“Este es un Gobierno con una vocación bastante marcada al no diálogo”

Es la visión del obispo Carlos Franzini, a pocas horas de haber participado en la asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina. Cree que la conflictividad social tiene que ver con el crecimiento inequitativo. Critica la lectura parcial de la década del 70.

Por Emilio Grande (h.)

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“Es una carta pastoral que surge de la necesidad que veíamos los obispos de aportar a este momento argentino con elementos que nos ayuden más allá de la coyuntura a pensar por dónde hay que caminar para reconstruir nuestra patria que todavía es un estado de franca decadencia. Hemos creído que el aporte de la riqueza de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) motiva a todos los fieles laicos para que hagan un esfuerzo renovado por traducirla a nuestro presente porque creemos que en ella se van a encontrar pistas auténticas para salir adelante de nuestra situación”. Así expresó monseñor Carlos Franzini, obispo de la diócesis de Rafaela, en una entrevista con este cronista, a pocas horas de haber participado en la 90° asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que se reunió la semana última en Pilar (provincia de Buenos Aires), en la que dio a conocer la carta pastoral “La Doctrina Social de la Iglesia: una luz para reconstruir la Nación”. Y agregó: “Es un compromiso a vivir el evangelio en todas sus dimensiones, también en lo social, para esto servirse de la herramienta tan rica, actual y vigente de la DSI. Es muy necesario que los laicos, y la Diócesis estemos empeñados en promoverlos, para que conozcan el compendio de la DSI que es un importante texto que dará respuestas a muchas de las grandes preguntas que nos hacemos para salir adelante de este atolladero que es la situación argentina”. -Esta carta está dirigida a los miembros del pueblo de Dios y a los hombres de buena voluntad, pero el gobierno se sintió aludido. ¿No quiere ver la realidad y que hayan otras voces distintas? -Es un fenómeno históricamente reiterado. Siempre los gobiernos cuando aparece un documento de la Iglesia con un corte social y con un tono crítico tienden a defenderse y a sentirse directamente aludidos, ¿será que tienen un poquito de “cola de paja”?, porque en general estos documentos no tienen un solo destinatario, ya que este está dirigido a todos los ciudadanos, en primer lugar a los cristianos y todas las personas de buena voluntad que se dejen interpelar. Este es un gobierno con una vocación bastante marcada al no diálogo, al no aceptar las divergencias. No hay posibilidad de abordar el diálogo en la diversidad. Una palabra que disiente con un pensamiento diverso lo hace sentir incómodo; lamento profundamente porque el ánimo de este documento no es puntualizar culpables particulares sino invitar a todos a que reflexionemos y nos dejemos cuestionar. Una señal de grandeza y auténtica posesión de convicciones profundas es que uno es capaz de abrirse a la crítica porque desde allí se puede avanzar y crecer. -Se hace referencia a la reforma política que surgió de la Mesa del Diálogo Argentino. ¿Por qué no se avanzó en este punto? -No ha habido una real voluntad en buena parte de la dirigencia para hacer una reforma política; una prueba más palmaria han sido las últimas elecciones. -A pesar del crecimiento económico también crece la marginación, ¿será porque no hay trabajo genuino, sigue el trabajo en negro y la dádiva, lo que puede desencadenar en violencia social? -Crece la conflictividad social porque la pobreza tiene todavía niveles altísimos y buena parte del crecimiento económico, que hoy gracias a Dios se vive en la Argentina, es inequitativo. Hay pocos que están ganando mucho y muchos que están cada vez más pobres, aunque en los niveles macroeconómicos esta tendencia se estuviera revirtiendo. Hay personas concretas de carne y hueso que no son una fría cifra estadística que están muy mal y es caldo de cultivo para mucho malestar, movido quizás y activado por intereses minoritarios. -El documento habla de la década del 70 tan dolorosa que todavía no terminó de cicatrizar, ¿se parcializa la verdad histórica de los hechos con la mirada sesgada del gobierno y una parte de la sociedad? -La interpretación de la historia argentina ha estado siempre marcada por esa tendencia a los buenos y a los malos como las viejas películas del “Far west”. Un índice de un país que crece es cuando tiene una capacidad de tener una mirada abarcativa e integradora su propia historia. La década del 70 tiene una lectura muy parcial, donde no se reconoce la atroz inmoralidad del terrorismo de Estado y siguen defendiendo prácticas aberrantes, inmorales e injustificables desde todo punto de vista, pero tampoco se reconocen en la lectura de otros la injusticia y la inmoralidad de lo que fue la violencia subversiva que enlutó y dañó mucho la historia. Esto no tiene nada que ver con la teoría de los demonios que sacó a relucir ayer (por anteayer) el jefe de Gabinete (Alberto Fernández) porque es absolutamente tendencioso. Es ver con objetividad que han habido distintos elementos que han configurado una situación de injusticia, violencia y muerte, que todos tenemos que rechazar en su totalidad, pero el documento aclara que fue más grave el terrorismo de Estado. Comisión de ministerios

En esta asamblea también se renovaron todos los cargos de la Conferencia Episcopal Argentina, siendo el nuevo presidente Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires.”Era vicepresidente primero de la anterior comisión ejecutiva y con sus características personales se seguirá en una línea de continuidad con los últimos períodos desde la época de monseñor (Estanislao) Karlic, que ha habido una comunión de estilos y criterios de presencia de la Iglesia y del Episcopado”, aseguró Franzini. Entre las comisiones renovadas la semana última figura la de ministerios que recayó en el obispo de la Diócesis de Rafaela. “Para el trabajo de la Conferencia Episcopal estamos divididos en comisiones que tienen distintos temas, algunas más famosas como Pastoral Social, pero hay muchas otras. Todo lo que tiene que ver con la vida pastoral de la Iglesia está expresado en una área pastoral determinada como catequesis, liturgia, educación, familia, laicos, juventud y ministerios, que tiene que ver con la vida de los ministros de la Iglesia: sacerdotes, diáconos, preparación vocacional y seminaristas”. -¿Será un trabajo arduo teniendo en cuenta la crisis vocacional? -Primero rezando mucho, espero que todos nos hagamos cargo de que según el mandato evangélico hay que pedir al dueño de los sembrados que envíe trabajadores. Después trabajar en las familias, en la pastoral juvenil, en la vida espiritual de la gente para que el Dios que está llamando, seguramente, sea escuchado por los jóvenes.

Emilio Grande (h.)

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