Escándalo por el clientelismo político

Se trata del editorial del programa de radio «Sábado 100» por FM Horizonte (FM 99,5), que conduce Emilio Grande (h.).

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¿Quién puede afirmar que la vieja política se está muriendo para que nazca una nueva esperanza en la dirigencia política de Argentina? El presidente Néstor Kirchner quiere diferenciarse de los Menem, los Duhalde y otros nefastos dirigentes especialmente peronistas, pero a decir verdad repite y reproduce el mismo modelo de clientelismo político de las últimos años en el país. En estos días se conocieron públicamente denuncias sobre la entrega de subsidios estatales y de electrodomésticos a familias carecientes en el conurbano bonaerense, estando involucrados el propio gobierno nacional y el duhaldismo, según publicó el diario La Nación. Al respecto, Kirchner se defendió al decir que “yo no conozco ninguna denuncia, pero si conociese algo lo denunciaría”. En la misma línea, Chiche de Duhalde candidata a senadora se hizo también la sorprendida: “No involucren por Dios a Duhalde en esto. Estas prácticas son una vergüenza”. Entre los casos descubiertos está la entrega de cheques personales que corresponden a subsidios entregados por el Senado de la provincia de Buenos Aires, que dirige la vicegobernadora Graciela Giannettasio, que se considera duhaldista. De esta manera, aumentan las sospechas de un virtual intento de comprar votos de cara a las elecciones legislativas del 23 de octubre. Antiguamente se entregaban bolsas de alimentos y los beneficios derivados de planes sociales. Las formas pueden cambiar, pero en el fondo el estilo de clientelismo político continúa y la nueva política no es más que un discurso de campaña vacío de contenido. En otros lugares del país también se repite este modelo de reproducción del sistema, al decir de Althusser. Por ejemplo, en la Legislatura de Santa Fe los senadores disponen de fondos para entregan subsidios discrecionalmente. Lo más grave es que no tienen que rendir cuenta del destino. En cambio las entidades intermedian que piden ayuda al gobierno provincial tienen que rendir hasta el último centavo. En su reciente libro “La nación por construir”, el cardenal Jorge Bergoglio parece iluminar este futuro político sombrío: “Tendemos a ser politiqueros por decadencia y urge que nos convirtamos de esa decadencia por media de la cultura política (…) desde la luz del Evangelio, crear cultura política, porque eso es para el bien común”. La gente está cansada de estas viejas prácticas políticas que tanto daño hicieron a la democracia. En vez de apostar a la dádiva y la prebenda, hay que retomar los valores fundacionales de la patria: la honestidad, el trabajo, la educación y el espíritu solidario.

Emilio Grande (h.)

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