el desarrollo que expone el autor del artículo https://www.pagina12.com.ar/420078-que-hacer-con-la-inflacion-en-alimentos, como también concuerdo con la Propuesta de Luis Contigiani, la que puede ser incorporada a la que seguidamente expondré.

El problema estructural que tiene Argentina, y que lo diferencia de otros países, por ejemplo, EE.UU., es que un alto porcentaje de lo que produce, se consume internamente, pero a la vez día a día es altamente demandado en volúmenes (principalmente mercado asiático) con muy buenos precios y superiores a los que puede pagar el consumidor argentino.

Esto se contrarresta con los pocos habitantes que tiene Argentina. Para graficarlo, apenas somos el equivalente a dos Mega Ciudades Chinas.

Nombro expresamente a EEUU, ya que para la mayoría de los lectores se lo conoce como a uno de los principales productores de Alimentos del Mundo y que, a su vez por su Organización, se lo toma como referencia. ¿Pero cuál es la pequeña gran diferencia entre el país del Norte y Argentina?

EE.UU. tiene aproximadamente 334.805.000 millones de consumidores (abril 2022), con lo cual, es poco el remanente que tiene para exportar, y si lo tiene, tiene un sistema de Administración de Oferta, que le permite sacar del país sólo los excedentes sin que se desequilibren los precios en el Mercado Interno.

Presentado a grandes rasgos la problemática, coincido con lo expresado en el artículo, “Con el tema de la inflación, y en particular la de los alimentos, el Gobierno Nacional parece atrapado en una encerrona de la cual no logra salir”.

El Gobierno actual, como cualquier otro e independientemente de la orientación política, no dejan a su Pueblo sin comida. El actual, e manual, tiene a mano la implementación de incrementar los derechos de exportación (Retenciones) y restricción y/o prohibición de exportaciones, para que los consumidores argentinos accedan a productos y a precios acorde a los salarios promedio.

Pero que el/los que tienen la responsabilidad de llevar esto adelante, se choca/n contra los mismos Ministros del Gobierno Nacional, Productores e Industriales y es de nunca acabar.

Otras herramientas que podría aplicar el actual Gobierno, es implementar las utilizadas en el pasado, como por ejemplo la Junta Nacional de Granos, IAPI y CAP, pero con solo nombrarlas, automáticamente tiene una denuncia de la OMC.

Un Grupo de Dirigentes de la Cadena Láctea Argentina, viene estudiando esta problemática desde el año 2.004, tomando como antecedentes a las herramientas implementadas en el Gobierno del Dr. Alfonsín, mas los aportes que nos efectuaran investigadores de CEPAL. Hecha la experiencia y puesta en marcha parcialmente con la Ministra de Economía Felisa Micelli, la hemos ampliado a todas las cadenas Agroalimentarias y No Alimentarias.

Sintéticamente es encontrar una solución por pensamiento lateral, la que, sin perjudicar los intereses de las partes: productores, industriales, consumidores, se ponen en consonancia con la Política Económica del Gobierno Nacional.

Y esta técnica, la sintetizo con la práctica del el Judo, entre otras tomar la fuerza del oponente en beneficio propio.

En este caso, tomar los buenos precios y demanda internacional, en beneficio de los integrantes de la cadena, tomando del Exterior los buenos precios (ahora también los inesperados), administrarlos por Privados con participación del Estado Nacional y distribuirlo al interior de los que participan de la cadena. – Con el incremento del poder adquisitivo de los consumidores argentinos, gradualmente desaparecerá, quedando solo para cuando sobrevengan nuevas crisis y/o existan sobre ofertas en el Mercado Interno.

Logrado el primer paso, Argentina, podrá multiplicar la producción hasta los límites que le permitan las tierras cultivables, generando un círculo virtuoso a la mayor producción, mayor incorporación de M.O., industrialización de la Ruralidad, mayor ingreso de dólares, etc., para convertirse lo que tantas veces se declamó “Granero del Mundo” “Supermercado del Mundo” y convertir la expresión sacada de contexto “Argentina, tiene la maldición de exportar Alimentos” en el “Argentina, tiene la bendición de Exportar Alimentos”.

La misma tiene incorporadas algunas herramientas técnicas para cumplir con el Objetivo, que no me explayaré en este escrito.

Concomitantemente, se debe implementar por D.N.U. que todos los Arrendamientos Rurales para Agricultura, deben ser pagados a porcentaje y/o aparcería, eliminando los pagos en Cereal (básicamente Soja) y para el resto de las Actividades que compiten con el Recurso Suelo, hacerlo en el producto según la clasificación que tiene el productor como actividad principal en AFIP (leche en caso que sea productor de eche, carne si es productor de carne, etc.).

Este cambio, no le genera el dueño de la tierra pérdidas económicas, si un diferimiento en el cobro total del alquiler.

Según nuestros números, hoy por hoy, el valor de arrendamiento con un pago de 14 quintales por hectárea/año, según cultivo (soja, maíz, trigo, girasol) oscila entre un 45% al 55% del costo total del cultivo a implantar.

Dicho costo, está directamente vinculado al alto valor que tienen actualmente de los alimentos.

El autor es productor agropecuario, residente en la ciudad de Sunchales.

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