“Enseñar a trabajar no es fácil”

Admite la religiosa africana Theresa Varela -presidenta de la Fundación Misión Esperanza- en una entrevista realizada en San Marcos Sierras, donde tiene un taller-escuela construido con fondos de la fundación “Por un mundo mejor” de Carlos Bianchi. Tiene 7 centros comunitarios de capacitación en Cruz del Eje con comedores, asistiendo unos 600 chicos.

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Por Emilio Grande (h.). – “Nuestra misión es educar en valores, sobre todo el valor de la vida, el trabajo, dar dignidad a la persona porque se están viniendo abajo, no se valoriza la vida y hay mucha violencia. Para llegar a lo que nosotros queremos tenemos el taller-escuela y este año van a continuar los talleres de panadería, computación, corte y confección, y telar. Hay una escuela oficial para ayudar a los chicos del campo porque la primaria no es muy fuerte y después los que quieren y tienen capacidad hacen en el secundario en el pueblo”. Expresa la religiosa africana Theresa Varela de 70 años, nacida en Cabo Verde, a este cronista durante una entrevista realizada en la sede de la Fundación Misión Esperanza de la que preside, ubicada a 4 kilómetros de la serrana San Marcos Sierras, a casi 500 km de Rafaela. Hace 14 años que llegó a ese lugar y perteneció a la congregación San Pedro Claver. Recibió premios nacionales e internacionales y fue entrevistada por medios nacionales. El predio cuenta con 6 módulos y viven 7 personas, fue inaugurado el 26 de setiembre de 2009. Cuenta con una página web: misionesperanza.org.ar y para colaborar llamar al 03549-15636007. Conocí a la hermana Theresa por primera vez en enero de 1997 y luego la volví a ver en 2001, realizando en ambos casos entrevistas publicadas en este diario (10/3/1997 y 21/1/2001), pero a decir verdad mantiene la misma sencillez y humildad de entonces, dignos de imitar, siempre luciendo un hábito de tela de jean. -¿Cuántos chicos concurren? -El año pasado tuvimos 25 chicos en computación, 10 en telar y 16 en panadería, que vienen de Cruz del Eje y de San Marcos, son muy pobres y no tienen ni para viajar en colectivo, entonces hablamos con la empresa Sarmiento y nos dan 20 pasajes gratis por día. Enseñar a trabajar no es fácil porque la gente no engancha y no arranca. Estamos con un proyecto de enfermería si la Cruz Roja nos da una extensión áulica para gente que ya tiene secundario porque esta actividad es profesional. Queremos que la gente mejore su calidad de vida y dignidad del trabajo, pero esa calidad se mejora con educación y trabajo. Entonces que aprenda y quiera trabajar. -¿Cómo se cambia la cultura de la gente? -Tratamos de implementar la cultura del trabajo y es la cultura más difícil porque lo vemos en los chicos, pero no perdemos la esperanza. -¿Qué contiene este predio? -Son 4 hectáreas que incluye 6 módulos, granja y tambo. Queremos que los chicos aprendan porque en el campo están con las cabras y hacen quesos, mejorando lo que ya saben. -¿Cómo se financió esta moderna construcción habilitada hace unos años? -La empezó la fundación “Por un mundo mejor” de Carlos Bianchi (ex técnico de Boca y Vélez) y Jorge Guinzburg hasta el 50% y luego ayudaron a terminar otras empresas. Ahora está ayudando mucho a continuar la empresa multinacional “David Denis” de Buenos Aires porque mantenerse es difícil, encargándose de la forestación y pagar a los profesores que vienen a dar clases. -¿Cuál fue el monto de la inversión? -No pasó ni un centavo por mis manos y no quise tampoco para no mezclar las cosas. El proyecto era el doble e incluía más cosas como una pileta, pero me pareció que era mucho para un hogar. Tampoco administro el dinero ahora. -Además, ¿funcionan comedores en la ciudad de Cruz del Eje? -En los barrios marginales tenemos 7 centros comunitarios de capacitación que incluyen los comedores, asistiendo unos 600 chicos. Además de las mamás que cocinan va gente que atiende a los chicos en apoyo escolar, pintura y manualidades. -¿Cómo se dialoga con la gente de San Marcos Sierras, los turistas y el hipismo? -No tenemos dificultades. Yo comprendo que es una filosofía de vida y me respetan, no son mala gente, la apariencia es una cosa superficial. Yo busco el diálogo y cuando puedo hablo de mi vida y mis creencias. A veces los traigo desde el cruce (con la ruta nacional 38 que va a San Marcos Sierras) y les hago saber que Dios está vivo y que nos ama, agradezcan a ese Dios que vive en mí. Tienen principios muy lindos y son nobles, ven mucho la parte humana de la gente pero no creen en la Iglesia pero la Iglesia somos todos, adonde vas es a un templo. -¿Por qué se caen los valores que atentan contra la vida y la familia? -Estamos viviendo una época que cuando falla la familia es como falla la base, tiembla y se cae. La familia está muy destrozada, herida y sin rumbo. Se ha traspapelado mucho de Dios de nuestras vidas, en las familias, en las comunidades y en la Iglesia; es como una aguja en una paja, una ola de desorientación como un tornado que está pasando en la sociedad. Aparecieron muchas cosas que nos han trastornado un poco, muchos anti-valores vestidos de valores: falta de trabajo, lo económico fuerza a la familia a una cierta separación, dejar los hijos chicos en las guarderías para salir a trabajar donde le ponen la tele para distraerlos. En la “mamá tele” hasta los juguetes está la muerte, una cultura no de vida. El 80% de los jugadores (lotería, casino y máquinas) son mujeres ¿y esas mamás donde dejan sus hijos? Cómo hacer para reeducar en los valores, por ejemplo la unión familiar y en la mesa familiar no hay diálogo porque hay que escuchar a la televisión. Es difícil pero no imposible con la ayuda de la oración porque la gente busca lo espiritual, la paz y a Dios, tanto los ricos como los pobres.

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